"Era solo atracción"
"Nunca la amaste realmente"
"¿Cómo se atrevió a hacer eso?"
Incluso sin el hechizo, la mente de Murdoc seguía siendo un pequeño campo de batalla, aún estaba confundido, aun sentía un pequeño vacío y ligeras punzadas atacaban de vez en cuando su brazo; se maldijo a sí mismo, no debió siquiera acercarse a esa mujer.
Seguro todo el mundo pensaba que alguien lo había domado, alguien como ella.
"Pues sí, me domó, pero no del modo adecuado, seguramente si no hubiera sido tan tramposa, solo habría sido algo de una noche, como debe de ser."
El último año y medio había sido casi tan terrible como el resto de su vida, volver a buscar dónde vivir, "trabajo" y regresar a sus ambiciones, ser famoso, poderoso e importante.
Todo comenzó con el robo de un auto.
Todo comenzó con querer estrellar el auto en la tienda de instrumentos musicales de la ciudad y robar todo lo que pudiera.
Comenzó con aterrizar el auto en el ojo del vendedor de aquella tienda y dejarlo en coma.
Ahora tenía que hacerse cargo del chico en estado vegetal, Stuart Pot.
Toda su cabeza estaba adornada de cabellos azules, su cuerpo delgado y piel pálida lo hacían ver como un fantasma y... bueno... esa fractura en su ojo le daba un toque aún más tétrico, la sangre había inundado la blancura de la esclerótica del ojo dejándolo totalmente negro.
-Eres super raro Stu, si yo hubiera sido tú, no habría luchado tanto por sobrevivir, ya sabes... digo... no eres una molestia, de hecho, me das fama de buena gente, pero... ah... - a veces a Murdoc le gustaba hablar con el chico, incluso sabiendo que probablemente no lo escuchaba.-Te llevaré con Sherly, iré a compr... ¡no sé para qué demonios te hablo, maldita basura!
Incluso pensando que era una basura, Murdoc solía cargarlo gentilmente hacia su auto y sentarlo en el asiento trasero, a veces miraba como solo ese ojo negro estaba abierto, como mirándolo, juzgándolo.
Murdoc optaba por cerrarlo, tal vez Stuart estuviera dormido, pero su mirada sí que era pesada y poco placentera.
En el estéreo del viejo auto había un casete, Murdoc solo puso play.
Una canción contagiosa empezó a sonar, como si no hubiera nadie, bailoteo un poco encendiendo el motor, hasta que volvió a sentir la mirada de ese ojo negro.
Por el retrovisor se dio cuenta que ahora ambos ojos estaban abiertos.
-¿Oyes eso basura? Es "The Clash", esa canción se llama "Rock The Casbah" y por tu jodido aspecto me imagino que en tu vida has escuchado algo tan genial, seguro te gusta Blur o alguna escoria de esas- su risa se salió de control, a veces pensaba que si Stuart estuviera "vivo" ya le habría dado algunos golpes de los que, claro está, Murdoc se habría defendido y regresado con creses, impuestos e intereses.
Aquel viaje se fue con esa canción repitiéndose, una y otra vez, por algún motivo, Murdoc se encontraba muy animado, hasta que llegaron al local de Sherly, el piso de madera color cerezo se parecía a un infierno cada que lo recordaba, era muy claro todo aun y aunque él lo deseaba no podía olvidar el ridículo que había pasado en esa tienda.
No lo olvidaba, hasta que, cada tarde, desde que Sherly le dijo que le daría una mano con Stu, al entrar, acariciar un poco los cabellos color cían le hacía más placentero el camino.
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For You
Fanfic-Y para demostrar lo mucho que significan esas palabras, solo se me ocurre hacer esto, estar para el. "Y mi cielo está donde sea que te encuentres" Hubo una vez una mujer que solo deseo a un hombre para toda su vida. Hubo una vez una bruja que...