Capítulo 4

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Jally esperaba que la aburrida clase de biología acabara. Necesitaba saber si había respondido o no.

Pero a la vez no quería saber.

Sabía que estaba en juego su corazón, ansiaba ver que hallaría en el casillero, pero también temía de lo que no pudiera encontrar.

"¿Lo habrá botado? ¿Cómo habrá reaccionado? Ay Jally. No fue una buena idea haber hecho eso."

Las dos horas le parecieron infinitas. Hasta que sonó la campana.

No podía dirigirse hacia el casillero de frente, porque sabía que Ethan estaría sacando sus cosas para el extracurricular, así que esperó en el baño.

Nunca había estado tantas veces en el baño en un solo día.

Espero unos minutos, oía como un par chicas entraban al baño y se ponían a hablar de cualquier tontería, hablaban mal de sus propias amigas, se reían por cualquier mal chiste, y eran demasiado groseras al expresarse. A Jally le agradaba ser invisible cada vez que las escuchaba.

"Prefiero que nadie me conozca, a ser así de hipócrita y grosera."

Pero algo interrumpió sus pensamientos.

- ¿Y qué opinas de Ethan?

- Ay, ese chico sí que es guapo.

- Le he estado echando el ojo hace unos días, y creo que si me gusta como pareja de baile.

- Esta vez sí que te has escogido un buen partido eh, bribona.

- Jajaja, estúpida.

- ¿Y tú crees que llegue a ser tu novio?

- Como todos a los que le echo el ojo, querida.

Jally no supo que pensar.

- Ya vámonos, ya es tarde.

- Ya.

Salió del baño cuando escuchó que las chicas se habían ido, pero su mente estaba en otro lado.

Había reconocido la voz, era Lizeth, esa chica que se acostaba con un chico diferente cada fin de semana. Su mala fama había corrido desde hace un par de años atrás.

Su madre era una ejecutiva del gobierno, siempre daba bonos de gran suma de dinero a la institución. Su padre estaba divorciado con su madre y solo la veía los fines de mes.

Puede sonar algo duro, pero ella era feliz. Dinero, fama, chicos y fiestas siempre se lo solucionaban todo.

"Al parecer no soy la única que se fija en Ethan, bueno, con ese bello rostro como no fijarse en él. . . creo que debo rendirme, con una nota no lo voy a enamorar, esa chica es mucho más bonita que yo. . . ¡La nota!"

Se acordó que tenía que tomar la nota. Observó por la ventana del baño que los jugadores ya estaban en la cancha, y Ethan estaba ahí. Ya podía ir por la nota, si es que había.

Salió del baño.

Al salir, los pasillos estaban libres. Caminaba despacio, porque si alguien la encontraba de seguro se metía en problemas, debería estar en la biblioteca en su extracurricular de lectura.

Caminó hacia el casillero de Ethan.

Cuando estuvo frente a el no supo si abrirlo o no. Había estado observando tantos años a Ethan que ya se sabía su código de casillero tan bien como el de ella.

Pero no se atrevía, otra vez volvieron los latidos rápidos, y los nervios por todo su cuerpo. Sin embargo, también era consiente que no tenía mucho tiempo.

Behind ShadesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora