Suspiros llenaban la habitación.
Las sábanas blancas estaban húmedas, ambos cuerpos temblaban de éxtasis luego de aquel encuentro tan largo y pasional.
Jamie y Damon estaban de vacaciones en aquel momento, trataban de disfrutar cada segundo juntos, esa era la mayor prioridad.
Cayendo abrazados en un sueño profundo, Damon pensaba en lo difícil que sería vivir sin Jamie, lo mucho que lo extrañaría si de algún modo se fuera de su vida.
Creyó seguir pensando hasta que el sonido estrepitoso de algo ocurriendo en el baño lo despertó.
-¿Jamie?
Caminó rápidamente hasta el lugar, notando como Jamie lloraba sin producir sonido alguno, había tirado todo el contenido del botiquín, se encontraba por todo el piso y Jamie tenía una pequeña pero sangrante herida en su cabeza.
-¿Qué pasa?- la preocupación de Damon aumentó cuando se dio cuenta que Jamie no había notado su presencia sino hasta que lo tocó pegando un brinco.
-Pensé... que dormías Dames...- Jamie miraba hacia otro lado.
Con su mano comenzó a palpar el aire, sus ojos bien abiertos seguían escurriendo.
-Jamie... ¿qué haces amor?- Damon tomó la cara de Jamie entre sus manos, saltó un poco por una impresión que no debía estar ahí, no parpadeaba, respiraba agitadamente- ¿Jamie?
Jamie comenzó a parpadear rápidamente, fruncía el entrecejo para enfocar bien en la preocupada cara de Damon.
-El golpe... me dejó algo confundido...
Damon recogió todas las cosas del botiquín dejando antes a Jamie sentado en la cama, curó la herida que tenía en la frente notando como de vez en vez volvía a juntar un poco sus parpados para enfocar bien.
-Tal vez tenga que revisarte un médico, ¿vamos al hospital?
-No, no... yo quiero estar contigo y una herida pequeña no me lo va a impedir.
(...)
A veces es muy difícil continuar, he querido escapar mil veces pero además de ser algo cobarde, sería algo despiadado, ruin, malvado.
Meses después del accidente del baño, Jamie se veía... extraño, de pronto se quedaba estático mirando a la nada, estaba ausente, ansioso, rara vez estaba de buen humor, hasta que un buen día colapsó en el piso y... unas agresivas convulsiones azotaron su cuerpo.
No le di tiempo de discutir, ya que de inmediato las puertas del hospital se nos abrieron, examen tras examen, nada parecía alentador.
Había algo, un tumor en la cabeza de Jamie presionando sus nervios.
El tiempo habla por sí solo, de vez en cuando su vista se iba de nueva cuenta y el negándose al tratamiento dejaba que pasara requiriendo mi ayuda.
¿Qué hace un dibujante como el sin su vista?
Y no es como si solo de pronto se fuera, según sus propias palabras todo comenzaba sumirse en monocromo para pasar a algo borroso y terminar con la negrura total.
Primavera, verano, otoño... las hojas naranjas de los árboles le parecían más bien cafés, el atardecer rojizo erar para el solo un charco de luz sin nada interesante, tuve más miedo aun cuando sus manos empezaron a paralizarse, cuando no podía tomarme de la mano en las caminatas diarias.
A regañadientes las visitas al hospital eran más seguido, aquello ya era irreparable para entonces, Jamie se quedaría así.
Aquella noche, solo nos mirábamos.
ESTÁS LEYENDO
The History of a Cheating Heart
Romance"Hablar de nosotros es tan complicado como hacer reír a la muerte o hacer suspirar al tirano. Lo nuestro es algo que no se habla con la boca" -Brevedad, Joseph Kapone. ONE SHOTS [JAMION]