El sol se ocultaba y la noche comenzaba a florecer, era fría pero había misterio en la mirada de la luna Antoniette subió a toda prisa a su habitación mientras pensaba que vestiría, no quería llevar la ropa del día, por lo contrario lo quería impresionar, recordó que tenía un vestido hermoso así que le habló a la mucama, pidió que le ayudaran apretar el coserte; llevaría puesto el vestido hueso de encaje aquel que solo usaba en ocasiones especiales, tomó un chal para cubrirse de la helada noche, se maquillo y se perfumo con la fragancia que había comprado en su último viaje a París, su fragancia favorita, esa que era de olor avanillado y que la hacía sentir segura de sí misma y lista para la cita. La dama estaba entusiasmada, era su primera cita había imaginado ese día como algo especial, quizá bailaría bajo la luz de la luna con su caballero mientras le susurraba al oído palabras dulces y sus labios se perdían en la anochecer, quizá fuera algo más profundo como la plática de sus sueños y deseos, no sabría que pasaría pero esperaba algo especial y mientras llegaba la hora Antoniette se perdía en sus sueños de rosas.
James pensaba en ella, no se la podía sacar de la cabeza era algo extraño con tan solo verla lo cautivo, parecía que ya la conocía de antes, pero mientras su corazón le decía una cosa su mente lo atacaba con otra, eran contrariedades pero el corazón no sabe de razón repetía James para sí mismo mientras caminaba en un mismo lugar esperando que la hora llegara. Dankworth estaba consternado y frustrado eso nunca le había pasado se sentía débil, con falta de coraje para continuar con sus placeres, molesto consigo mismo pues él se había hecho la promesa de no enamorarse jamás. Antoniette escucho que el reloj sonó, perdida en la noción del tiempo bajo cautelosa las escaleras, miro que el reloj sonaba las veintidós horas en punto, y minuciosamente abrió la puerta principal sin hacer ruido alguno, salió, la cerro y corrido hasta llegar al jardín de lo contrario tendría que olvidarse de los planes.
Faltaban veinte a las veintidós horas cuando James subió al carruaje y dio la orden de ir a la mansión Lexington, pidió que lo detuvieran media cuadra antes y camino hasta la mansión de su amada, para no ser escuchado.
La dama temía que el caballero no llegara pero en esos momentos Por la parte de afuera de la mansión se lograba escuchar pasos muy toscos, era James el cual se acercó y se quedó de pie un momento analizando como pasar, ya que el portal era alto, el joven observo un pequeño muro que podía brincar sin obstáculo alguno, se subió a el y de un salto paso cayendo de rodillas al otro lado, se sacudió; corto cuidadosamente una rosa, la más hermosa y bella que encontró; giro la cabeza para encontrar a la dama y cuando la vio se dirigió a ella. -----Buenas noches dijo Dankworth muy cortes y obsequiándole la rosa. ----Buenas noches, gracias Dankworth, la rosa es bella mi madre lo odiaría por cortarla.
-----Nada se compara con la belleza que usted posee, hasta Afrodita estaría celosa pues en mis ojos tengo a la creación más bella del señor, un ángel esta postrado ante mí y yo me quedo perplejo al ver en ella el dulce sonido que sale de sus labios. ------y usted por lo contrario, es solo una luz que se desvanece ante mis ojos, una estrella de belleza fugaz, sin embargo le puedo asegurar que su amabilidad no es más que un texto citado de algún libro de poemas. ---- de ser una estrella fugaz pida un deseo dijo irónico, Antoniette solo se quedo seria, James guardo silencio por un momento, solo la vio a los ojos fijamente y dijo: ---- ¿Qué tal su día hoy?
----no hay mucho que contar, no son mujer de negocio dijo en tono mordaz -----espero que no le moleste pero no quiero tener una conversación banal con usted, por primera vez el antifaz que tenia se ha desvanecido y quiero que vea mis ojos como realmente son y sonrió, Antoniette le devolvió la cálida sonrisa.
La joven dama se sentó en él columpio, mientras James se encontraba de pie frente a ella, Lexington tocaba su cabello tratando de seducirlo pero el joven no daba respuesta.
---Joven Dankworth he pasado toda mi vida en esta ciudad mi madre conoce a las personas más distinguidas de aquí incluyendo a su padre ¿Cómo es que yo no tenía el conocimiento de su existencia?
----Señorita Lexington vaya casualidad su madre siempre está en las mejores reuniones al igual que usted, y yo, era juego del destino, ni usted tenía conocimiento de mi ni yo de usted, ¿pero no le parece extraño que nunca hallamos coincidido dentro de la aristocracia? --------quizá nunca prestamos atención a nuestro alrededor sin embargo, he tenido el placer de conocer a su padre pero a usted nunca lo había mirado.
----El destino prepara sorpresas señorita quizás esta es una de ellas, cambiando de tema, su padre murió no es que sea imprudente pero escuche la triste noticia del fallecimiento hace tiempo, ¿es verdad? Dice con un tono curioso. -----si, estaba sano quería retirarse de parlamento para dedicarse a mi madre y a mí pero un día mientras dormía desafortunadamente murió, yo tenía tan solo cinco años, mi madre se ocupó del sepelio aunque ella fuera la única asistente, dice mientras sus ojos se cristalizan de las lagrimas.
--- ¿y eso porque? ¿Acaso su padre no era un hombre de esos que todos los aristócratas conoce? ---sí, pero mi madre quedo muy dolida y no quiso a nadie más ahí aquel día, dice que desde entonces no es la misma. --- Dankworth no sabía que hacer, nunca había sido un hombre que dicen las palabras más lindas, ni las más dulces solo evadía el tema; le dio dos leves palmadas en la espalda como muestra de su apoyo. Después de un incomodo silencio hubo discretamente cambio de tema para amenizar la situación. Estuvieron conversando sobre su vida, intereses; incluso conversaciones graciosas sobre sucesos chuscos que habían pasado dentro de la aristocracia, eran picaros el uno con el otro; momentos en el que la mirada dice todo, en esa noche no existían el tiempo ni el lugar; ninguno de los dos se percato de lo tarde que era, las conversaciones cada vez se tornaron más personales, compartieron pensamientos donde las ideas de la sociedad no encajaban, había sido cosa de cuatro horas pero se habían conocido mas allá de lo superficial. Dankworth dijo tranquilo: --- sabe Lexington es la primera vez en toda mi vida que me siento yo, mi padre no está de acuerdo con que lleve una vida ""normal", usted sabe a lo que me refiero, y callo. Antoniette sonrío y dijo: --- lo comprendo es maravilloso saber que es más profundo de alma más de lo que pensé, es como si lo conociera de otra vida. James le regalo una sonrisa, -------- me es difícil admitirlo pero siento lo mismo, quizá nuestras almas estén unidas por siempre sin embargo es tiempo de regresar a la realidad. El joven saco su reloj de bolsillo y miro la hora, las trece de la madrugada, suspiro y con esa esperanza de que ella le suplicara que se quedara dijo:
----señorita Lexington lamento que esta hermosa noche haya terminado, es tarde, desafortunadamente me tengo que retirar, pero prometo que nos volveremos a ver, puesto que no hay nada que anhele más que verla de nuevo, Ha sido un velada inolvidable estar con usted me hace sentir vivo, las horas pasan y el tiempo parece ser corto me retiro; buenas noches y besa su mano.----buenas noches y gracias por este grato momento , nos volveremos a ver dice Antoniette sonriendo, ha sido un placer su compañía.---el placer es mío y por el contrario gracias a usted por invertir el tiempo en mi; hasta pronto, le da dos leves palmadas en la espalda como despedida .
Antoniette sonrió y dijo:
----buenas noches, descanse. ----Adiós Lexington.
Dankworth se dirige al cancel, y con mucho cuidado y sigiloso de no hacer ruido salió de lugar y fue caminando hasta su casa. James era un hombre de poca expresión afectiva pero cuando en verdad amaba parecía otro.
Antoniette suspiro y se dirigía a su habitación por medio de las escaleras colgantes que daban del jardín al balcón de su recamara, toda la mansión estaba oscura lo único que iluminaba su habitación era la luz de la luna que le había dado un toque romántico aquella noche que para ambos había sido diferente a las otras.
Dankworth llego a su mansión, abrió la puerta y la azoto sin importarle hacer ruido, y cuando se giro su padre estaba de tras de él. Como era costumbre el señor Dankworth siempre tenía diferencias con su hijo, puesto James quería una vida libre, fuera de obligaciones y de reglas, siempre era ese el tema de discusión, los amoríos ocultos del rompecorazones de James, su rebeldía hacia las reglas de su padre y el capricho a los lujos, sin embrago jamás haría algo que desprestigiara a la familia.
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FORBIDDEN (PROHIBIDO)
Historical FictionDurante la época victoriana James, un joven rebelde y aristócrata cambia su manera de ver la vida al conocer a Lexington. Dama perteneciente a la misma clase social pero de personalidad opuesta. Los jóvenes se enamoran perdidamente conforme p...