Cicatrices

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Ante la vista de Kaneki se encontraba la mujer que lo atormentó y lo volvió loco... Pero la cual le había gustado y preocupado, a pesar de que ella casi lo mata no le guardaba odio si no que... La apreciaba, apreciaba que aun estuviera con vida, ella se veía tan genial, su largo cabello púrpura había crecido bastante y sus labios seguían igual de hermosos que la primera vez que se conocieron, simplemente tenía una aura de elegancia

Kaneki estaba confundido, no fue hace mucho que había hablado con Yomo, ¿Por que no le dijo que Rize había salido de su trance?¿Por qué lo mira con miedo?¿Dónde estaba Yomo para romperle los huesos?Y esas ropas de hombre... Eran bastantes preguntas sin una respuesta clara, apretó sus puños con fuerza para intentar calmar sus impulsos

—K... ¿Kaneki?.

Hablo la joven intentando no dejar caer la taza favorita de Yomo pero sus manos empezaban a temblar y parecía que hablar le era imposible, Kaneki por otro lado intentaba acercarse lentamente a ella pero Rize retrocedía sin dudarlo

—Rize... Tu te...—

Pero le cerro la puerta en el rostro

"¿Como la había encontrado?", se lo preguntaba Rize, ella no había sentido tanto miedo desde hace mucho pero que podía hacer, aun con su cuerpo en buenas condiciones no sería capaz esta vez de correr... No está vez...

Se mordió las uñas de las manos por la angustia dejándose caer en la puerta temblorosa de su destino el cual no se vía favorecedor. Se levantó rápidamente luego de escuchar una voz que le llamaba, mirando rápidamente por el hoyo de la puerta, ahí estaba Kaneki diciendo palabras incomprensibles

Alejándose de la puerta corrió a una habitación y se encerró en esta, tomando un aparato que Yomo le había dado "Si sucede algo y yo no estoy, marca a el único número registrado y vendré sin importar que" ella se cuestionaba si le llamaba o se protegía sola... su rinkaku (como le dijo Yomo) tardaría mucho en recuperarse y... seria inservible si lo utilizara ahora... Además está era la hora perfecta para las palomas

No podía arriesgar a Yomo

Inhaló bastante queriendo tranquilizar su corazón aunque no lo consiguió de salio de la recamara para dirigirse a la cocina tomando el cuchillo más afilado que tenía y sin pensarlo dos veces se dirigió a la puerta principal, verificando si seguía ahí el chico

En el momento en el que él se pegó a la puerta supo que era la señal

Con sutileza tomó el picaporte de la puerta y la abrió rápidamente, al momento que Kaneki cayó en el suelo, con rapidez se posiciono sobre él y puso la punta del cuchillo en su cuello

La el frío picaba en su espalda pero la misma adrenalina no le dejaba pensar

—¿Qué hacés aquí?.

Le pregunto Rize, sosteniendo el cuchillo entre sus manos aplicándole una llave con sus rodillas sobre las manos de Kaneki

—Eso dolió mucho.

Se quejo Kaneki, sintiéndose avergonzado por la vista que tenía ante sus ojos de la mujer sobre él, sin aviso un ligero rubor apareció en las mejillas de Kaneki. Pero Rize reacciono de mala manera y acercando más el cuchillo a su cuello

—Te mataré si no-

—Inténtalo.

Aunque fue interrumpida por Kaneki, ella se asombro por las palabras extrañas que el chico pronunció. Estaba loco, como podía decirle eso, ¿Acaso noto que sus manos estaban temblando? Era demasiado evidente al parecer

—¿Qué... Estas diciendo?.

Pregunto exponiendo accidentalmente lo asustada que estaba, pero no tiempo para reaccionar cuando Kaneki pudo librar una de sus manos de la rodilla de la joven y tomar el mango del cuchillo acercándose peligrosamente a ella

El Ciempiés Caníbal Y La GlotonaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora