1

448 20 1
                                    

Sabía que por lo menos habían pasado dos horas y también que había entrado unas 3 veces a la oficina de uno de sus jefes para que le diera algunos papeles o tomar algún dictado, y en esas horas ese hombre seguía parado leyendo algunas revistas de la mesa que estaban en el escritorio que por pura casualidad estaba ubicado justo al frente de la oficina de su jefe. Volvió a levantarse de su escritorio para llevarle el papel que le había pedido su jefe y al salir el hombre seguía ahí soló que esta vez al sus ojos hicieron contacto con los del contrario, unos sorprendentes ojos azules que brillaban con tal intensidad que por un momento hicieron que dejara de respirar. El desconocido desvió la mirada hacia la revista dejándolo descolocado. Colocándose bien sus lentes y con un ligero rubor en sus mejillas decide seguir su camino hacia su lugar de trabajo y por alguna razón pensó que esos ojos se le hacían algo familiares, pero de dónde, alejando esas ideas continua su trabajo tecleando en su computadora.

De una de las puertas que estaban ubicadas en ese vestíbulo sale un subordinado y el hombre se acerca para escuchar lo que le tiene que decir.

-Dice el señor Yamamoto que lo espere un momento- dice el hombre que acaba de salir de la oficina- Ok aquí lo espero- responde el de ojos azules sentándose en uno de los sofás que se encuentran afuera de las oficinas.

-Hasta mañana Katsuki- le dicen y el responde- Hasta mañana.

En eso siente la presencia de alguien en la orilla de su escritorio al alzar la vista ve como su mejor amigo se come con la ojos al hombre que espera.

- Ya viste que mango- dice el moreno con unas estrellitas en los ojos y sacando su celular del bolsillo, sabía que su amigo era aficionado a tomarse fotos y tomarle fotos a la gente.

-Si ya lo vi Phichito- responde el de lentes- y si no quieres meterte en problemas mejor guarda ese celular- haciendo que el contrario le saque la lengua y de mala gana guarde su celular en el bolsillo.

-No se porque pero se me hace conocido- piensa el moreno

-Yo también tengo idea de haberlo visto en alguna parte.

-Tiene cara de millonario, bueno si es que los millonarios tienen cara- dice su amigo y continua- Yuuri a que no le preguntas ¿como se llama? y ¿a que viene?

-Y a mi que me importa- responde alzando los hombres en señal de desinterés - pregúntaselo tú si tantas ganas tienes.

-Ja no creas que si no se lo pregunto es por falta de ganas, con un changuito como ese de la mano puede caminar uno muy a gusto hasta el infierno- a lo que Yuuri no puede evitar bufar y lanzarle una ligera sonrisa a su amigo.

-Y si te resulta casado- le mira sorprendido

-Que importa, si muchos dicen que los hombres casados son mejores, por que quitan menos tiempo jeje- Con este comentario Yuuri no sabía si reírse o darle un sape a su amigo por ser tan sinverguenza. El moreno revisa su reloj- Bueno me voy, fíjate que tengo cita con un tipo que me presentaron hoy a medio día, ciao.

-Ok, puedes llevar esto a contabilidad- dice entregándole un sobre a su amigo, despidiéndose de él y centrándose de nuevo en su trabajo.

Se abre una de las puertas saliendo un chico de cabellos rubios y un mechón rojo con una enorme sonrisa, acercándose al escritorio del azabache.

-Aquí esta tu cheque, te descontaron un poco por la pensiones- 

-Gracias Minami, ya no tardo eh- dece sonriendo al rubio, esté le devuelve la sonrisa - Etto.. sabes tengo entrenamiento de bascket, tenemos un juego el fin de semana contra los de las oficinas centrales y queremos darles en toda la torre, voy en la noche a tu casa y nos vamos al concurso de aficonados ¿vale?.

Nuestro reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora