V

26 0 0
                                    



Habían quedado para la cena y sabía que sacar a su familia de casa de Janna requeriría de mucho trabajo, pero ya la función había empezado.

—¿Acaso no viniste ayer?— preguntó al ver quién era el de la puerta.

—Bueno, mi padre no va a ir a visitarme.— Le miro fijo. Janna era su hermana mayor y la única también; eran una familia pequeña y quizá algo disfuncional, se suponía que estas situaciones eran una revolución para este tipo de familias, pero Emmbry no guardaba esperanzas.

—¿No me dejas pasar?— siquiera había entrado al lugar cuando una pulga se aferró a sus piernas pidiendo atención, se dio cuenta entonces que quizá era hora de cambiar los moldes; Janna lo hacía con su hijo, siempre estaba para él y ese no fue un ejemplo que vio en casa.

—Cómo estás pá?— preguntó desde un costado de la cama.

—Ya te estaba extrañando.— hizo una pausa viéndole con tristeza— Has tenido que crecer muy rápido y creo que ha sido nuestra culpa.— Sí, así era, pero Emmbry no pasaba su tiempo buscando culpables, si le "tocó bailar con la más fea, vivió para contarlo". Estaba bien, quien era en ese momento estaba bien.

—Hablando de crecer— Indiana habló. Sintió el peligro— ¿Ya hablaste con Rei sobre la manutención de su bebé?

—Nuestro— dijo y levantó la mirada— es nuestro y ya te dije que no pienso dejarla.

—¡Dios Emmbry! No tienes que casarte con ella solo porque está embarazada, puedes pagarle lo que tenga que ver con El Niño. Casarte con Scarlett nos trae beneficios a todos, incluso a tu descendencia, imagina lo lindo que saldrían esos niños.— dijo con ese tono tan irritante que no soportaba.

—Escúchame—dijo severo— no soporto a esa mujer. En cuanto a su belleza, me importa una mierda porque sé que por dentro se pudre y eso no tiene remedio.

—¡¿Pero es que no ves la diferencia?!

—Sí que la veo, por eso prefiero a Rei.— estaban enfrentados. La detestaba casi tanto como a Scarlett, sin embargo le debía el favor de no haberlo abortado. Lido estaba siendo la mesa de debate y protestó severamente; sus esfuerzos por reparar los baches de su familia habían sido un fiasco— en dos horas tenemos que estar en casa de Rei.— avisó.— nos presentaremos de manera formal.

Elena abrió la puerta para su profundo alivio y les recibió con simpatía. Todos se sentaron en la sala y hasta ese momento todo se veía bien, pero era demasiado bueno, así que la tempestad estaba en camino. Y así fue; Juan Antonio llegó, y obviando a todo el mundo, arremetió contra Emmbry.
—¡Entonces eres tú el mal nacido que embarazó a mi hija!

—¡Juan Antonio, se más amable!— exigió Elena avergonzada.

—No, disculpe. No es culpa de mi hijo nada de esto, su querida santurrona fue quien abrió las piernas.

—¡A base de engaños!

Emmabry se aclaró la garganta para detener los ataques— ¿Dónde está Rei?

—Vendrá en un rato, se está vistiendo. Buenas.— Rohilda había llegado a escena— Según lo que Rei me ha contado— sacó una silla del comedor— eres un buen muchacho, pero de todos modos te haré la advertencia: ¡ay de ti si bajo cualquier circunstancia le haces algún daño!

—¡Qué daño ni daño!— dijo Allen, el miembro más joven de la casa— Rei no es ninguna estúpida y creo que mejor que éste no va a encontrar.— Ya entendía las preocupaciones de Rei, su familia era... muy familia; el "algo para con alguien" era en realidad el "algo para con todos", sin embargo le parecía que lo estaban exagerando todo, Rei no era una niña, ya tenía veinticuatro años, no era como una travesura a de adolescentes.

Menos un PezónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora