Después de cenar, empezaron a ver una película. Ella se había puesto la pijama, y estaba descalza. Con actitud tensa al principio, a medida que la película y el sueño de Lana progresaban, ella se fue apoyando más en Sean, hasta que él pasó el brazo por encima de los hombros de ella. Sean tenía las piernas estiradas hacia delante, con los pies encima de la mesa, y Lana se fue haciendo un hueco en su costado, con las piernas dobladas sobre el sofá. No tardó en dormirse. Sean acariciaba suavemente su cabello pensando en qué fácil le sería acostumbrarse a una vida como ésa. La besó en la cabeza, y ella emitió un murmullo en el que sólo el nombre de "Sean" se hizo oíble. Sean sonrió pensando que quizás, quizás, Lana estaba soñando con él. Cuando acabó la película, la levantó con cuidado, como había hecho un par de horas antes con Michelle, y la llevó en brazos a su habitación, dejándola suavemente en la cama. Lana había echado los brazos alrededor de su cuello, totalmente dormida, y ahora no le dejaba escapar, por lo que se tuvo que quedar un rato allí, con ella, hasta que se soltó y cambió de postura. No es que le hubiera importado mucho pasar la noche acostado al lado de esa mujer, pero no le parecía bien aprovecharse de la circunstancia de que estuviera dormida para colarse en su cama. Cuando compartieran por fin una cama, Sean quería que ella estuviera consciente y deseosa de que tal cosa sucediera. La besó suave en los labios, a lo que ella respondió con un suspiro, y se dirigió a la habitación de huéspedes, más feliz de lo que recordaba haber sido nunca en los últimos años.
Lana se despertó a las seis y media. Recordó de pronto que se había dormido apoyada en Sean, en el sofá, y no tenía idea de cómo había llegado a la cama. Imaginar lo que había pasado no era difícil, y eso hizo aflorar el color a sus mejillas. Mich estaba dormida como un angelito, no había hecho en toda la noche más ruido que algún suspiro hondo. Su madrina se entretuvo un rato contemplando su carita que reposaba de lado, mirando hacia ella. ¡Era tan preciosa! De pronto Lana se encontró pensando cómo sería un hijo de ella y de Sean, y esto la hizo ruborizarse de nuevo. Pero no podía dejar de fantasear. La noche anterior habían disfrutado tanto los dos con la niña... no podía dejar de pensar que eso es lo que quería en esta etapa de su vida. Y a Sean no parecía disgustarle tampoco el ejercicio de la paternidad. Un hijo de los dos... ¿Sería tan pálido de piel como Sean, o quizás más del tipo como ella, con facilidad para broncearse? ¿Y los ojos? ¿Las mejillas redondas como ella? Sí, eso les pega a los bebés, más que una cara alargada como la de Sean...
Con esos pensamientos se metió en la ducha, para empezar a arreglarse para ir a trabajar. Había dejado la puerta del baño sin cerrar, a fin de oír si la niña lloraba. No solía cerrar, de todas formas. Como vivía sola no había necesidad de guardar la intimidad ante nadie. No se le ocurrió que Sean estaba ahí, en la puerta de al lado. Salió de la ducha secándose con la toalla, y así se dirigió a su habitación. Se encontró a Sean en el pasillo. Del susto, se le cayó la toalla. Tardó un nanosegundo en recogerla y tapar lo que la pieza daba de sí para tapar, pero a Sean se le había alegrado la vista para todo el día. La vista... y alguna cosa más que empezó a cosquillear y tensarse.
- "No he visto nada, no he visto nada" Mintió para darle a Lana un poco de tranquilidad, mientras ella corría a la habitación para vestirse. Sean se dirigió a la cocina e hizo café para los dos.
En media hora, Lana estaba lista para salir hacia el trabajo. Después de saborear el café con Sean, fue a despedirse de su ahijada, aún tranquilamente dormida.
- "Sean, puedes dormir un rato más, es demasiado pronto. Llévate el monitor... o simplemente acuéstate aquí... así no hago la cama, je, je"
Lana se agachó a besar a Michelle, y salió de la habitación. Sean la acompañó a la puerta. Se quedaron parados en el pasillo
- "¿Me recogerás a las dos? Según tu segundo plan, ahora debo tomar un taxi porque después tú me irás a buscar con Mich, de ese modo mi coche se queda aquí por si tengo que ir a grabar por la noche..."
- "Así es, veo que lo has estudiado". Hablaban en un tono muy bajo. La oscuridad del pasillo, la proximidad... Sean tomó la cara de ella entre sus manos y la besó, dulce al principio, como con miedo. Cuando ella respondió a la caricia, él profundizó el beso, que sólo se acabó por la necesidad de respirar. Lana lo volvió a besar rápido, y se despidió.
- "Hasta luego, pórtense bien"
- "No lo puedo garantizar, no es sólo asunto mío...". Tenían la mano entrelazada, y a Lana le costó soltarse y salir, por fin de su casa. Normalmente, no le costaba salir, pero es que ningún día hasta hoy dejaba tanto atrás.
Sean volvió a la habitación de Lana, se sentó en la cama y contempló a la pequeña dormida. Era perfecta. Se preguntó cómo sería un hijo suyo y de Lana, y el pensamiento le turbó. Se acostó en la cama y se vio envuelto por el olor de ella. Y él, tan proclive al insomnio, se quedó dormido casi instantáneamente, rodeado de esa fragancia, sintiendo como si ella aún estuviera allí.
ESTÁS LEYENDO
Ensayo General.
Fanfiction¿Que pasa si Joshua y Ginnifer hubieran tenido una niña? ¡En vez de un niño! ¿Y sus padrinos fueran Sean Maguire y Lana Parrilla? Padrinos de diez ¿no? Lana tenía 1 año y medio de haberse separado de Alfredo DiBlasio, por obvias razones. Las pelea...