DIEZ

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Las grabaciones del comercial finalizaron en menos de una semana. Ya que la niña, a pesar de ser tan pequeña, tenía un gran potencial y facilidad para desenvolver frente a las cámaras. Ya que no tenía ningún compromiso, su madre decidió aceptar la oferta de Albert, de pasar ese fin de semana en su casa de verano en Miami. Pero como a Terry no le gustaba la idea de que su hija compartiera más tiempo con ese hombre que con él, cosa que no era cierto. Porque lo que realmente le molestaba y enfurecia era que Candy pasara mas tiempo con el rubio. Y más porque sentía que llevaba las de perder con él con respecto a su ex esposa.

—Bueno, ahora voy a ocuparme de Katie, que la nana lleva con ella casi toda la mañana —añadió girándose con una sonrisa radiante

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—Bueno, ahora voy a ocuparme de Katie, que la nana lleva con ella casi toda la mañana —añadió girándose con una sonrisa radiante.

—Espera un momento, tengo que hablar contigo —contestó Terry poniéndose entre ella y la puerta.

Candy no tenía ganas de volver a discutir con el ni mucho menos pasar a su lado tan cerca, así que se paró y se cruzó de brazos, esperando.

Candy no tenía ganas de volver a discutir con el ni mucho menos pasar a su lado tan cerca, así que se paró y se cruzó de brazos, esperando

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—Tú dirás.

—Creo que deberíamos hablar con respecto a Katie—contestó Terry.

—¿A qué te refieres? —preguntó Candy con recelo.

—Me refiero a que ...Katie es mi hija, y como tal quiero que crezca tambien cerca de mi—concluyó Terry.—Que viva conmigo.

Candy sintió que se le abría un vacío terrible a la altura de la boca del estómago y que el corazón se le caía dentro.

—¿Cómo? De eso, nada. Olvidalo! —contestó negando con la cabeza.—No me vas a quitar a mi hija.

—También es hija mía, tengo derecho a la mitad de ella—protestó Terry.

Candy se rió con amargura.

Candy se rió con amargura

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MI MAYOR TESORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora