08: Cuarta Etapa del Luto - Culpabilidad: Ni Por Tí Mismo (Parte I)

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[*]NaruSasu[*]


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Cansado física y mentalmente, sangrando, furioso, inseguro, acorralado. Así se encontraba el Uchiha.

¿Cómo fue que llegó a esto?

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.

.

_¡...!

Sasuke despertó sentándose rápidamente sobre los tatamis en los que dormía hace segundos.

Su respiración era ligeramente agitada y la cabeza le zumbaba. Miro a su alrededor para comprobar que sus lagrimas desaparecieron junto a Naruto, ahora solo eran sus compañeros los que lo acompañaban en esa casa abandonada.

Levantó la cabeza y por el agujero en el techo vio que ya había amanecido. Se recargó en la pared para normalizar el respirar que segundos antes tenía alterado.

"Búscame, Sasuke. Y encuéntrame. No te dejes engañar por nadie, ni por ti mismo."

¿Qué significaban esas palabras en el sueño que acababa de tener?

_Sasuke — lo llamó Juugo sacándolo de sus pensamientos. ¿En que momento el pelinaranja despertó? No se dio cuenta segundos antes cuando paso sus ojos por sus tatamis — ¿Sucede algo?

Pensó que le diría algo distinto.

_No.

El pelinaranja se le quedó mirando analítico. Enseguida habló.

_Supongo que deberíamos empezar a movilizarnos. No podemos estar en este lugar por mucho tiempo.

Sasuke suspiró cansado. Apenas había dormido un par de horas y seguía agotado, pero no podía tomarse la libertad se seguir descansando ya que no se encontraban en un lugar precisamente seguro.

_Sí, levanta a esos dos — ordenó levantándose él también.


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Corrían a toda prisa en dirección a su destino por el arenoso, asfixiante y acalorado lugar.

_Mieerdaaa...

_Pisaste — sonrisa fingida.

_Estoy tan...

_Feo — sonrisa fingida.

_...cansado — termino la frase de mala gana y se giró para mirar fijamente al que lo estaba fastidiando.

_... — el otro solo puso la sonrisa más fingida que tenía en su repertorio.

Kiba se irritó.

_ ¡Akamaru, desfigúrale la cara a Sai!

_ ¡Grrr! — el perro ya estaba a punto de saltarle encima al susodicho cuando Sakura intervino.

_ ¡Discúlpalo, Kiba! — la chica codeó al pelinegro para que ya no diga nada más — Esta es su forma de hacer amigos, ya lo sabes — sonrió nerviosa.

_ ¡Pues yo ya tengo a Akamaru, no necesito más amigos! — dijo el Inuzuka acariciando la cabeza de su compañero-mascota mientras levantaba el mentón de forma desafiante.

La muerte de Naruto Donde viven las historias. Descúbrelo ahora