Café 2: el amor y otras arbitrariedades

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"El café es un bálsamo para el corazón y el espíritu."
Giuseppe Verdi

Un café denso que venden cerca de la casa es mi antojo del día de hoy. Se llama Verona y posee un sabor herbáceo con un olor terroso. La primera vez que lo probé quedé impactada, me sedujo su textura y su sabor. Fue enamoramiento al primer trago, he de confesar.

El recuerdo de su sabor único por primera vez en mi boca, lo relaciono fuertemente con la sensación del primer amor. Sublime, inocente y apasionado. Ese que te seduce y te hace suspirar; que te incrementa las ganas de crecer y te hace ver el día de manera diferente. La primera vez que lo experimentas se vuelve inolvidable y, junto con todas las sensaciones involucradas aumentando dentro de ti, se convierte en algo único.

¿Qué diferencia hay entre el primer amor y el amor de tu vida? Vino a mi cabeza esta pregunta como cuando uno recuerda de repente algo que había olvidado hacer.

En ambos casos, cada momento es extraordinario y exclusivo. Se queda grabado en cada célula de tu cuerpo para siempre. Te da por escuchar música tranquila, ver películas románticas o leer novelas de amor. La lluvia se mira triste en ocasiones y te enamora a la vez, mientras suspiras. La soledad te acompaña a todas partes y se torna impaciente.

El primer amor, considero, es inocente, puro y apacible; en cambio, el amor de tu vida puede llegar a ser un sentimiento conocido y agradable, llegando a ser más intenso, apasionado y maduro.

Pero, ¿si el primer amor no es el amor de tu vida, no logra la misma intensidad que éste? Me pregunto después.

Tras saborear en mi boca por unos segundos el sorbo de café, recuerdo cómo fue mi primer amor, lo que sentí. Es algo irrepetible, por ser nuevo y único.

Aún y a pesar de no ser correspondido y ser doloroso, el primer amor es fuerte y arraigado; fiel y paciente; melancólico y encantador. Polos opuestos en un mismo sentimiento que en conjunto te ofrecen esa sensación inolvidable de lo que es el amor. Y a pesar de que en su tiempo pudo haber sido tormentoso, ahora resulta un sentimiento más cómodo y entrañable. Tesoro preciado de tus recuerdos.

En cambio, el amor de tu vida te aporta cosas diferentes conforme el tiempo pasa. La experiencia del nerviosismo, la incertidumbre y la emoción de las citas. El desosiego de verse o encontrarse a la persona dueña de tus pensamientos. La inseguridad que te propicia una mirada vaga o la sola presencia fortuita.

Hay varios amores durante la vida, pero ni uno se compara con el primero, creo yo. Ese que se recuerda como tu primera taza de café y que deseas seguir experimentando, y aunque sabes que no será igual, aún así sigues en su búsqueda, disfrutándolo cada vez, aunque te de acidez estomacal.

¿Qué diferencia hay entre el primer amor y el amor de tu vida para ti?

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