Sean pudo comprobar esa mañana que lo que Josh le había contado acerca de lo fácil que le resulta ligar a un hombre que va con un bebé era totalmente cierto. Nunca las mujeres, alguna bastante atractiva y todo, le habían prestado tanta atención como ahora que caminaba sin prisa por la ciudad con Michelle en su sillita de paseo. De hecho, cuando paró a tomar café en un establecimiento del centro, dos chicas espectaculares de la mesa de al lado se entretuvieron haciendo gracias a la niña y trabaron inmediata conversación con él, de forma juguetona y simpática. Bueno, él no estaba disponible (o no se consideraba a sí mismo un hombre disponible, no cabía otra mujer en su pensamiento que no fuera Lana) pero si lo estuviera, ahí tenía ocasión de "encontrar" algo, eso se veía de lejos. Tuvo que dar pistas indirectas a las chicas para que su entusiasmo decayera. Incluso con una pequeña mentirilla
- "Ey, Michelle, pronto será hora de ir a ver a mamá, para tomar tu comida..."
- "Es que mi esposa trabaja hoy" les aclaró a las chicas. Su sonrisa se encogió un poco, y en seguida se despidieron. Sean se reía por dentro. Dudaba si contarle a Lana esta anécdota, aunque quizás mejor no. No sabía como le sentaría que la mencionara como su esposa. De pronto se acordó de Tanya, y él mismo se asusto. Y ni por un momento pensaba en Tanya, sino que estaba pensando en Lana. No sabía si era bueno o malo. Imaginaba que bueno, al fin y al cabo significaba que definitivamente lo había superado...
Pensativo, llegó al set y se dirigió a ver si encontraba a Lana. Ella estaba haciendo papeleo en su camerino, era un día muy tranquilo, y su cara se iluminó al verlos. Rápidamente se dio cuenta de que algo perturbaba el pensamiento de Sean, esas arrugas en la frente le delataban, por más que intentara sonreír. Pero sabía que era inútil preguntarle, siendo un hombre tan reservado con sus sentimientos y preocupaciones. Había aprendido a lo largo de estos años a esperar a que él quisiera contárselo, insistir era una medida contraproducente.
- "¿Todo bien?" Le preguntó suavemente, mientras le besaba la mejilla.
Él sonrió más abiertamente.
- "Perfecto, hemos dado un paseo muy bonito, y ahora venimos para que Mich tome su comida" Se dirigieron a la salita, donde contaban con un microondas para calentar el puré de la niña.
- "¡Uy qué rico, puré y calabacitas!" Lana leía la etiqueta pegada en el recipiente por Ginni, que decía: Sábado, comida, crema de papa y calabacín.
- "Esta Ginnifer... no cabe duda de que es una mujer bien organizada. Cuando tenga un hijo, me tendrá que dar un curso..." Lana se calló, con un poco de vergüenza por exteriorizar en voz alta, y ante Sean, lo que desde hacía un tiempo se estaba convirtiendo en uno de sus principales deseos, tener un hijo propio (propio y de Sean, para ser más exactos ya que tener un hijo con Fred había quedado en el baúl de los recuerdos). Él la miró con guasa.
- "¿Entonces estás pensando en tener hijos?"
- "¿Tú no?"
- "Yo he preguntado primero"
- "Pues sí, estoy pensando en ello. Las mujeres tenemos más limitaciones de tiempo, ya lo sabes. Y yo ya no soy precisamente una niña..."
- "No, no lo eres"
- "Oiga usted, Sean Martin Maguire, ¿me estás llamando vieja?"
- "No, por Dios, nada más lejos de mi intención. Pero sí, creo que ya tienes edad para ser madre... Esto... ¿Tienes algún candidato para el tema? Ya sabes, intervienen dos en todo ese proceso"
- "Bueno, siempre quedan los bancos de semen..."
Sean puso cara rara, mirándola de abajo arriba, levantando las cejas.
- "Vamos, no me digas que no habría un montón de voluntarios..."
- "Pues no sé... ¿Tú estarías entre ellos?"
Ahora Sean se quedó mudo ante la pregunta directa. La señal de aviso del horno le sacó del apuro, se levantó y sacó el plato, preparando las cosas para que Michelle pudiera tomar su puré. El parloteo de la niña sentada sobre Lana bajó el nivel de temperatura a que se había elevado la conversación. Se rieron con los gestos de complacencia de Michelle, que aprobaba sin duda el puré. Parecía estar muy rico. Lo terminó en pocos minutos. Aún faltaba más de una hora para que terminara Lana de grabar, así que Sean decidió que, dado el buen tiempo, era mejor disfrutar cuanto más del aire libre. Convinieron en que Sean pasaría por Rosie's, junto al parque, para encargar la comida de Lana y él mismo, a fin de que la tuvieran dispuesta para las dos. Así Lana la recogería sin tener que esperar de camino hacia donde ellos la esperaban, junto a la zona de juegos infantiles. Entonces comerían tranquilamente sentados en el césped.
Para cuando Lana llegó, con los paquetes de la comida, Sean estaba en buena compañía femenina. Al igual que por la mañana en la cafetería, un hombre solo con un bebé precioso había sido un buen reclamo y ahora dos damas de buen ver lo acompañaban, una sentada con él en el banco y otra haciendo cariñitos a Michelle, inclinada sobre su sillita. Lana sintió un conato de celos. ¡Qué atrevidas! Decidió actuar de manera contundente. Con la charla de sus acompañantes, Sean no la había visto llegar. No se dio cuenta de su presencia hasta que estaba en pie delante de él.
- "¡Hola, cariño, ya estoy aquí!" Acto seguido, posó las bolsas de comida en el banco, se inclinó sobre él y le dio un beso en los labios que parecía no acabar nunca. Sólo se separaron ante la voz de Michelle.
- "¡Kiss!" Lana se inclinó sobre ella también y la desató para tomarla en brazos, besando sus regordetas mejillas.
Las dos señoras presentes, calibraron con un poco de admiración y un mucho de envidia el aspecto y desenvoltura de Lana. Se despidieron rápidamente, otra vez convencidas de que todos los hombre que valen la pena, ya están atrapados.
- "Guau, esto sí que ha sido una irrupción "Espectacular", je, je". A pesar de la guasa, Sean estaba un poco nervioso. Lana le había metido la lengua hasta el fondo.
- "Tengo hambre"
- "Sí, se nota, se nota".
Caminaron hacia una zona de césped seco y tupido y se sentaron a comer. Michelle arrancaba hierbas y las tiraba al aire, muy divertida. Cuando acabaron, Sean se tumbó mientras Lana jugaba con Michelle. Las dos acabaron también tumbadas mirando las nubes blancas que pasaban, altas en el cielo. Sean les servía de almohada. Pasaron un rato feliz, como si de una pequeña familia se tratara. Cuando empezó a refrescar, recogieron para dirigirse a casa. La tarde acabó rápido, y volvió a ser un calco de la anterior. Una llamada de los padres de la criatura para saber cómo había transcurrido el día, un baño casi conjunto de Michelle y su padrino, completamente mojado otra vez, una cena sin complicaciones y pronto Michelle estaba ya dormida en su cuna, y los adultos viendo una película, cómodamente instalados en el sofá. Cuando Lana notó que se dormía, esta vez se fue ella a la cama, para evitar a Sean el trabajo de cargarla, como la noche anterior. Él pensó que no le hubiera importado. Se despidieron con un ¡buenas noches! y un beso rápido.
A las dos de la mañana, el teléfono de Lana sonó. Sean, con su sueño liviano, lo oyó desde su habitación y fue a la de ella. Ya se estaba vistiendo, pero le mandó pasar.
- "Hay que grabar una escena, no sé cuánto tardaré. Hay un problema con una de las grabaciones de la otra madrugada. A ver si se soluciona rápido... Quédate aquí, si quieres, o llévate el monitor".
Sean la acompañó hasta la puerta
- "Ten cuidado, por favor". La besó rápido.
- "No te preocupes, siempre lo tengo". Se fue ligera, con una sonrisa en los labios. Todavía permanecía en su cara cuando llegó al lugar que le habían indicado. Colin estaba allí con Jennifer. Vaya casualidad, él también tenía grabaciones. Él notó inmediatamente su cara radiante.
- "Vaya, eres como un amanecer, a qué viene una cara feliz teniendo que salir por una grabacion de emergencia en sábado por la noche... Espera ¿No estaban a cargo de Michelle este fin de semana?"
A Lana ya le parecía raro que nadie se hubiera enterado aún de que ella y Sean estaban compartiendo casa el fin de semana. Claro que el personal estaba tan diseminado por causas diversas que había tardado en arrancar, pero ahora Colín ya estaba tirando del hilo.
- "Estamos al cargo de Michelle.
-"pero y Sean?
- "Sean está cuidando de Mich"
- "¿En su casa?"
- "No, en la mía. Habían montado la cuna y todo en mi casa, no era cuestión de mover otra vez todo"
Los ojos pícaros de Colin brillaron con su sonrisa.
- "No claro, no era cuestión..." Lana le dio un codazo y abrió su bolsa para empezar el trabajo de maquillaje.
Pasadas las cuatro de la mañana, Lana estaba de vuelta. Abrió con cuidado, para no despertar a nadie. Sean estaba en la cama de Lana, aparentemente dormido. Ella se desvistió sin ruido y se deslizó a su lado. Sean se despertó sobresaltado al sentirla.
- "Shhh, soy yo, ya estoy de vuelta. Duérmete"
Sean hizo ademán de levantarse para ir a su habitación, pero ella no le dejó.
- "No te vayas, tengo frío"
Sean se volvió hacia ella, y la abrazó, atrayéndola hacia su pecho. Era verdad que estaba destemplada.
- "¿Ha ido todo bien?"
- "Sí, no era complicada las escena. Unos que otros detalles que a todos nos estaban volviendo locos pero de ahí no pasa. Colin también estaba grabando. Por cierto, te manda recuerdos"
Sean se rio por lo bajo.
- "¿Ya sabe que estoy aquí?"
- "Sí"
Se quedaron a sí, abrazados confortablemente, durante un buen rato. Después, Sean habló, sonriente.
- "Lanita... Yo estaría entre ellos"
Lana no sabía a qué se refería.
- "¿Qué?"
- "Que yo estaría entre los voluntarios. Ya sabes, la pregunta que quedó sin responder a mediodía. Yo sería el primero de la lista. Es más, el único de la lista, porque echaría de ella a patadas a todos los demás".
Lana se reía, ahora se acordaba de qué iba el asunto.
- "Quieres decir que tú te sacrificarías para que yo no tenga que acudir a un banco de esperma"
- "Mujer, sacrificio, lo que se dice sacrificio, no creo que fuera..."
Lana lo hizo callar besándola en los labios. Y de pronto él se levantó.
- "Será mejor que vuelva a mi cama, ahora ya no tienes frío ¿no?"
- "¡Sean!"
- "Bueno, no creo que pueda ejercer mucho autocontrol ahora mismo si me quedo a tu lado..." Salió de la habitación hacia la suya.
No habían pasado ni cinco minutos cuando Lana dejó el monitor del bebé en la mesilla junto a la cama de Sean y se deslizó junto a él.
- "Lan..."
- "¿Quién te ha pedido autocontrol?" Le dijo mientras se apretaba junto a él. La cama era mucho más pequeña.
- "¿Estás segura?
- "¿Lo estás tú?"
- "Yo he preguntado primero"
- "No hay nada de lo que está más segura, Sean"
Él la abrazó entonces y ambos giraron, de modo que Sean estaba encima de ella. La besó con una pasión que para Lana fue la confirmación de que aquello no era una locura, un producto de su imaginación. Pronto volaron las ropas que aún les quedaban, ambos ansiosos por besar, acariciar y explorar territorios aún desconocidos. Los dos estaban ansiosos de fundirse en uno por primera vez... De pronto Sean paró, levantando el torso con sus brazos extendidos. Lana le miró, interrogativa
- "Sean, qué pasa"
- "No tengo condones"
Lana se rió, pero aún le quiso más por su preocupación.
- "Sean, no quiero condones. Estamos sanos, todo está bien"
- "Pero... ¿tomas la píldora, entonces?"
- "No, ni pienso hacerlo hasta después del cuarto niño. Sean, ¿qué es lo que habíamos hablado? ¿o era de broma, ya sabes, lo del voluntario, el único de la lista y todo eso?"
- "No, no era broma... pero ¿ya?"
- "Ya mismo. ¿O no estás suficientemente dispuesto?". Lana sabía que sí, pues sentía el miembro de Sean entre los cuerpos de ambos, tan firme y preparado como un Soldado listo para entrar en combate.
- "Yo estoy más que dispuesto, ¿tú también?" Había deslizado la mano entre las piernas de ella y su dedo medio, como avanzado explorador, le confirmó que estaba más que preparada para acogerle de la manera más íntima. Lana suspiró al sentirlo en su vagina. Sean la besó profundo mientras sustituía su mano por su miembro palpitante, entrando en ella con toda la delicadeza y el cuidado, ajustando sus medidas hasta estar vientre con vientre, piel con piel, boca con boca, manos enredadas en el cabello... en un momento mágico y dulce, aún antes de que la propia progresión de la actividad sexual les llevara hasta otra dimensión del tiempo y del espacio.Ya no se las pondré tan fácil.
🌟15 votos y actualizo🌟
Pd; este cap estuvo largo.
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Ensayo General.
Fanfiction¿Que pasa si Joshua y Ginnifer hubieran tenido una niña? ¡En vez de un niño! ¿Y sus padrinos fueran Sean Maguire y Lana Parrilla? Padrinos de diez ¿no? Lana tenía 1 año y medio de haberse separado de Alfredo DiBlasio, por obvias razones. Las pelea...