"Nuestra" hija

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N/A: Recuerden que el capítulo anterior, éste, y los siguientes narrarán lo que pasó antes del capítulo uno. Será como un... ¿recuerdo muy largo? No lo sé (?)

[Shizuo]

Lo que sucedió después fue raro... Como todo lo que tiene que ver con Izaya.

Me gustan los niños, aunque en realidad no tenía planes de tener hijos todavía. Al menos no hasta conocer a la mujer correcta.

Y NO, la pulga definitivamente no es esa persona. Primero porque no es mujer y a mí no me gustan los hombres... Sí, ya sé lo que van a decir, que en una ocasión nosotros dos... ¡pero no tiene nada que ver! Éramos jóvenes y estúpidos, le pudo pasar a cualquiera (eso quiero pensar). Además, fue una noche muy extraña.

De la que nadie hablará de ahora en adelante, ¿entendido?

Como sea, hablábamos de Mitsu. Pensar que era mi hija casi me provocó vértigo. No es como que te regalen una mascota cuyo tiempo de vida será de siete a diez años... o quizás más, también depende de cómo la cuides.

En fin, un hijo es algo más permanente. Significa algo más que pañales y juguetes; nosotros lo descubriríamos dentro de poco.

Tratar de digerir todo eso cuando hace cinco minutos lo más urgente en tu vida era ir de compras -o sacar a tu enemigo de la ciudad-, no es exactamente fácil.

- ¿Puedo? -Le pregunté a Shinra, señalándola.

- Claro -Me contestó, entregando a la pequeña. Bastante pequeña para la edad que tenía. Su cabello era oscuro y alborotado (como el de ya saben quien), y tenía unos grandes ojos color miel. Sí, justo como los míos. Intenten resistirse a eso, algún día, cuando tengan hijos, verán que es imposible.

Y mientras esa pulga fastidiosa daba vueltas, quejándose y murmurando por todo el departamento, yo sólo pensaba que nuestra bebé era muy linda.

...Es decir, mi/su bebé -como me dejó en claro más tarde-, porque para él, una cosa era que estuviera hecha con nuestros genes; y otra muy distinta, que fuera "nuestra" hija. Ya sé, es complicado, el tipo de idea rara que sólo a la pulga se le puede ocurrir.

- ¿Tiene nombre? -Proseguí porque si iba a cuidarla, tenía que saber todo de ella.

-Mitsu, es decir, Mitsuki -Aclaró Shinra- Emilia la nombró así porque nació en luna llena. Le pareció muy adecuado*

-Mitsuki -Repetí y la niña me miró fijamente, supongo que reconociendo su nombre- ¿Ya habla? ¿Camina?

[Sí, pero lo hace cuando quiere. Si no, llora o se queja... Normalmente es simpática, pero a veces tiene muy mal carácter] contestó Celty.

-Lo habrá heredado de papá -Al hablar, Shinra me dirigió una mirada elocuente, arqueando las cejas. Sí, sí, se cree muy gracioso, pero no lo es. Lo habría golpeado hasta que escupiera sus pulmones, pero Celty me agrada lo suficiente como para que no mate a su novio.

Le acaricié el cabello a Mitsu, con cuidado porque los niños son un poco frágiles.

Cuando ves a un niño así de tranquilo, cuesta creer que sean unas máquinas de llanto, capaces de gritar por horas. Y no lo digo a la ligera, eso era lo que nos esperaba, solo que en ese momento no lo sabía.

Luego me di cuenta que ella estaba siguiendo con la vista el histérico ir y venir de Izaya. No sé ella, pero yo ya estaba harto de su parloteo irritante. Debe haber sentido mi mirada y la de Mitsu, porque se detuvo y volteó a vernos.

Hello baby!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora