Acá estaba yo, Jeon Heemin, contando mi historia frente a una cámara, era extraño pero él insistió en grabarme, accedí y comencé.
Mis padres tenían bastante dinero, pero yo vivía como una chica normal -hasta podría decir que parecía alguien de estatus bajo vestida de seda- aunque todo el mundo pensaba en mi como la "niña rica" yo no era ese tipo de chica.Al cumplir once años, mis padres me informaron que una pareja que eran muy amigos de ellos de en la secundaria vendrían a vivir con nosotros, para tener esa edad ya me importaba mierda lo que hagan.
Mi hermana menor y yo solo nos miramos, me encogí de hombros en señal de "da igual" pero mi hermanita, la tierna, adorable y cariñosa Heesook o como yo la llamaba Sookie se puso muy feliz.
El día en el que la pareja vendría llegó y la verdad yo seguía con la misma idea en la cabeza, realmente me daba igual.
Tocaron la puerta, mi madre los recibió y tuve que bajar a saludar obligadamente, mi hermana los saludo con respeto y ternura, yo solo solté un "hola" para luego hacer una reverencia por educación, yo no era ninguna salvaje.
Noté un niño detrás de la falda de la señora. La madre insistió en que él saludara y tuve que mostrarle yo la casa. Él no paraba de mirarme todo el tiempo que lo acompañé a conocer la casa así que me volteé a verlo con mala cara, entonces salió corriendo después de empujarme, me golpee el brazo, eso había dejado un moretón. Me vio tirada en el piso mientras bajaba las escaleras y se detuvo. Sus ojos me miraban tan fijo que dió algo de miedo, pero igual seguí firme.— ¿No vas a ayudarme? ¿disculparte al menos? -Bajo las escaleras cabizbajo sin responder.
Mi hermana estuvo toda la noche hablándome de Na Jaemin, el niño idiota que me empujo y no tuvo ni la mínima amabilidad de disculparse.
Al siguiente día bajé a desayunar y él se quedó mirándome otra vez, me dió escalofríos.
— ¿Qué? ¿Tengo algo en la cara?
— Uhm... -solo miró su desayuno.
— No lo trates así, eres mala con él. -Habló Sook.
— Claro, yo soy mala, él fue mal educado y nadie le dice nada.
— Lo siento..
Quedé unos segundos mirándole, parecía un niño muy tímido e idiota, su voz al pronunciar sus disculpas fue tan suave que quise abrazarlo como un peluche, pero como siempre no iba a cambiar de opinión y miré para otro lado.
— Tarde pequeño Jaemin, tarde. -frunció el ceño, terminó el desayuno y se levantó.
No llegó a irse muy lejos, cuando habló la soñadora Sook, que dijo algo que me hizo querer golpearla.
— Terminaran casados.
— Cállate tonta, prefiero que me besé el perro del vecino, ese que siempre come caca.
— ¡Ew! ¡Que asco!
Me despedí de ella para luego irme a la escuela, ¡adivinen con quien! Con Jaemin, el cual estaba en la misma clase que yo.
Al entrar a clase como supieron los profesores que él vivía conmigo y no conocía a nadie más que yo, lo sentaron conmigo y al verme soltó una risa, esa risa malvada que me comía la mente, en serio no lo soportaba y solo llevábamos un día de conocernos.
— ¿Te parece divertido? -fruncí el ceño.
— Te enfadas fácil, Heemin.
— Ti infidis ficil -lo imité.
— ... -me empujó con el dedo índice la frente y yo gruñí- tonta.
— Idiota.
Mi temperamento no era nada bueno para tan corta edad, pero su presencia no me ayudaba en nada, en serio, en nada.
[...]
Cuando volví a casa tiré la mochila en el sillón y tomé algunas cosas del refrigerador para hacerme un sándwich, después de eso me tiré en el sillón mientras lo comía y miraba televisión.
— ¿No vas a hacer la tarea? -me miró Jaemin mientras sacaba cosas de su mochila.
— Más tarde lo haré, ahora estoy cansada.
Él comenzó a hacer su tarea justo cuando mi madre llegó, lo vio hacer su tarea y a mi me miró tranquilamente recostada en el sillón.
— ¿Cómo que él hace la tarea y tú no?
— Es que no quiere hacerla -dijo bajo y sonriendo, es diabólico.
— ¡Pero si yo la iba a hacer!
Y así fue como mi madre me castigó por una mentira de Jaemin, lo dije, él era diabólico. Me encerré en mi habitación después de que ella me gritara y obligara a hacerlo y no, no hice mi tarea, solo dormí muy enojada para relajarme porque las palabras de aquel idiota hicieron que estuviera castigada.
[...]
A la mañana siguiente me levanté y después de vestirme salí de mi habitación. Vi mi mochila en la puerta, solo la tomé para bajar las escaleras rápidamente, no me pregunté siquiera porqué rayos estaba ahí.
Desayuné está vez sin Jaemin, ni Sook y corrí a la escuela, estaba llegando tarde.Nada muy interesante, solo algo peculiar. Cuando iba a hacer mi tarea en el receso, ya estaba hecha, fue una cosa extraña, pero una cosa menos para mí.
Tomé mi almuerzo en la cafetería después de hacer la larga fila para luego sentarme con mi mejor amiga Jinkyong o como yo la llamaba -Para acortar el nombre- Jeeny. también estaba ahí Chenle el chinito, un buen amigo.
Jeeny es muy divertida y extrovertida, Chenle es muy alegre, siempre encuentra la forma de hacerte reír, ambos tienen una personalidad parecida, mientras tanto yo.. era callada y no muy simpática.— Jaemin es genial -dijo Chenle al verme sentada junto a Jeeny.
— No. -ambos me miraron inmediatamente.
— ¿Por qué no? -Esta vez hablo mi amiga.
— Porque es un idiota y siempre lo será.
— Cálmate, ¡no te alteres! -Chenle levantó los brazos intentando mostrar inocencia, era como si le estuviese por disparar.
Dejé de hacerles caso y mire mi plato, cuando iba a comenzar a comer vi que Jaemin se aproximaba a nosotros, grité internamente, pero algo me alivió, Mark y Donghyuck lo detuvieron y se lo llevaron. ¡Los populares! Le deseo suerte, espero que aguante ese mundo de mentira.
Hablando de los populares, entre ellos estaba la "fantástica" KyungMi o como todos la llaman Mimi, me da igual su existencia y las de sus seguidoras, las cuales están bajo su sombra, ya de pequeñas son un títere que quiere encajar. La escuela siempre es una jungla donde hay que sobrevivir, pero yo no entendía la necesidad de poder, siendo yo estaba feliz....
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Odiarte es poco | Na Jaemin.
Fanfiction«Detesto cada centímetro de tu existencia, odio cada respirar de tu ser. Si algún día dejaras mi casa hasta te pagaría la mudanza, pero no todo es como quiero. Escribir todo mi odio me calma, pero dejo mi bolígrafo y en cuanto me levanto de esta sil...