FORBIDDEN (PROHIBIDO)

Capitulo 2

Katherine Leer Max era amiga íntima de Clarice, se conocían desde Antes que naciera la joven dama y era la única persona aparte de su difunto esposo que sabia el origen de la mujer.

Katherine era mujer aproximadamente de cincuenta años de edad pero de apariencia jovial, elegante e inteligente, esas virtudes opacaban su falta de gracia física comparado con su íntima amiga; admirada por todas las jovencitas de la aristocracia por su indudable distinción.

Había llegado la hora de la casi forzosa visita sin embargo todas las damas disfrutaban ese momento incluso Antoniette que era la más joven estaba gustosa de ir, Al llegar tocaron a la puerta la señora Leer Max ya las esperaba de pie gustosa, ----queridas adelante, bienvenidas sean decía la mujer mientras saludaba cariñosamente a Antoniette y a su madre, pronto traerán el te pero tomen asiento por favor, las damas aceptaron la invitación.

Katherine cada vez que veía a la joven dama le preguntaba sobre su vida amorosa, veía en ella una esperanza de realizarse algo que ella no hizo por un amor no correspondido.

Antoniette querida cada día luces mas esplendida, deberías aprovechar tu juventud y belleza para conocer un hombre distinguido no mires mi ejemplo dice la mujer la cual tomaba con gracia cada evento desafortunado en su vida; ---ayer por la noche, en la opera conocí a un joven encantador, el cual hizo mi sangre hervir con tan solo verme, es muy apuesto y elegante comento entusiasta, --- ¿y quién ese afortunado caballero? Pregunta la madre llena de curiosidad, ---- se lo comente en la mañana madre pero no escucho, -----tu madre siempre anda volando lejos dijo Leer Max para amenar el momento, mejor dinos ¿quién es el misterioso hombre, ---Es el apuesto James Dankworth. La madre tiro la taza al piso, la señora Leer Max quedo anonadada al escuchar ese nombre, la tensión se hizo presente, sin decir nada Clarice se puso de pie y se marcho, te espero en el carruaje hija no te demores, la joven dama solo asiento con la cabeza, ---- a mi madre le desagrado la idea ¿no es así?, ---- querida ese caballero posee cierta reputación, la cual no es grata si se trata de una señorita decente como tú, no te dejes llevar por su encanto ahora anda no hagas demorar a tu madre, te aseguro que esta indispuesta. Antoniette se despedía de la señora Leer Max tenía un aprecio especial por ella ya que la mujer la trataba con una hija. Al salir del lugar para dirigirse camino a su carruaje el cual la esperaba a media cuadra y caminando a paso lento paso en frente de ella un vehículo en el cual un joven asomo la cabeza y grito: --- buenas tardes, era Dankworth, el cual iba rumbo al banco, pidió que detuvieran el carruaje y bajo a toda prisa, se acercó hacia la señorita de forma impaciente cuando al fin la tuvo al frente dijo agitado:

-----Buenas tardes señorita Lexington un placer volverla a ver, ¿Cómo ha estado? ------hola buenas tardes, bien gracias y usted ¿Cómo se encuentra? -----bien gracias, no quiero molestar solo saber si acaso pudiera verla mis intenciones no son malas solo quiero tener una grata conversación con una persona que es amable y distinguida

------vaya no me conoce y soy amable dijo en tono irónico.

------con solo verla me basta para saber que usted es agradable y si me lo permite me gustaría confirmarlo

Sonriendo Antoniette dijo: ---quizá y continuo caminando, Dankwork caminaba a prisa tras ella y decía: --- por favor se lo suplico tenga piedad, por favor, dice en tono sarcástico, Antoniette sigue caminando gira la cabeza levemente hacia donde está el,

---- está bien, lo esperó en el parque a las veinte horas, --- de acuerdo nos vemos en el jardín de su casa a las veintidós no falte señorita Lexington ----- pero ese no era el acuerdo dijo molesta Antoniette ------- no tiene por qué preocuparse soy un caballero, la espero en el jardín de su casa a las diez horas de la noche y no se preocupe por decirme como llegar o donde es, puesto esos datos son de dominio público, ya que la aristocracia lo sabe bien. --------- solo espero que se comporta a la altura de un caballero como dice que es. Quizá muy dentro de usted allá un plebeyo dijo la dama en tono burlón además no le aseguro que pueda asistir, por lo cual debe arriesgarse, la decisión que tome en el último momento depende de mi estado de ánimo dijo advirtiéndolo.

-------por una vez señorita Lexington prometo ser el caballero que soy puede ir acompañada no tendré ningún inconveniente aunque si va sola mejor dijo con una sonrisa picara en el rostro. --------- se quedo pensativa unos minutos después dijo muy segura de sí misma: --- lo espero en el jardín de mi mansión a esa hora será la única oportunidad que le brindare para demostrar que mi tiempo no fue una pérdida. Entrando al jardín vera un columpio lo espero ahí no se demore que de ser así me retirare dijo mientras se dirigía al carruaje, Hasta pronto. James espero hasta que estuviera arriba y antes de que este avanzara grito: -------no le fallare, sonrió, camino de vuelta a su carruaje y subió. La madre de la jovencita estaba seria y consternada,

--- ¿quién es ese jovencito hija? ---madre, el es James Dankworth su padre es el duque Henry dijo seria la señorita. ----No quiero que trates con él, dijo molesta Clarice, en su rostro se podía ver la desaprobación, continuaban hablando mientras el carruaje avanzaba, el joven Dankworth es no es de fiar, --- pero, ¿por qué madre? --- no me cuestiones Antoniette dijo enojada solo obedece. ------pero madre... --nada hija obedece. Antoniette se quedo callada no comprendía el motivo y por temor no lo preguntaría además era evidente que su madre no le diría nada. Clarice era muy Hermética en cuanto a su vida personal, a pesar de ser su madre sabia poco de su vida antes de que ella hubiese nacido, siempre desaprobaba a cada pretendiente que tuviera Antoniette, nadie era suficiente para ella, pero esta vez era diferente aunque llevaría la contra, el joven James en verdad le atraía, su actitud entusiasta como si tuviese menos edad y su interés alagaban a la dama.

J. Dankworth subió a su carruaje y siguió su rumbo, pero le había sucedido algo nuevo, estaba nervioso y moría por besarla a pesar de ser la segunda vez que la veía, estaba confundido, era un océano de tonalidades.

En cuanto llegaron las damas Lexington a su mansión Clarice se dirigió directamente al despacho como si aquel lugar fuese el escape a la realidad.