Capítulo 02

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Sentía como el aire que entraba por la ventana del auto de Mama y despeinaba mi poco cabello lacio que había crecido a lo largo de mi descanso de los hospitales. Otro año empezaba, otro hospital y otro tratamiento más.

-¿Y cómo te sientes Charlie? ¿Emocionado?-Pregunta mi madre para tratar de romper el silencio incomodo que realmente siempre pasa entre nosotros-.

-Supongo que bien, en este hospital se supone que me curare, ¿No?

–Mentirle a mi Madre sobre cómo me siento se ha hecho tan normal que a veces ni necesito esforzarme parara hacerlo-.

-Así es, ya investigamos el tratamiento y pagamos ya todo, veras que si te curaras.-Dirige una sonrisa hacia- Y con las sesiones de rehabilitación ya estas recuperando el movimiento de tus brazos ¡Eso es una avance!

-Si sorprendente –Miro por la ventana el gran hospital de color blanco, de al menos más de 3 pisos, de ventanas azules y un extraño piso alto cubierto en construcción-.

-He aquí el Hospital San Robert ¿Lindo no? Me dijeron que la contrición sería una sorpresa para los pacientes de este año.

-Qué bueno, tal vez solo sea algo para los niños.

Mama estaciona el auto a la entrada del hospital para comenzar el tan elaborado plan de bajarme del auto sin que me lastimara. Ella se despide con un solo adiós y se va a su tan importante trabajo, como siempre.

El Hospital San Robert a primera vista luce como un lugar limpio, tranquilo y ordenado; no se mira ningún paciente en la gran sala Emergencias que estaba ubicada del lado derecho de la recepción que tenía un hombre de joven edad y pelinegro atendiendo llamadas, detrás de un escritorio de madera.   

La Sala de Emergencias tenía bastantes sillas, tenía una estructura circular, unas grandes puertas para que entraran y salieran camillas, además en la entrada desde el hospital unas puertas de vidrio. Al lado izquierdo de la recepción estaba un pasillo lleno de puertas de quirófanos y con un elevador al final.

Mi habitación es la numero 21, por lo que supongo estaría más o menos en el tercer piso, estoy lo más cerca a los quirófanos por si se presenta alguna emergencia. Después de subir a mi habitación por el elevador y estar acostado solamente podía mirar hacia el techo.

Mi habitación tenía más maquinas que ninguna otra habitación y no podía verlas lo único que podía hacer era practicar mi movimiento motriz, que era tratar de alcanzar una pelota de plástico de mi mesa de noche y tomarla en mis manos.

Así pase toda la tarde y noche, y de seguro  así será todos los días restantes de mi aburrida vida. Sé que solo causo lastima pero me gustaría solo morirme de una buena vez, así se evitarían la pena de pagar todo el tratamiento mis padres, mis órganos serian donados a una persona que los necesita, todos dejarían de sufrir, incluso Mama y Papa podrían separarse y ser felices, Frank se iría con alguno de ellos y le pondrían la atención que merece.

Pase toda la tarde y semana pensando en eso; lo único realmente interesante en mi vida son las quimioterapias que tengo de Viernes a Domingo, una por día, en esos días mi Padre y Frank me visitaban y estaban conmigo.
Aprecio que lo hagan, pero a veces desearía que lo hicieran entre semana. Que fuera como antes.

Yo salía de la escuela, recogía a Frank de la de él y caminábamos a casa, Mama tenía la comida lista. Comíamos mientras platicábamos, después hacíamos la tarea y los deberes de la casa hasta que llegaba Papa, y para ese entonces nos preparábamos para ir a cenar los cuatro. Era simple pero al menos familiar.

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