Playa-Con [2/2]

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—¡YA NO PUEDO MÁS! ¡YO ME VOY DE AQUÍ! ¡Detén el auto! —exclamó Vanessa, suplicándole al rubio que detuviera el vehículo a un lado de la carretera—. Gracias Bill.

La rubia espero con deserperación a que el vehículo estacionará en su totalidad para cambiarse de asiento a uno lejos de aquel chico de nombre azteca.

—Wow, es la segunda vez que me dicen algo así... —dijo Xólotl recordando la vez que llevo a Dipper a casa de Bill—. Es impresionante que tan rápido puedo hacer a alguien perder la paciencia.

—Eso no es algo de lo que estar orgulloso —le respondió la rubia de mala gana.

Mabel soltó una pequeña risa.

—Dipper, no te importa si me siento aquí, ¿verdad? —el mencionado levantó la mirada de su libro antes de negar rápidamente con la cabeza—. Gracias, sólo espero que no me pisoteen cuando Mabel quiera bajarse para ir al baño.

—No prometo nada —le respondió la castaña.

—Bueno, ¿ya podemos seguir? —inquirió el conductor—, si la princesa de Vanessa ya está lista, claro está.

Dipper frunció el entrecejo al escuchar aquello, tratando fuertemente de ignorarlo y concentrarse en su lectura.

—Sí, ya estoy —añadió la mencionada con una sonrisa acomodándose el cinturón de seguridad—, muchas gracias.

El rubio soltó una pequeña risa como respuesta, viendo al grupo de atrás a través de sus lentes de sol para asegurarse que todos estuvieran listos  antes de retomar la conducción hasta su destino. 

De momento el camino a la playa había sido un desastre, estaban todos en una camioneta que Bill, Will y Xólotl habían rentado para todos, dispuestos a llegar lo más temprano posible para aprovechar al máximo el día, pero realmente no se habían puesto a pensar en que juntar a todos ellos en un espacio reducido no había sido su idea más brillante.

Ambos hermanos Cipher estaban al frente, Will era el copiloto de Bill y ambos parecían muy perdidos en sus cosas de hermanos, conversando de tonterías e ignorando por completo al grupo de atrás, mientras que Dipper parecía perdido en otra cosa, puesto que llevaba todo el camino con un libro entre las manos sentado en el asiento detrás del rubio, detrás de Will se encontraba ahora la rubia que, al principio, había estado en la última fila con Xólotl y Mabel, pero cansada de las tonterías del chico, había decido cambiarse al asiento disponible junto a Dipper, mientras que los otros dos parecían estar entretenidos platicando entre ellos.

Se dirigían al Playa-fest organizado por la presidenta estudiantil, aunque Bill prefería llamarle: El Playa-Con. ¿Por qué? Porque él no entendía por qué todas las fiestas de adolescentes llevaban ese nombre junto con el Fest al final, no era un festival de verdad, sólo era una fiesta más, y como él debía ser más creativo (y más tonto, como diría el castaño) que eso, decidió nombrarla así.

Todos estaban decididos a pasar el mejor rato de su vida en la fiesta que organizaba la chica más popular de la escuela, la mayor de los gemelos Gleeful y si Xólotl se unía a la diversión sólo significaba que sería una de las mejores fiestas a la que irían alguna vez en su vida, a excepción tal vez de Dipper, quien se encontraba cuestionando su decisión de ir, ¿por qué había aceptado ir? ¡El odiaba las fiestas! Sólo lo ponían ansioso y de muy mal humor, sí, no todo el rato estarían en la fiesta, estarían la gran mayoría del rato en la playa y podría hablar más con Vanessa, pero tal vez no había sido su decisión mas inteligente.

—Willcito-o —le llamó la atención Vanessa que ahora se encontraba detrás de él—. ¿Estás emocionado?

—¿Emocionado de qué? —preguntó distraído dejando de cantar junto a su hermano.

Peleando por la misma mujer [Billdip]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora