Capítulo Tres

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Apenas la campana sonó, Stiles tomó sus libros rápidamente y salió a toda prisa del aula, lo suficiente como para poder perder a Scott y tener unos pacíficos segundos de soledad. Vaya, sí que había extrañado muchísimo estar solo. Ya era su segundo día de escuela y Scott estuvo pegado a él como chicle, así que no tuvo ningún momento de serenidad. En los recesos que había entre cada clase Scott se sentaba junto a él y le sacaba tema de conversación mientras comían, ¿qué clase de persona le pregunta cosas a otras mientras tienen fragmentos de Sándwich en la boca? No tiene sentido.

Cuando llegó a su casa Allison lo bombardeó con preguntas sobre si se la había pasado bien, o si Scott le había agradado. Se limitó a un «es un buen chico» y eso fue suficiente para que su hermana se relajara. No comprendió que necesidad tenía Allison de que Scott le cayera bien, pero con tal de que estuviera feliz, diría que sí.

A pesar de todo  el primer día de escuela no estuvo tan malo como creyó que sería. Sí, Scott era un tanto fastidioso, pero era soportable. Pero al menos por ese momento, quería un poco de privacidad. Ya se lo encontraría de nuevo en el club de drama.

Ugh, el club de drama. Ya era el dichoso día, y como las clases ya se habían terminado tenía que irse directamente al teatro. Si no aparecía o se distraía en otro lugar seguramente Allison le enseñaría de qué de trata un verdadero drama.

Dio la vuelta cambiándose de pasillo, pero por accidente chocó con un hombre, que probablemente sería maestro en la escuela. En cuanto levantó la vista el sujeto se encontraba sonriéndole. Stiles hizo lo mismo por cortesía, pero le salió más como una mueca cargada de improvisación, nerviosismo y fracaso.

— Soy Peter Hale, soy el consejero escolar —Se presentó el hombre, ofreciéndole la mano

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— Soy Peter Hale, soy el consejero escolar —Se presentó el hombre, ofreciéndole la mano. Tenía el cabello ligeramente largo y peinado hacía atrás, aunque sin rastros de gel o goma. Stiles lo vio con extrañeza, pero la estrechó de todas formas, aunque sin muchas ganas—. Pero también soy el maestro de teatro, ¿eres el hermano de Allison, me parece? Me informó que te nos unirías al club. Se parecen bastante los dos, fue fácil reconocerte.

Asintió y Hale sonrió con amabilidad, apoyando una mano en su hombro y guiándolo por el pasillo.

— Sólo quería decirte antes de comenzar las clases que puedes confiar en mí. Quiero que el club sea un entorno de confianza para ti, ¿de acuerdo? Cualquier duda o problema que tengas no dudes en llamarme, estaré feliz de contestar tus preguntas. No sólo soy tu maestro; soy tu amigo. ¿Bien?

Movió la cabeza aprobatoriamente y Peter le dedicó otra sonrisa. Eso le incomodó, sintió como si fueran de esas sonrisas que la gente regala a cualquier persona. Se supone que las sonrisas deben ser especiales y personificadas para cada persona diferente. Pero al menos el profesor se le hizo amable y eso lo tranquilizaba un poco, pero le incomodaba que pudo percibir que era de esas personas que se empeñan en querer meterse en tu vida privada y ser tu amigo. Que quiere agradarte a toda costa. Eso significaba que intentaría incumbirse en los aspectos de su vida y ayudarlo con sus problemas. En definitiva eso no era bueno.

✿The Love Club✿ | StydiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora