Sin darse cuenta, Murdoc ya tenía un poco más de 3 meses viviendo en la pequeña cabaña a las afueras de la cuidad con Kaya, tampoco se había dado cuenta en qué momento todas las demás chicas habían dejado de atraerle.
Su voz interior aún pedía fiestas y chicas, pero su cuerpo respondía de otros modos, acariciando la larga melena roja toda la noche hasta quedar dormido.
¿Cuándo en la vida Murdoc Niccals había sido tierno, complaciente y suave con una mujer?
¿Desde cuándo pensaba en la remota idea de casarse y tal vez tener un hijo o dos, ser padre y vivir tranquilo?
La extraña confusión lo llevaba a una ligera batalla mental que los ojos grises calmaban de inmediato, ofreciéndose entero a ella.
-Oye Muddy, ¿qué te parece si nos hacemos unos tatuajes? Yo me tatuaré una "M" muy muy grande en mi pecho.
La cama matrimonial guardaba ambos cuerpos, la nieve caía y por el pequeño tragaluz solo se veía blancura espectral.
Kaya descansaba su cabeza en el pecho descubierto de Murdoc, paseaba sus dedos por las clavículas y el cuello de su ahora prometido.
-¿Pretendes que me tatúe una "K" en algún lado princesa?- Murdoc enrolló sus dedos en un mechón de cabello rojo, más que enojado, pensativo.
-Claro que sí, ¿qué otra letra si no la de mi nombre?
-¿No es suficiente con los anillos?
Un silencio casi siniestro se apodero de la habitación, Murdoc pensó en levantarse, pero por alguna razón no podía.
-No- susurró Kaya seductoramente- quiero que quede plasmado en tu cuerpo que solo eres mío y de nadie más.
El furioso color gris de aquellos ojos terminó convenciendo a Murdoc.
-Un tatuaje será entonces princesa.
A la mañana siguiente, tomaron el auto y viajaron hasta la tienda de tatuajes más cercana.
Murdoc quitó suavemente el abrigo de piel que Kaya usaba, exponiendo el pronunciado escote que había elegido ese día.
La tatuadora, quien era muy buena amiga de Murdoc, escucho las peticiones de ambos procediendo a tatuar primero al moreno una impecable letra "K" en el brazo derecho.
A él jamás le había importado andar sin playera, pero esta vez se maldecía por quitársela, la temperatura no era la más adecuada como para andar así.
La aguja entraba y salía de su piel provocando un extraño picor, nada que no pudiera soportar.
"¿Por qué rayos estoy haciendo esta idiotez?"
"Por mi Murdoc, solo por mi"
Kaya miraba en una carpeta el tipo de fuente que quería, lo suficientemente lejos como para que Sherly hiciera un pequeño interrogatorio a Murdoc
-Oye Murdoc, ¿desde cuando sales con Kaya? es un poco extraña, ¿no crees?-La chica sostenía fuertemente la máquina de tatuar, de vez en cuando pasaba una gasa en la que además de tinta, se adherían gotas de sangre.
-Lo suficiente extraña como para gustarme Sher, solo un poco- contestó rascándose la barbilla- pues... unos meses, 3 más o menos.
-¿Y ya tan pronto es tu prometida? Mudz, deberías tener mucho cuidado, dicen que anda en cosas que... bueno aun no logro comprender.
-Ya, ya... no es para tanto, he estado en su casa todo este tiempo y lo único que tiene increíble son las...
-¡Silencio!- susurró fuertemente Sherly apretando un poco el tatuaje, Murdoc se encogió de dolor mirándola con resentimiento-Bueno, ya está listo, pero de verdad... ve con cuidado, no dejes que te lastime o peor.
Puso un parche de plástico dejando ver la ensangrentada letra como si se tratara de una bandeja de carne congelada en el supermercado.
-Es tu turno nena.
No fue tan fácil para Sherly tatuar el pecho de Kaya, la pelirroja era poco tolerante al dolor y entre gritos, maldiciones y pequeños jalones, hizo lo que pudo y como pudo con la ENORME letra "M" que Kaya había pedido justo en centro de su pecho, entre las clavículas y sobre el esternón.
-Escogiste la peor zona, princesa.
Murdoc sobaba su mano, había quedado enrojecida de ser aplastada por la de Kaya por tanto tiempo.
Casi 1 hora después Kaya se levantó del sillón, más pálida que de costumbre y con cara de enojo.
-Voy a delatarme al auto Muddy, me duele mucho- le plató un beso y miró hacia la silla donde se encontraba Sherly, mirándola profundamente y con una mueca indescriptible en la cara- Nos vemos, gracias.
Los tacones resonaron por el piso de madera, Sherly tomó del brazo a Murdoc quien amenazaba a seguir a Kaya como en un trance.
-Mudz, necesito que te cuides mucho, puedes hacerlo, ¿verdad?
-Ya te dije que no hay nada que temer mujer, Kaya me cuida y yo a ella, no hay nada que pueda hacerme.
Una chispa de preocupación se le encendió, la antigua voz del antiguo Murdoc salió a flote, pidiéndole que hiciera caso, que tuviera cuidado y que sobre todo, se alejara de esa pelirroja lo antes posible.
El pitido de su auto lo sacó de la ensoñación y camino un par de pasos hasta que Sherly lo detuvo.
-Murdoc, escúchame bien, pasado mañana es luna llena, vigílala después de media noche y sabrás a lo que me refiero.
*AAAAAhhhhh!!! no soporto a Murdoc así! Tenia que sacarlo de mi interior en algún momento, SherlyHolmes15 lo sabe.
Gracias por seguir leyendo, si yo fuera ustedes seguiría sin esperar a el Murdoc normal, aun falta un poco de historia con Kaya, es probable que en el siguiente capítulo les comparta los dibujos que he hecho de ella hasta ahora.
Gracias por todo, nos leemos en la próxima
-G
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For You
أدب الهواة-Y para demostrar lo mucho que significan esas palabras, solo se me ocurre hacer esto, estar para el. "Y mi cielo está donde sea que te encuentres" Hubo una vez una mujer que solo deseo a un hombre para toda su vida. Hubo una vez una bruja que...