"Siento el tiempo tan vacío, no puedo volver atrás, en lo oscuro del camino el abismo espera ya."
Desde que nací hubo siempre algo que faltaba, muy pequeño comencé a sentir una especie de depresión que me hacía evitar todo contacto con todas las personas, incluidos mis padres.
Por eso pasé inconsciente tanto tiempo antes de que mi papá me encontrara aquella vez que me caí de ese árbol, por eso nadie notó que mi cabello se volvió azul, prácticamente era invisible.
No es que ser invisible sea terrible, en realidad es reconfortante, incluso ahora que poco a poco me vuelvo adulto, en ese trabajo en la tienda de instrumentos, algo falta, una pieza clave, algo esencial.
Por eso es bueno ser invisible, normalmente nadie nota cuando pienso mucho en ello, nadie nota cuando me encuentro deprimido o desesperado esperando encontrar pronto lo que tanta falta me hace.
"El elixir de los sueños lo he bebido hoy por fin, desvanece tus temores, nunca vuelvas a sufrir"
Desde hace unos días, un chico muy extraño viene a comprar cuerdas para bajo, viene tan seguido que en verdad no puedo quitarme de la mente lo extraño que es.-¿Volvieron a ro-romperse tus cuerdas?- le pregunto entregándole las que siempre pide.
-Si.
Su voz es como una pastilla para ese dolor interno y aunque quiero, no puedo hacerle mucha plática.
-Son... son 50 libras...- me apresuro a meter el pequeño paquete dentro de una bolsa de papel, el sigue mirándome, me mira como si siempre lo hubiera hecho.
El sonido de la caja registradora lo hace volver el pensamiento a sus bolsillos de los que pesadamente y con semblante preocupado cuenta libra por libra llegando solo a 30.
-Descuida...- no se su nombre, pero quisiera ayudarlo.
-Murdoc... me llamo Murdoc.
-Bueno, descuida Murdoc, puedes llevártelas, yo invito esta vez.
¿Eso es un sonrojo?
¿Realmente estoy siendo capaz de producir algo así en alguien?
-¿Seguro, no te causo problemas?- en verdad... ¿qué tendrá su voz?
-De verdad, puedes confiar en mí, no hay problema si te las llevas.
-Gracias...- hace una pausa buscando algún gafete de identificación para saber mi nombre, pero en algún momento lo perdí y pues... no se encuentra donde debería.
-Stuart, me llamo Stuart.
¡Sonríe, su seria cara sonríe para mí!
-Gracias Stuart.
Sus ojos chocan con los míos antes de salir por la puerta, deja una pequeña estela de su aroma a cuero, tabaco y loción, se siente como un recuerdo más lejano que la misma infancia.
Han pasado solo minutos, apenas unos 5 y el sonido de unas llantas derrapando a toda velocidad se escuchan por la calle, un auto negro aproximándose por la ventana, no parará, no lo hará... mis reflejos, mis reacciones, todo se oscurece.
"Sé que alguna vez tus ojos me miraron como hoy, sé que alguna vez lo incierto del destino nos ahogó"
¿Cuánto tiempo habrá pasado ya?
Mis ojos siguen en total oscuridad, todo mi cuerpo está entumecido por un dolor que crece cada momento, más fuerte, más pulsante que el segundo anterior.
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For You
Fanfiction-Y para demostrar lo mucho que significan esas palabras, solo se me ocurre hacer esto, estar para el. "Y mi cielo está donde sea que te encuentres" Hubo una vez una mujer que solo deseo a un hombre para toda su vida. Hubo una vez una bruja que...