24|Parque

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VOZ EN OFF (Agustín)

Todo iba tan bien... Recuerdo el tercer mes de embarazo como si fuera ayer, ese fue el peor. La enfermedad había avanzado y por obvias razones le habían suspendidos las sesiones. Carolina;ella tenía dificultad para respirar, tenía tomado los pulmones. No era facil hacer que hiciera reposo ¡Oh no!


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El invierno había pasado, finalizaba agosto y estabamos preparandonos para recibir la primavera; era la estación favorita de Carolina, insistia en ir al parque pero caminaba un poco y se agitaba. La enfermedad ahora se había alojado en sus pulmones, los tenía todo tomado; no sabía que más decirle, hasta finalmente llegamos a un acuerdo y conseguí que se sentara en la silla de ruedas ¡No fue fácil! Pero fue la única forma de que saliera de casa. El vientre empezo a crecer y a decir verdad le sentaba hermoso, iba finalizando el tercer mes de embarazo y ya sabíamos que esparabamos una niña.

—estas más hermosa que nunca mí amor—hable besando su pancita
—gracias guapo—sonrio
—va a ser una bebe hermosa—reí, todo iba tan bien—igual que vos
—solo espero llegar a conocerla—bajo la mirada—llegar a disfrutarla, amor
—claro que vas a disfrutarla—tome su mano—le vas poder elegir vestidos lindos y más adelante ayudarla con los chicos aunque yo me muera de celo ¡Sere un padre sobreprotector!

Dejo escapar una hermosa risa y nego con la cabeza y es que verla tan feliz me hacía sentir en paz, aliviado.

—seras un buen padre—afirmo—de eso estoy muy segura amor, el mejor
—nunca les va a faltar nada—la
mire—te lo prometo mí chiquita
—lo se guapo—me miro con ternura, con amor—creeme que lo se
—quiero que nuestra hija tenga tu belleza, esa que me tiene hipnotizado  mí amor—sonrei de lado—se que va
a tener ciento de chicos atras pero ninguna va estar tan cerca de mi nena porque primero los mato, los mato
—¡Amor!—exclamo—vas hacer
un padre muy celoso y protector
—obvio—sonreí—y me olvidaba quiero que tenga mi personalidad
tan encantadora, tan única
—y que sea tan humilde como
vos—rió sonoramente—porfavor

Me uní a su risa, era música para mis oidos; la recoste sobre el pasto y yo me posicione al lado de ella y acaricie su vientre. Se me llenaban los ojos de lagrimas al pensar que ahí estaba el fruto de nuestro amor, nuestra hija.

—te quiero tanto amor—murmure nostálgico—no sabes cuánto amor
—sos mí ángel de la guarda—sonrió con lo ojos llenos de lágrimas—te mandaron del cielo, otra explicación no encuentro para que estés acá

Con su mano temblorosa acarició mí mejilla y nos fundimos en un beso, nada iba apagar nuestro amor ni la misma muerte.





Andromeda "La Princesa"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora