Please, come in

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Mientras entraba, Seungcheol seguía mirándolo fijamente, sonriendo ante su postura adorable y su comportamiento más que ligeramente nervioso, definitivamente era el tipo de Seungcheol. «El día sigue mejorando», pensó para sí mismo. No sólo se estaba mudando a un lugar mejor que estaba más cerca de su universidad, sino que había encontrado a un lindo muchacho sentado allí, básicamente esperándolo en la puerta de su casa. En el instante en que vio a Jihoon, Seungcheol se detuvo cuando notó su pelo esponjoso y rosado y unas manos extrañamente atractivas. Lo que se esconde detrás de ellas fue aún más agradable. Seungcheol no podía borrar esa mirada de shock en la cara de Jihoon de su cabeza, y esos hoyuelos que aparecieron cuando sonrió sutilmente. Hizo que su pecho saltara y sus labios cosquillearan, aunque por fuera se quedó de pie y se echó a reír. Eran momentos como estos que Seungcheol agradecía al universo por regalarle el increíble talento de poder el romper hielo. No sólo le daba la oportunidad de hablar con este encantador chico de al lado, sino que le daba el valor de invitarlo a entrar.

Y mientras Jihoon llegaba al centro de la habitación, Seungcheol observó mientras exploraba el entorno, mirando hacia arriba y hacia el otro lado.

—Bonito lugar —. Seungcheol cerró la puerta detrás de él cuando Jihoon habló.

Volviendo su atención al muchacho ahora más cómodo, Seungcheol se secó las manos en los vaqueros mientras se acercaba.

—Sí, es un gran paso desde donde estaba antes. Mi amigo, Jeonghan, y yo lo encontramos hace unas semanas y se enamoró del espacio—. Seungcheol se detuvo junto a él, se metió las manos en los bolsillos y se encogió de hombros—. Pero para ser honesto, lo que me vendió fue el número de apartamento.

Jihoon, notando lo cerca que estaban, retrocedió un poco, sonrojándose ligeramente, lo que hizo que Seungcheol sonriera aún más. Apartó la mirada y preguntó:

—¿Qué? ¿917?

— 17—, aclaró Seungcheol, echando un vistazo al buen físico de Jihoon. Esa sudadera de gran tamaño que llevaba le hacía lucir más dulce que cualquier osito de peluche que puedas encontrar, pero por alguna extraña razón, Seungcheol podía percibir que había algo escondido detrás de toda esa ternura, algo... ¿más duro? ¿Más inflexible? ¿escalofriante? No tenía ni idea de lo que era, pero eso hizo que Jihoon fuera aún más intrigante—. Es mi número de la suerte.

— ¿En serio? — dijo Jihoon, dando vueltas. Rió entre dientes y cruzó los brazos—. Que gracioso, ese es mi número de la suerte, también.

Seungcheol le sonrió y caminó lentamente hacia atrás.

—Entonces supongo que estaba destinado a ser.

Esperando que el chico se pusiera nervioso, Seungcheol se sorprendió cuando Jihoon se ahogó con sus risas y enterró las manos en los bolsillos.

—Eres muy directo, ¿verdad Seungcheol?

Ahora era el turno de que Seungcheol se sonrojara. Cosquillas recorrieron su cuerpo al oír a Jihoon decir su nombre y detuvo sus movimientos.

—Uhhhh...

Pero Jihoon se limitó a reír y soltó los brazos, claramente complacido de que la pelota estuviera ahora de su lado.

—Es una buena cualidad.

Seungcheol sonrió y sacudió la cabeza mientras se dirigía hacia la nevera de la cocina.

—Lamento que no haya lugar para sentarse o algo. ¿Quieres algo de beber?

—Gracias, pero no, sólo tengo 18 años... — respondió Jihoon.

Pretty Boy Across the Hall ☆ JiCheol | [Traducción]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora