Capítulo 2

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"Destino"

La gala había terminado. Y no me sentía tan aliviada desde que acabé la carrera. Empezamos a salir de la sala. Algunas chicas se cambiaban para la fiesta privada de después de la gala. Yo decidí quedarme con mi vestido, era algo inusual en estos eventos, pero es que me encanta y no quería quitármelo.

Perdida en la multitud, pensé en dirigirme de nuevo hacia el hotel, pues, ¿qué podría hacer yo en la after party? No conocía a nadie. Entonces vi que Jane se acercaba hacia mí.

—¡_____!—Dijo ella alegremente.
—¡Hola Jane!—Dije con una sonrisa.
—Al final no nos hemos hecho la foto.—Puso cara de pena.
—No.—Reí ante la mueca que había hecho.—Te busqué antes pues no conocía a nadie, pero no quería molestarte ya que estabas acompañada.

Jane obviando todas mis palabras dijo:

—¡Mira! Te presento a Antoine.—Dijo algo más en alto. Él estaba pasando cerca de nosotras.

Definitivamente había llamado la atención de Antoine, ya que su mirada se dirigió a nosotras y, con una sonrisa, se acercó.
Como me hubiera gustado tener a mis amigas ahí, para no caerme al suelo en este momento. Antoine casi estaba llegando a nosotras, cuando una luz se encendió en mi cabeza.
No podía ser. El chico con el que me tropecé en bata. Era él. Era él, estaba segura. Me sonrojé, no podía controlarlo.

Suspiré en mi interior. Pues parecía que ninguna obra del destino o el universo iba a hacerme salir de esta situación.

—_____, este es Antoine. Compañero y amigo de mi pareja.—Dijo sonriente. Nosotros estábamos frente a frente y ella en medio, a un lado.
—Un placer.—Dijimos los dos casi a la vez. Estábamos en Nueva York. Pero él era francés y yo ______. Así que dos besos era el saludo correcto.

Hacía tanto que no vivía un momento así, tan mágico. Todo pasó muy rápido, pero para mí el momento de acercarme a él, tan cerca de su rostro y fusionar nuestras mejillas pasó en cámara lenta. Y quizás me haya invadido la nostalgia y la novedad de estar en este sitio y que todo parezca diferente, pero no iba a prohibirme soñar despierta.

—Bueno espero que os veáis en la fiesta y que disfrutéis.
—Gracias, Jane. Pero me tengo que ir.
—¿Tan pronto?—Asentí.—Me debes una.
—Claro—Reí.—Adiós.
—Adiós.

Me despedí de ambos con una sonrisa y me dirigí a la salida.

Él no paraba de mirarme. Incluso mirando a Jane cuando hablaba notaba sus ojos azules en mí. Solo recuerdo una vez que esto me pasara. Notar una química instantánea, un sentimiento abstracto y a la vez físico, con una persona que ni conocía o acababa de conocer. Y el sentimiento era indescriptible.

De repente, la mente se me iluminó, por primera vez en todo el día. Antoine era Antoine Griezmann. Jane es novia de algún jugador del Atlético o la selección francesa. Y por eso su novio es compañero de él.
Ahora todo encajaba, me sentía como una tonta desinformada.
A mi padre le encanta el fútbol. Había visto a Antoine en las noticias o algún partido que otro, estaba segura, pero al parecer yo no veía los partidos con mucho interés.

Habían pasado veinte minutos desde que esperaba a fuera. ¿Dónde estaba mi coche? Se supone que tenía que esperarme aquí. Estaba sola. ¿Qué iba a hacer ahora? Tenía miedo de pedir un taxi, pues no me fiaba. Y no tenía el número del hotel, además mi móvil estaba sin batería. Mi ansiedad cada vez iba en aumento pues todo lo sucedido definitivamente habían sido muchas emociones con las que no podía.

¿Qué hago ahora?

—¿Quieres que te lleve?—Escuché de una voz que sentí justo detrás de mí.

Él pudo notar en mi cara que me asusté. Antoine Griezmann se acercaba con su traje azul marino, impecable, hasta mí.

—Sería un detalle por tu parte.—Dije medio riendo medió apenada.—Mi coche me tenía que esperar aquí y no hay nadie.
—Se rió.—Sube.

Me abrió la puerta de su coche. Era absolutamente precioso y nuevo. Entré y el cerró la puerta. Vaya, ¿desde cuándo no me hacían eso? ¿Me había pasado si quiera alguna vez?

Nerviosa, intenté calmarme en el tiempo que el ocupaba el puesto de conductor.

—¿Cuál es tu hotel?—Me preguntó mientras su vista estaba en la carretera.
—El Grand Suite Hotel.—Dije mirándolo.
—Se rió sin apartar su vista de la carretera.—Pues ya tenemos algo en común.

Me reí y no dije nada.

—La verdad que me tropecé con una chica en bata que se parecía mucho a ti.—Me dijo sonriendo, esta vez me miró.
—No era yo.—Reí.
—Ya, claro.—Dijo riendo también.

No había nadie por las calles. Era muy tarde. La cuidad estaba mágica esta noche. Menos mal que encontré a Antoine, o más bien, él a mí. No me imagino todo este camino andando sola.

—Ya hemos llegado.—Salió del coche y me abrió la puerta de nuevo. Dio sus llaves a un trabajador del hotel para que se lo aparcara, y le dio las gracias.—¿Qué planta?
—Quinta.
—Ah, claro. La bata...

Nos miramos y nos reímos. Me sentía tan libre y a gusto con él. Acababa de conocerlo, pero eso no impide que dos almas vibren juntas.

—Deja eso ya.—Dije riendo.—Te he dicho que no era yo.
—Lo sé.—Rió.

Era guapísimo. El hombre más guapo que había visto. Se ofreció a acompañarme a mi habitación a lo que acepté.

—Bueno Anto. Gracias por traerme. De verdad.
—No es nada. —Se rió.— ¿Anto?
—Reí.—Buenas noches.
—Eres preciosa.
—Me reí de nuevo.—Buenas noches.—Dije, y cerré la puerta.

¿Eres preciosa? Así de repente. Sin más. No sé de dónde había salido mi valentía para coquetear con él. ¿Anto? ¿En qué momento había decidido llamarle Anto?
Ahora no podía parar de pensar en él.

 ¿Anto? ¿En qué momento había decidido llamarle Anto?Ahora no podía parar de pensar en él

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_____ Noche mágica. Gracias a todos 💕🌸🌸

antogriezmann te ha empezado a seguir.

Sonreí. Me quedé mirándome al espejo un rato. Observándome. Valorando si era verdad lo que decía de preciosa.
La verdad es que esta noche algo brillaba en mí .
Sonreí sonrojada.
Antoine Griezmann.

La chica que me cambió la vida (Antoine Griezmann y tú)  COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora