CApitulo 7

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James llegó agitado al prostíbulo donde ya era cliente frecuente, puesto cada domingo por la noche lo visitaba.

La calle que irónicamente era la número sesenta y nueve; la cual se localizaba en los barrios de mala muerte y más mundano del elegante Londres; sin duda alguna el lugar estaba en malas condiciones.

En la entrada se encontraban unas cuantas prostitutas listas para ser escogidas por un cliente; otras bailando vulgarmente, al final había una cortina y ahí comenzaba un pasillo y en cada lado del pastillo habitaciones siendo cerca de diez, cada habitación solo contaba con una cama y a lado de la cama una pequeña mesa. El joven entró al lugar y saludo a varios empleados de ahí pero a ninguna prostituta; retiró el sombrero de copa y aflojó el corbatín del traje; estaba de pie mientras miraba a las mujeres exuberantes. Levantó la mano haciendo la seña de ser atendido llegó una mujer muy sensual de cabello rojizo y ojos grises, toco la pierna de James y lo beso en la boca. --- James molesto limpio su boca y la quito, la mujer insiste, molesto dice :---El placer es para gozarse, solo se vive una vez y eres joven una vez, así, que tienes que aprovechar esos momentos sin embargo, temo decirte que incluso en ello hay categorías, tu y yo no podemos mezclarnos las razones son muy claras, la mujer escupe en la cara de James, el caballero ríe y limpia su rostro con gesto de repulsión, llega el mesero le da una botella del licor "más" caro y una pipa de opio; comienza a fumar pide un lugar privado donde podía disfrutar de la soledad y sus vicios.

J. Dankworth disfrutaba de esos pequeños deleites, sabía que no tenía "atadura" con alguien; y aunque sintiera algo "especial" por Antoniette aun no la amaba lo suficiente como para dejar sus placeres a un lado; disfrutaba de la libertad, de la vida nocturna, de romper las reglas, le gusta contradecir al mundo, volar y no estar enjaulado para él, el compromiso era para débiles, aunque muy en el fondo solo buscaba ser querido por alguien de forma sincera.

Llego el amanecer James no supo la hora ni que ocurrió exactamente pero había quedado dormido desnudo mientras había una prostituta desnuda de cada lado suyo, sin importarle nada se levanto, se vistió y se aseo un poco antes de salir cauteloso de ahí, saco unos cuantos billetes grandes de su pantalón y los aventó a la cama.

La noche anterior Antoniette había soñado con Dankworth, al recordar que no la había buscado desde la última vez su corazón se marchito; y aunque fuese pronto para decir algo, la chica comenzaba a amarlo.

Al llegar a su mansión James se dirigió al estudio de pintura, el cual estaba decorado con cuadros de grandes pintores de la época, en el centro del estudio un caballo y encima un gran lienzo en blanco, tomó las pinturas de óleo y comenzó a pintar su boceto, sus trazos eran suaves, sabía que le tomaría tiempo el cuadro de Antoniette puesto que eso quería hacer, un cuadro para ella, había despertado con la imagen de esa dulce dama y tenía que expresarlo de alguna manera ; volteo hacia arriba y comenzó a recordar a la dama, tenía tiempo sin saber de ella pero que mas daba sabia donde localizarla y cómo pero no lo haría, y no por falta de interés, sino por miedo, esa chica era diferente y eso lo enloquecía, era su ternura o quizá su belleza pero Antoniette era más que una simple chica.

James comenzó a pintar con el corazón en la mano, comenzaba el boceto cuando escucho que tocaron a la puerta pero no prestó atención a la voz y continuó con el inicio de su obra maestra.

Los días había transcurrido de manera ordinaria incluso Antoniette comenzó a creer que James solo se burlo de ella ya que nunca la busco, pero James estaba decidido; una vez que terminara el cuadro enfrentaría su sentir, mientras eso sucedía se concentraba en la pintura.


FORBIDDEN (PROHIBIDO)Where stories live. Discover now