cap 46

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4:00 AM

Uno pensaría que estar en una relación romántica con Raven estaría acompañada de varias restricciones. Por ejemplo, sabiendo lo reservada que era la hechicera preferiría ser más intimida y mucho más reservada en cuanto estuvieran en público mostrando poco o nada de emoción al estar rodeada de personas. O tal vez, algo cariñosa de manera muy sutil, como un discreto apretón de manos, dedos entrelazados debajo de la mesa y con suerte compartir un casto beso o tal vez dos si es que tenía suerte…

Pero al final del día, todo lo que Chico Bestia quería era la oportunidad de conocer mejor a su novia, físicamente o de alguna otra manera. Quería pasar tiempo con ella, tanto como fuera posible. Quería hablar con ella, escucharla, tener aventuras y compartir diversas experiencias con ella justo a su lado. Todas esas cosas clichés que sucedían en las películas o historias de amor que llenaban la sección romántica de la biblioteca; Él quería crear esos recuerdos con ella, sin importar lo cursi o estúpidos que fueran.

De repente cada situación romántica le parecía atractiva, como si una nube espesa y rosada nublara su mente, cada vez que pensaba en Raven. A menudo reflexionando como sería tener una cita con ella. Algo tan ridículo como una viaje al centro comercial o una cita en un bar, tal vez un viaje a la playa, tan solo ellos dos. Largos paseos por el parque en verano, donde le dolerían los pies, por lo que cargaría con sus zapatos mientras caminaban descalzos por la hierba. Tal vez aventurarse a salir un viernes por la noche, de esa manera solo serían ellos dos y disfrutarían más de su mutua compañía sin tener que soportar a aquellas personas que los juzgaban cada día desde que formaron el equipo.

Por desgracia, Chico Bestia sentía como si estuviera montando el tren del amor él solo, pues Raven mantuvo una actitud bastante indiferente hacia él, a pesar de que estaban saliendo.

Aunque la mayoría de aquellas citas que había imaginado se llevaron a cabo, la única cosa que cambio con respecto a su nueva relación es que ya no lo lanzaría por la ventana cada vez la invitaba a algún sitio. Ella nunca lo rechazaría cada vez que le pedía que fueran a una cita y con el paso del tiempo logro que poco a poco se abriera a él, sin embargo para gran decepción de Chico Bestia, Raven no tomaba ninguna iniciativa.

Al principio, apenas y parecía un problema; Pensó que era debido a su personalidad reservada, prefiriendo no forzarla a nada y esperar hasta que estuviera lista. Además ocurriría en alguna momento, después de todo fue ella quien había comenzado todo esto al pedirle que salieran. Así que cuando habían ido a su primera, segunda y tercera cita, él realmente había querido tomarla de la mano, en cambio tuvo que contenerse y que si ella quería que él la tocara, ella se lo haría saber. Su mano evidentemente siempre estaría allí, perfectamente lista para que la sostuviera cuando ella lo deseara. Incluso a veces deliberadamente rozaba su brazo contra el suyo o se aseguraba de que sus hombros se tocaran, como si fuera una especie de indirecta.

O bien, Raven era realmente densa…algo muy poco probable o simplemente se negaba a tocarlo. De aquellas dos opciones, fue la última lo que lo lastimo de verdad, siendo solo cuestión de tiempo que las inseguridades de Chico Bestia se hicieran cargo de lo que se suponía era una nueva y emocionante etapa de su vida.

Eventualmente, dejo de intentarlo.

Quería decírselo, sabía que una relación también trataba de hablar acerca de sus inseguridades, pero tenía miedo de tentar a su suerte y arruinarlo todo, como lo había hecho en el pasado. Lo último que quería era que su relación diera dos pasos hacia atrás con cada paso que daban.

Por lo tanto en lugar de hablar, decidió que la mejor manera de liderar con esto era revolcarse en sus inseguridades, miseria y exilio autoimpuesto.

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