la Princesa de los Dragones

Capítulo 12

No me he dado cuenta de que en la habitación había también un armario. Voy hacia él y lo abro. ¡Ropa nueva! Camisetas, vaqueros, vestidos.... Para la cena de hoy me voy a poner algo bonito. Cojo un vestido rojo y me voy en el baño. Me hago una ducha rápida, me visto y dejo el pelo suelto. Ya son las 8.

<<¡Hola! ¡Estás guapa!>> me dice Alex sonriendo. Me estuvo esperando fuera de la habitación para guiarme hasta la casa de su tía.
<<Gracias. ¿No te parece un poco exagerado? ¿Debería vestirme menús elegante?>> Pregunto incierta.
<<No te preocupes, así estás genial>>

Cae un silencio muy incómodo entre nosotros. No he dejado de jugar con mi pulsera, una de las pocas que tengo.

<<¿Vamos?>>
<<Claro>>

Seguimos sin decir nada. Parece preocupado, nunca lo había visto así.

<<Tengo que avisarte de algunas cosas sobre mi madre...>> Me dice de repente. Su mirada era incómoda.
<<¿Qué cosas?>> pregunto curiosa.
<<Bueno.... Primera cosa, cuando le hables mírale siempre en los ojos. Segunda, puede ser muy mala. Tercera, yo no voy a cenar con vosotras y no se cómo se comportará contigo, no te podré ayudar...>>

Me paro.

<<¿No vas a cenar con nosotras? No me dejes a solas con ella, no soy buena socializando, va a ser todo muy incómodo>> digo en pánico.

Esperaba que mi tía fuese alguien amable y dulce, ahora tengo miedo.

<<¿Por qué no te quedas?>> pregunto de nuevo.
<<Lo siento mucho Harley, trabajo en este castillo así que no hay tiempo de descanso para mí. También hay otra razón, no tengo buena relación con mi madre.>> me responde mientras se toca la barbilla.

Ahora creo que está será una de las peores cenas del mundo.
Pasan unos minutos y por fin nos paramos delante de una puerta de cristal. Alex suena el timbre. Qué extraño... Un timbre en una casa que está en un castillo. Este mundo es... Singular.
Alguien habla desde dentro.

<<¿Quién es?>> pregunta una voz femenina.
<<Soy yo. Te traigo a mi amiga>> grita Alex.
<<Una pregunta Alex. ¿Le has dicho que soy la princesa o que soy tu prima?>> pregunto mientras me pongo a jugar de nuevo con mi pulsera.
<<No>> dice.
<<¿Por qué?>>
<<Se me ha olvidado...>> dice mientras sonroja por la vergüenza.