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cristales

Hay un momento que sientes que tu mundo se derrumba. Te sientes pequeña y notas como tu existencia no vale para nada.
O al menos eso es lo que piensas, sola, tumbada y llorando una noche.
Pero luego te das cuenta de que no es así, de que hay gente que te ayudará a superar esos problemas que para ti son enormes pero para otros son insignificantes.
Y miras a través de un fino cristal la vida de los demás y quieres entrar.
Y lo haces. Tocas el cristal con el dedo y notas como se empieza a resquebrajar lentamente creándose unas finas grietas. La otra persona levanta su cabeza y te mira y te dedica unas palabras pero aún así sientes que no es suficiente.
Entonces, es cuando empiezas a romper el cristal intentando entrar en esa vida, formar parte de ella y compartir sonrisas. Te haces daño y te creas cicatrices pero al final consigues romperlo.
Al cabo de un tiempo aprenderás a como romper cristales sin hacerte daño y pillaras cierta práctica.

En tu vida romperas miles de cristales pero ¿Dejaras que alguien rompa el tuyo?