En la pista de hielo Yakov estaba bastante molesto. Sus patinadores estrella habían osado faltar a la ultima practica de la semana, había intentado localizarlos pero ninguno parecía dignarse a contestar sus llamadas, lo había intentado durante toda la mañana, era más de medio día.
En un último intento ya sin la esperanza de conseguir respuesta realizo una llamada mas, dio tono una vez... dos veces... -al tercero cuelgo- Ya dispuesto a cortar comunicación escuchó una voz al otro lado del teléfono.
-Diga-
-Hasta que se dignan a contestar. ¿Dónde están? ¿Cómo es que se les ocurre faltar a la practica con la próxima competencia tan cerca? ¡Quiero sus traseros aquí en este instante!- Su voz se escucho hasta el centro de la pista.
-¡No podemos ir ahora!, el viejo y el cerdo pelearon al grado de querer separarse y gracias a eso estoy atrapado con Otabek en el departamento de Víctor intentando hacer que se reconcilien, esos dos son tan cabezotas que necesitaré terapia para sobrevivir a esto.
-Entonces tienes el fin de semana para hacerlo, los quiero el lunes a primera hora tan melosos y enamorados como cuando recién llegaron.- Había moderado el tono de voz.
-Hecho- Colgó.
Yakov no era tonto podía percibir esos sutiles cambios en la relación Victuuri, esos detalles que solo notas después de cierta edad y experiencia, sus problemas eran 'problemas de adultos', no es algo que arregles con unas flores o unos chocolates, son cosas que tienes que sentarte a hablar y como bien conoce Yakov a Víctor, es lo que menos sabe hacer.
En el departamento Víctor intentó de verdad dormir un poco, estaba cansado de dormir toda la noche en el sofá, las contadas veces que su novio se ponía de genio siempre estaba el cuarto de visitas y de igual manera a mitad de la noche se colaba de nuevo en la habitación para ser recibido con un abrazo, era la primera vez desde que dormían juntos que pasaban la noche entera en camas distintas bajo el mismo techo, estaba recostado recordando, durante la copa de Rusia, tuvo que volver a Japón antes que Yuri por ver a makkachin, fue solo una noche pero les pareció una eternidad en definitiva más para el japonés que para el ruso pues esa noche tomó la iniciativa de pedirle dormir juntos, parecía un niño pequeño parado en al umbral de la habitación con ojitos tiernos todo sonrojado y tartamudeando algo indescifrable que supuso era un '¿Puedo dormir contigo?' palabras más, palabras menos fue lo que entendió.
El sonido de alguien tocando la puerta lo regresó al presente.
-Adelante –Se sentó en la cama mirando fijamente a la puerta.
-¿Podemos hablar? – Una cabeza de cabellos negros y gafas azules se asomó por la puerta.
Previamente
-La cagaste cerdo-
-Se enojó, ¿verdad?-
-Lo que se ve no se pregunta.
Yuri seguía procesando toda la información, Yurio tenía razón, la había cagado y feo. Tenía que hacer algo pero había un problema, aun no identificaba que había hecho mal así que no le quedó más que preguntar.
- Pero, ¿exactamente porque se enojó? Qué importa cuando si empezamos a ser novios antes o después estamos juntos ahora y eso no cambia.
- Ese no es el verdadero problema cerdo, él solo quiere que le demuestres que lo quieres. – Yurio no entendía como Yuri podía ser ingenuo y despistado a ese extremo.
-¿Para qué? si él sabe que lo amo.
- ¿Estás seguro de que lo sabe?, ¿Se lo has dicho directamente? –Otabek sentía bastante curiosidad por la respuesta, presentía que por ese rumbo iban todos los problemas.
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Recuérdame por qué te amo (12 Razones Para Amarte)
FanfictionYuri y Víctor se encuentran viviendo felizmente juntos en Rusia... o eso parecía. En medio de 'La discusión' de sus vidas y al borde de la separación Yurio en compañía de Otabek tomarán el papel de psicoterapeuta. Escucharán las causas irracionales...