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El azabache estaba dándose los últimos retoques y colocándose un poco de perfume cuando escucha que llaman a la puerta y no puede evitar que su corazón se acelere por la ansiedad. Acomoda sus cosas para calmarse un poco y un nuevo toque se escucha del otro lado de su camerino. Respirando profundamente e incorporándose poco a poco en su asiento procede a encaminarse hacía la puerta toma la perilla y dando un ultimo respiro la gira reencontrándose frente a frente con el hombre del que hace años se enamoro.

Como no perderse en el brillo de esos intensos ojos azules que lo miraban fijamente provocan en sus estomago una sensación extraña y un ligero calor en sus mejillas. Viktor definitivamente se había quedado sin palabras al ver al azabache todo en el era sensualidad y el ligero olor a rosas que provenía de el invadió sus fosas nasales atontándolo y dejándolo en un completo estado de relajación que recordaba alguna vez haber experimentado pero no recordaba de dónde provenía, ahora entendía el porque del nombre. Saliendo de su estupor carraspeo para componerse y adoptar esa pose coqueta que tanto lo caracterizaba y ahora si proceder a hablar.

-Buenas noches- dijo el ruso con un toque algo sensual y una sonrisa a lo que el azabache no pudo evitar una ligera sonrisa que según el oji azul fue coqueta. Definitivamente ese hombre no había cambiando.

-Buenas noches- respondió y escaneo al de cabello plata con la mirada, provocando un ligero nerviosismo en el mencionado- mmm pase.

Oh por dios pensaba el ruso, no solo el cuerpo de Eros era sensual si no también su voz, por un momento llego a su mente un pensamiento para nada decente que tenía que ver con el japones y él envueltos entre sábanas y miles de susurros mezclándose en la habitación, pero al sentir la intensa mirada del azabache sólo atino a sacudir su cabeza para despejarse un poco.

-Gracias, con permiso- se adentro a la habitación que correspondía al camerino del azabache no pudo evitar el aspirar aun más profundo de lo normal para volver a sentir ese intenso aroma que lo llamaba a poseer el cuerpo del japones quien procedió a cerra la puerta y así quedar completamente solos en un silencio muy intimo.

-¿Gusta sentarse?- esos pequeños y carnosos labios se le antojaban al peliplata. ¿Que rayos le estaba pasando? acaso era un adolescente hormonal. No pudo evitar que su mira recorriera todo el cuerpo de Eros al verlo por la espalda al este encaminarse a un pequeño sillón que estaba ubicado frente a otro un poco más grande, definitivamente no tenía nada que envidiarle nada a una mujer ya que poseía un cuerpo de ensueño.

-Mmm si gracias- se sentía raro y no sabía el porque.

-Bueno, dígame ¿que se le ofrece?- acaso eso tenía un doble sentido y un reflejo de malicia aparecia en los ojos color café del japones o era su imaginación que le estaba jugando chueco.

-La verdad eeeh, no se como empezar- Viktor Nikiforov era un adulto entonces por que se sentía como un colegial al cual le sudaban las manos, ese no era él ¿que rayos le estaba pasando?. La confusión se reflejaba en lo azul de su mirada- Viendolo actuar hoy en la noche tuve una extraña sensación- empezaba a usar sus manos para expresarse más- Algo así como mmm, una especie de necesidad de hablar con usted.

-Mm no me lo diga- el azabache levanto sus cejas en un gesto algo divertido, esto puso más nervioso al peliplata.

-Eeeeh si, ¿Que le parece?- no pudo evitar pasar saliva y sacando una pequeña cajetilla de una de las bolsas de su traje- ¿Quiere fumar?- realmente el peliplata no estaba acostumbrado a fumar pero cuando se encontraba nervioso no lo podáa evitar.

-Etto no gracias- decía el pelinegro, mientras cruzaba una de sus estilizadas piernas sobre la otra y se enderezaba un poco más apoyando sus manos a los costados del sillón en donde se encontraba sentado- Pero no creo que allá venido únicamente a ofrecerme un cigarrillo- decía de una forma divertía mientras se balanceaba sobre si mismo de una forma algo coqueta- eeeh ¿señor?...

-Viktor Nikiforov- una sonrisa en forma de corazón apareció en su rostro- Para servirle- mientras se estiraba un poco para tomar una de las manos del japones y depositar un pequeño beso sobre ella

-No me diga- decía el azabache fingiendo sorpresa y retirando su mano mostrándose un poco incomodo, de algo habían servido las clases de actuación que Celestino y Minako lo obligaron a tomar- El famoso doctor Viktor Nikiforov.

-Eso de famoso...

-Buenooo, por lo menos conocido- soltó una risita que para el peliplata fue una dulce melodía- Pero quiero informarle, jeje, yo no estoy enfermo- decía con una cara de inocencia.

-Mire señorrr- rito- esto a Yuuri le causo gracias- Si esta usted tratando de ponérmelo difícil, le dire.- Se puso un poco más serio- La verdad es que estoy aquí porque quiero su amistad- trago saliva- Debo anticiparle que se que no que no es una cosa facíl- El pelinegro escuchaba muy atento- Además se que ustes es un joven, mmm- trataba de buscar las palabras para expresarse- "intocable"- esto hizo que en los labios del japones se dibujar una linda sonrisa que hacía que sus ojos brillaran.

-No lo crea- ante esta actitud Viktor se sintió más relajado y se posiciono un poco más cómodo en su asiento.

-Verdaderamente mis amigos tenían razón, es usted una persona encantadora- Yuuri tenia un toque seductor en su mirada.

-Si ha venido a buscar mi amistad o quizá en su cabeza tenga otra idea- cayo por un momento- me parece muy poco original su modo de iniciarse.- esto provoco que el peliplata por primera vez se sintiera intimidado ante la mirada del pelinegro.

-Le aseguro que, su presencia me pone nervioso. Además, es que tengo la sensación de ya conocerla- una sonrisa aparece en su cara- pero siempre eh sido tan mal fisonomista que...

-Eso ya es interesante, por que no trata de recordar.

-¿Que le parece si mejor bailamos una pieza?- la melodía se escuchaba provenir de fuera de la habitación- De esa manera podremos seguir charlando.

-Pero ¿bailar aquí?- el japones seguía balanceandoce sobre si mismo- No le parece muy poco... romántico.

-Bueno, es que estando con usted.

-Hay sitios, dónde podríamos estar más tranquilos.

-En ese caso, vamos a donde usted quiera- una sonrisa de triunfo apareció en los labios del ruso pero claro esto no paso desapercibido para el japones, quien en un rápido movimiento se incorporo para dirigirse al lado contrario del camerino en dónde se encontraba su guardarropa para tomar un abrigo color azul marino.

-Permitáme- en un acto de caballerosidad el ruso tomo el abrigo y procedió a colocarlo sobre el cuerpo del japones, quien le dio la espalda para que se lo acomodara sintiendo como el de cabello plata pasaba delicadamente sus manos sobre sus finos brazos mientras aspiraba su aroma. Se giro para ver directamente los ojos del ojiazul.

-Gracias- dijo que manera coqueta.

Se encamino hacia la puerta y espero a que el ruso abriera la puerta haciendo contacto visual constantemente reflejando en su mirada un montón de promesas que hacían acelerar el pulso del peliblanco, cerro la puerta de la habitación dejándola completamente en penumbras.

Esa prometía ser una gran noche o por lo menos eso es lo que él creía.

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Hola, hola!!!!

Lo prometido es deuda jeje aquí esta el nuevo capitulo. No saben cuanto disfrute escribirlo mi corazón estaba bum bum bum.

Agradezco a todas aquellas personitas que están leyendo esté Fic, a las que me dan votan, y claro que por supuesto tambien a los y las que comentan, no saben cuanto los aprecio y claro que las leo estoy pensando en dedicarles y mandarles saluditos en el siguiente cap.

¿Que opinan?

Sin nada más por el momento, me retiro.

Bonito fin de semana.



Nuestro reencuentroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora