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La vida me ha golpeado muchas veces.

Tengo cicatrices de tanto que me lastimaron. Ahora mismo estoy solo, no tengo a nadie, quisiera devolver el tiempo y enmendar mis errores, claro que yo no fui quien se equivocó, siempre fui yo mismo. Pero las personas a mi alrededor se pusieron de acuerdo en hacer mi vida imposible.

Quisiera decir que te amo, pero eso no vale nada, sólo son palabras. A veces los sentimientos no se pueden describir, y por ti siento muchas cosas.

Hemos estado juntos toda la vida, yo nací y tú también unos veinte días después. Pensé que moriríamos también al mismo tiempo, pero me duele tanto el alma que no sé si podré continuar, tú sin embargo continúas viviendo y muy bien, aunque sé que piensas cada día en mí, no podemos estar juntos, estás muy lejos, congelándote. Yo estoy aquí aguantando calor.

Pero mi alma fría está condenada a vagar por un mundo extraño para siempre. No sé quién fui en mi vida pasada, de seguro fui alguien fuerte y seguro de sí mismo, pero ahora a esta alma le tocó albergar en una persona solitaria y retraída de la sociedad, no odio a nadie, pero es difícil amar a todos, no quiero ser un simple punto medio. No quiero ser como los demás, pero tú no eres como los demás, eres única. Hemos compartido hermosos momentos, pero tarde o temprano nos íbamos a dar cuenta de la realidad. Hay muchas barreras entre nosotros, sé que podríamos seguir intentándolo pero al mismo tiempo no, ya no quiero que llores más, tú eres mi felicidad, mi corazón roto se mantendrá latiendo si tú estás feliz, ya es suficiente con que yo camine solo en las calles pensando en lo que soy, lo que no soy. Mostrándome alegre por fuera mientras que por dentro hay tanto dolor. Tú eres mi salvación. Pero yo no puedo ser la tuya.

Esta es una carta de despedida, vamos a despedirnos de nuestros sentimientos, estamos juntos aún pero hay que tomar decisiones muy fuertes en la vida y sé que no te quieres ir, yo tampoco pero ya no tiene sentido nada, querida, eres una hermosa mujer, no tienes derecho a sentirte avergonzada, eres muy bella y cualquiera se enamoraría de ti. Sólo encuentra al indicado.

Yo no puedo enamorarme de ti, es algo imposible, prohibido. No tengo palabras para describir cómo me siento ahora, el futuro es doloroso, quisiera estar unos segundos más en el pasado cuando fuimos inocentes de toda culpa, cuando estábamos juntos sin saber nada de la vida, cuando nos reíamos todo el tiempo por bobadas, cuando armar un rompecabezas era tan difícil y yo no podía, pero tú siempre me apoyaste.

Eres muy especial para mí, sé que nuestras vidas son tristes, pero de nada sirve achantarse. Hay que ser positivos, tú eres quien me hace pensar positivo. Porque me animas a seguir adelante, sin necesidad de que me digas una palabra ya me hace sentir especial. Porque tu forma de ser no la tiene nadie, eres tan simple, descomplicada, siempre te ves bien, sabes disimular todo el dolor que tienes adentro, pero si estoy seguro de algo es de que estando conmigo ya no sientes dolor, me lo has dicho muchas veces, ME AMAS. Me duele decirlo, pero yo no puedo decir que te amo, no debo, no sé si quiero decirlo, no son palabras que yo diga frecuentemente, prefiero no decir lo que siento. No sé qué es el amor, tampoco sé si tú lo sabes, pero no importa la forma en que nos veamos el uno al otro, lo importante es que disfrutemos cada segundo juntos, eres una persona linda en todos los aspectos.

Gracias por estar en mi vida, tengo tantas palabras que decirte pero por ahora voy a detenerme, quiero escuchar lo que tú tienes para decir, porque amo tu forma de ver el mundo, adelante: habla.

Ella: - Hola

Yo: - Hola, ¿cómo estás?

- Me siento mal, necesito que me ayudes.

- ¿Qué pasa? ¿Otra vez te rompieron el corazón?

- No, es que, últimamente me siento muy triste y aburrida, siento que el tiempo no me alcanza para nada, siento que no hago nada productivo, me envejezco y no puedo hacer nada al respecto.

- Ay, mira: Tú todo el tiempo haces cosas productivas, lo que pasa es que te cansaste de vivir encerrada, ¿qué te parece si salimos? Anda.

- No sé, sabes que es peligroso, de pronto no nos dejen salir.

- Yo soy el que piensa todo el tiempo que nos van a secuestrar o a matar. Tú eres la positiva, aunque tengas tus momentos oscuros igual si fuera por mí nunca haríamos nada. Mejor ya no te preocupes y vamos.

La tomo de la mano y salimos de la casa, hace frío.

Yo estoy visitándola, pero las visitas no son eternas, sin embargo estamos juntos ahora, me siento feliz de estar con ella y supongo que ella también está feliz. Bueno no lo supongo, ESTOY SEGURO.

Yo: - Compremos algo en la tienda.

- No, no quiero nada.

- Ay porfa, ahorré dinero antes de venir para gastarlo contigo, voy a comprar helados, ¿de cuál quieres?

- No sé....

- ¿Chocolate?

- Está bien

La noto muy pensativa, no sé porque se siente triste, ya estamos juntos, pero igual tiene un dolor fuerte en su alma, al igual que yo, ella es una caja de misterios que si la abres, te encontrarás con cosas que te dejarían absorto, demente. Estamos locos, pero así nos amamos, amamos cada cosa el uno del otro... pero yo nunca se lo digo. No hay necesidad, o eso es lo que yo pienso.

Ella necesita que la escuchen, que la auxilien, que no la dejen sola ni la hagan llorar más. También depende de uno mismo vivir una vida feliz y no amargarse, pero para ella es difícil. Para mí lo es también pero al mismo tiempo no. Igual estamos aquí para hablar de ella y no de mí. Es mi turno de escucharla.

- Aquí tienes tu helado, prima.

¿Qué será de nosotros?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora