–Adiós… Hija, recuerda llamarnos, te amamos. Fue lo último que _____ oyó decir a su madre antes de que ella rompiera en llanto. Ahora iba a Irlanda.
Tenía una vida por delante y muchos estudios que cursar. No tenía dinero para su estadía, no lo tenía previsto, era becada e iba con lo puesto a un nuevo país. Al llegar a territorio irlandés sonrió levemente. Un bus transportaría a los becados hasta el campus de la universidad, en donde se encontraba el hotel en donde se hospedarían. Esa tarde la tendrían libre. Luego al llegar al hotel los becados fueron llamados por número de lista por orden alfabético, para así darles la llave y número de su habitación. Al llegar la “N” llamaron a ____ y esta fue a las personas encargadas para entregarle su llave.
-¿____ Nell?-pregunto una mujer de unos 30 años.
-Sí-contesto ____
-Ten-le entrego la llave-tu habitación es la número 15 piso 4-dicho esto ____ tomo su maleta dirigiéndose a la ascensor.
Al subir al ascensor sintió una punzada en el corazón, desde pequeña había sentido miedo a los ascensores: Una vez quedó atrapada en uno y desde ese momento sufría claustrofobia. No muy severa, pero no podía permanecer en un recinto muy cerrado por mucho tiempo, le traía malos recuerdos. Trató de disimular su pánico interior mirándose un zapato.
– ¿Así que tienes miedo? –dijo una joven, de la misma edad de _____ al parecer.
–Co… ¿Cómo lo supiste? –Susurró ____.
-Cuando esperabas tus llaves noté que estabas calmada, ahora estás casi temblando. Tranquila. ¿De dónde eres?
–De Los ángeles… No vivía al lado de Hollywood. Yo…
–Soy de Tennessee. Es genial que las dos seamos de Estados unidos, además, la beca fue lo mejor que me pudo haber pasado. Mi familia es de escasos recursos y esto me facilitó todo.
–A mi también. No éramos pobres del todo, pero éramos muy sacrificados. Vivíamos al otro lado de Los ángeles, en Boyle Heights… Peligro, pandillas… Pero mis padres me criaron bien. Ahora estoy aquí.
–Me toca la habitación 16. Escuché que te tocaba la 15… Seremos vecinas, soy Dianna Nelson. Encantada.
Ambas salieron del ascensor y caminaron hasta sus respectivas habitaciones.
–Soy _____ Nell.
Las dos se sonrieron mutuamente y cada una entró a su habitación. _____ cerró la puerta de golpe.
Estaba agotada. La idea de meterse a la ducha le agradaba. Sería relajante así que se desvistió quedando en ropa interior y entro al baño, se fijó si había toallas y así fue. Abrió la llave y de esta empezó a salir agua caliente, luego la templó con la fría hasta que quedara perfecta. Se terminó de desvestir quedando desnuda.
Sintió el agua asegurándose que esta estuviera tibia. Se metió y dejo que el agua chocara contra su espalda haciendo que se relajara estuvo unos minutos así y después empezó a dar pequeños masajes en su cabello mientras el jabón líquido hacia espuma, luego enjabonó todo su cuerpo. Al terminar salió de la ducha envuelta de una toalla. Salió del baño y se dirigió a su maleta.
Se puso Pijama, uno muy cómodo. Y ordenó sus cosas.
Dejando cada mueble muy ordenado. En un mueble acomodó sus libros, su Notebook, y su celular. Aunque sólo funcionaba para llamar en Estados unidos, ahora en Irlanda no podía llamar. Su ropa la dejó en un closet blanco que quedaba cerca de la ventana.
Además, sacó fotografías que tomó y guardó cuando estaba en su país. Algunos artistas que le encantaban, fotos de su ciudad, de su familia e incluso de las pandillas locales de los ángeles. Como eran sus vecinos, más de alguna vez uno de ellos la salvó de uno u otro ataque por parte de ladrones. Siempre estaría agradecida por ello. Y a pesar de todo, se sentía orgullosa de ser de Estados Unidos.
Pegó cada una de las fotografías en la pared de color blanco invierno que hacía ver la habitación sombría. Poco a poco la habitación fue tomando color, y finalmente quedó algo más alegre.
______ prendió su celular y puso música. Le relajaba. Lana del Rey, Tupac, Dr dre Y Ice Cube formaban parte de su Tracklist favorito, prefería los artistas locales, y los ángeles tenía muchos artistas de calidad. Pero no era momento de relajarse. Tenía que buscar trabajo. En la universidad, sólo cubrían los gastos de la estadía y el alimento. Y si quería tener gastos adicionales, debía ser por su cuenta. Había trabajado como secretaria en Compton y Sacramento, California. Sabía cómo era el movimiento de papeles y estadísticas. Y cómo no. Sabía servir café y servirlo. Con tan sólo no terminar de mesera.
Tomó su Netbook y la prendió mientras esta cargaba, _______ Observaba su nueva habitación de determinación. Observando cada detalle, le había gustado como lo había dejado. Muy a su gusto.
Regresó a su Netbook, abrió google y empezó a buscar empleos, de lo que fuese pero con tan solo fuera de secretaria o algo similar con eso. No encontró algo que realmente le interesara. Niñera, niñera, cocinera. Habría aceptado el de niñera si se le dieran los niños con más facilidad. Pero no. Se ponía nerviosa en cuanto ellos lloraban. No sabía cambiar bien un pañal y en cuando a las comidas… No. Ser niñera no era lo suyo.
Definitivamente. Sin esperanzas apagó el Netbook, desconectó el cargador y lo guardó. Abrió la ventana de su habitación y miró hacia afuera. <<Welcome to Irlanda. The country of the Money>> ¿El país del dinero?, Pagaban una mierda por cuidar niños. Quizás, en otros ámbitos pagaban bien, pero en éste, no. Miró por última vez las estrellas que iluminaban el campus de la universidad. La luna podía verse reflejada en la pileta cercana a las bancas, cercanas al pequeño puente que tenía unos candados de parejas que lanzaban sus llaves al estero que rodeaba el campus y dejaban enganchados los candados, así, se prometían amor eterno, ¿Sería cierto? Cerró la ventana y se acostó, pensando en su nueva vida. Las expectativas que tenía y lo que de verdad estaba ocurriendo. No tenía trabajo, no tenía dinero y estaba sola en un país que no conocía.
[…]
La alarma sonó a las 9 AM. Iría al desayuno. Quizás encontraría a Dianna y le hablaría acerca del trabajo. Quizás ella la ayudaría a buscar uno. Se duchó, vistió y arregló y a las 9: 30 AM estaba saliendo de su habitación. Tocó la puerta de su vecina. La puerta tenía el número 16 en letras doradas. Se abrió rápidamente.
– Oh, ¡____!, pasa, pasa –Sonrió Diana.
–Hola, bueno… Espero que nos sea muy temprano. Ya sabes… ¿Irás a desayunar?
–No lo sé, acércate–Dianna señaló su Netbook con la mirada. Ambas se sentaron en la cama. Dianna estaba en una página. Al parecer de una empresa. En el inicio, tenía un aviso: “Se necesitan secretarias”, seguido por unos datos y peticiones para ser aceptadas.
–busco trabajo. ¿y tú? –Suspiró Dianna.
–Lo mismo. Pero sólo encontré de niñera. –rió ___ haciendo una mueca de tristeza.
–Uf, está bien… Necesito llamar. ¿Hablas tú o yo?
–Habla tú. Déjalo con el volumen alto, para que pueda oírlo.
____________ al oír un “Vengan a la entrevista” seguido por la dirección del lugar que no tardó en anotar, sonrió. ¡Por fin las cosas salían bien!
