TRECE

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Eran más de las siete de la tarde y Nueva York era cubierto por una fuerte tormenta.

Parada frente al gran ventanal contemplaba caer la lluvia. No podía sacar de su cabeza el beso que Terry le había dado. Se sentía algo confundida. Pero tenía en claro que no podía lastimar a la única persona que estuvo en los momentos más difíciles junto a ella como tampoco podía negar que ese beso revolvió sus sentimientos pasados, esos que los tenía enterrado en lo más profundo de su corazón y que se negaban a salir.

 Pero tenía en claro que no podía lastimar a la única persona que estuvo en los momentos más difíciles junto a ella como tampoco podía negar que ese beso revolvió sus sentimientos pasados, esos que los tenía enterrado en lo más profundo de su cora...

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El almuerzo resultó algo incomodo para ella, trataba de esquivar las penetrantes miradas de Terry. Sin embargo la pequeña estaba feliz de tener a sus padres juntos y en la misma mesa. No paraba de contarle las vacaciones con su madre, sobre las clases de ballet y en su proxima actuacion en la academia. Ademas de lo ansiosa que estaba por comenzar las clases y ser llevada el primer dia por sus padres.

—Tenemos que comprar el uniforme mami. Tamién la mochila y los útiles.

 Tamién la mochila y los útiles

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—Lo se cariño mañ...

—Yo te llevaré a que elijas lo que más te guste princesa.—se adelanto a comentar el padre.

—Yo me encargaré de comprarle lo que sea necesario. Ya lo habíamos hablado con Katie.—dijo fulminándolo con la mirada.

—Pero yo también quiero hacerlo.—dijo haciendo un falso puchero.

—Podemos ir los tres juntos. Ashi los dos estan cotentos ¿Vedad que si mami?

—Si, amor. Podemos ir los tres.

—Podemos hacerlo mañana... ¿Que opinas, Candy?

—Estara bien. Ya que el lunes Katie tiene control.

_Papito también nos acompañará al hospital, ¿Vedad papi?

—Por supuesto, princesa. Papá estará para todo lo que mi pequeña pecosita necesite.

—Te amo papito.—y lo abrazo llenándole de besos.

—Yo también, mi amor.

—Se hace tarde y tengo que volver a casa, cariño.—dijo la rubia a su hija.—mañana papá te llevará y por la tarde iremos por tus útiles., si.

MI MAYOR TESORODonde viven las historias. Descúbrelo ahora