Capítulo 14

6.8K 534 37
                                    

Estaba desayunando, el sol aún no aparecía completamente por lo que débiles rayos podían percibirse desde mi ventana, el cielo antes oscuro comenzaba a aclararse y las estrellas habían desaparecido.

Era sábado, lo que significaba que no tendría que ir a CATCO, sin embargo había decidido aprovechar mi insomnio adelantando trabajo en casa. No pude conciliar el sueño,  desconocía la razón pero cada vez que cerraba mis ojos la imagen del cuerpo del reptiliano emergía sin permitirme pensar en algo más. Miles de preguntas inundaban mi cerebro, y no podía disfrutar de mi desayuno por culpa de mi distracción.

Antes de que pudiera notarlo mi plato estaba vacío y mi café había desaparecido. Abandoné mi asiento para dirigirme al sofá  donde habitualmente trabajaba cuando estaba en casa. Este se encontraba repleto de papeles esparcidos desordenadamente en la superficie de los almohadones, por lo que tuve que luchar para hacerme un lugar, había tomado uno de los papeles pensando en que debería ser más ordenada cuando mis pensamientos fueron intervenidos por el sonido de mi móvil.
Atendí sin siquiera ver quién llamaba.

-Hola- su voz acaparó toda mi atención haciendo que dejara a un lado los papeles.

-Lena, hola- respondí sin ocultar mi asombro.

-Siento llamar a estas horas, es que me levanté temprano para salir a correr y me preguntaba si quieres acompañarme- soltó sin rodeos. Dejandome algo desconcertada por su propuesta.

-Eeeh, si, si por supuesto, no podía dormir de todas formas- contesté sin dudar demasiado, me apeé del sofá para dirigirme a mi habitación y quitarme el pijama.

-Te espero en el parque, el de anoche, en ¿treinta minutos? - preguntó dubitativa.

-En treinta minutos- confirmé sin retener la sonrisa que amenazaba con salir.

Colgué la llamada y una vez en mi habitación me dispuse a elegir mi atuendo, probé varias camisetas pero ninguna me convencía, finalmente decidí utilizar una camiseta blanca sin mangas con unos pantalones deportivos cortos negros, vestí mis pies con unas zapatillas deportivas de una llamativo color violeta y recogí mi cabello en una coleta. Solo necesité veinte minutos para alistarme. Aún disponía de diez minutos para llegar al lugar.

Estaba en el parque mirando en todas las direcciones para captar la presencia de Lena, sin tener éxito. Iba a dirigirme hacia otra parte para ver si así aparecía en mi campo de visión cuando alguien me tomó de los hombros y chilló "KARA" detras de mí.

Giré sobresaltada para toparme con el rostro que esperaba ver a escasos centímetros de mí.

-Debiste ver tu cara- rió abriendo sus ojos en una expresión de asombro para imitar mi rostro al verla.

-Bueno es que yo estaba viendo hacia allí intentando encontrarte- me excuse señalando nerviosa hacia la dirección opuesta sin poder quitar mi mirada de sus labios, estaban demasiado cerca de mí.

-Bueno qué te parece si hacemos lo que vinimos a hacer- dijo alejándose un poco, provocando que extrañe su cercanía.

Me detuve a mirarla ahora que estaba más alejada y me percaté de su atuendo, unos leggins  grises que remarcaban sus curvas y una camiseta rosa ceñida, las prendas deportivas la favorecían. Su pelo recogido al igual que el mío brillaba con los rayos del sol.
-Y qué te parece si mejor vamos por unas donas- respondí sonriendo, por algún motivo demasiado atontada como para pensar con claridad lo que decía.

-¿Lo dices en serio?- cuestionó divertida por mi propuesta.

-¿Por qué estaría bromeando?-repliqué con una mirada desafiante.

-Esta bien, entonces vamos por donas- se rindió fácilmente sin poner objeción.

Habíamos ido a un local cercano y ahora nos dirigíamos hacia el edificio de Lena quien había recordado tener una reunión.

-Si sabía que ibas a sabotear mi intento de hacer ejercicio no te hubiera llamado- bromeó cuando subíamos por el ascensor.
-Ouch! Eso dolió- contesté llevándome una mano al pecho y poniendo una expresión de dolor, fingiendo estar herida, como si hubiera recibido un disparo, siendo sus palabras la bala que me atravesaba.

Se abrieron las puertas y ambas nos dirigimos por el pasillo, intenté ser cortés con la secretaria quien estaba en una llamada pero cuando iba a abrir mi boca para saludarla decidí que el ignorarnos sea recíproco.

-Pasa- dijo Lena abriendo la puerta y adentrándose a su oficina.

Entré sin oponer resistencia a sus ordenes y le seguí el paso,  acabando sentada junto a ella en el sofá, que curiosamente volvía a ser el blanco, el negro siendo solo temporal.

-Bueno, aún me quedan veinte minutos para disfrutar estas donas- tomó el paquete y escogió una con chocolate.

-No creí que te gustaran tanto- reí divertida por su felicidad al tener el alimento en su boca.

-Kara, soy humana- sonrió lanzándome una mirada coqueta.

-Cierto.- Tomé una dona rosada y la llevé a mi boca.

-Quería darte las gracias, eres muy buena amiga.- soltó de repente, esas palabras pareciendo querer salir de su boca desde hacía tiempo.- Es decir, es raro que alguien confíe en mí, y significa mucho para mi que me hayas dado una oportunidad...-continuó al ver que no la interrumpía-  se que puedo confiar en ti y por eso siento que eres lo más parecido a una familia que tengo- finalizó con algunas lágrimas amenazando con escapar de sus ojos. Una brillo lleno de dolor y tristeza apareciendo en su mirada.

No respondí, me limité a acercarme a ella y secar sus mejillas, una vez terminado el trabajo dejé mi mano reposando en su rostro, acariciando con mis pulgares la zona en donde habían estado sus lágrimas, mientras observaba sus ojos en los cuales el verde se había minimizado para darle paso a un celeste pálido.

Ella tomó mi cintura entre sus brazos y llevó su rostro hasta al hueco de mi cuello, fundiéndome en un cariñoso abrazo. Nos quedamos así durante un tiempo hasta que ella decidió alejarse de mi cuello, yo aún no había soltado mi agarre, mis brazos alrededor de su torso. Tomó mi rostro entre sus manos, el contacto provocando que mi estómago enloqueciera, sin poder contener mis impulsos corté la escasa distancia que separaba nuestros labios y uní su boca con la mía, dando lugar a un beso suave, que causó una revolución en mi interior. Nuestros labios comenzaron a moverse con lentitud, deseando prolongar su separación todo lo posible. Pero antes de que pudiera asimilar lo que sentía, el sonido de la puerta abriéndose bruscamente provocó nuestra separación.

-¿Interrumpo algo?- cuestionó una voz frívola que desconocía.

-Madre- respondió Lena al separase de mis labios con rapidez, la voz le tembalaba, y sus mejillas pálidas se habían encendido. Jamás la había visto ser intimidada, y a pesar de la situación en la que nos encontrábamos me resultó tierno verla de esa manera.

-Mejor me voy- murmuré avergonzada quebrantando el silencio incómodo que se había formado, sin saber en donde esconderme, desaba que la tierra me tragara en ese mismo momento. Me apeé rápidamente del sofá y me alejé esquivando la presencia de su madre en el umbral de la puerta con la mirada puesta en mis pies demasiado apenada como para ver el rostro de la mujer a mi lado. Dirigí una mirada fugaz a Lena quien ahora estaba de pie mirándome comprensiva mientras huía de la escena.

Caminaba rápidamente hacia la salida de L Corp cuando recibí un mensaje de Alex en el que ponía
"Ven a mi casa, tenemos que hablar."

                           ***

Bueno, era necesario una dosis de supercorp luego de el último capítulo de supergirl.
Espero que les esté gustando...

Siempre tuya (Supercorp)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora