Sometido a la esclavitud... Dobby

583 13 2
                                    


Un ser haraposo y pequeño corría afligidamente por el pasillo de aquella mansión sombría y fría, pero que se mantenía cálida donde quiera que fuese por arte de magia. 

Alejandra decide ir tras él intrigada por la actitud del pobre elfo, dispuesta a ayudarlo era necesario, pero su tío, un hombre alto, de cabello platinado y cara angulosa, que vestía una habitual túnica negra, la detiene gritándole "¡Apártate!" mientras iba blandiendo en el aire un bastón de plata. Iba tras el elfo.

Siguió a su tío Lucius haciendo caso omiso a su mal humor, pues no toleraría que maltraten a un ser indefenso mientras ella estuviese presente. Llegaron a un cuarto de limpieza, donde se apilaban ordenadamente en los estantes todo tipo de cosas para asear la casa; escobas, traperos, líquidos mágicos para remover manchas, etc. Pero Dobby no estaba ahí, seguramente permanecía escondido en algún lugar. Lucius comienza golpear todas las cosassin hacer caso de la presencia de Alejandra, provocando que caigan al suelo con gran estruendo y que se rompan algunas cosas. Estaba empecinado en encontrar a su criado, como lo llama él.

—¡Basta, tío! No le hagas daño, es sólo una criaturita. ¡Basta! —le gritó Alejandra.

Lucius se voltea a verla con furia y con un aspecto de asco en la cara.

—¡Acaba de quemar la cena para los invitados que están por llegar! ¡No entrometas tus narices, niñita! Es mi criado y yo sé lo que hago con él —le dijo bruscamente recalcando la palabra "mi"—. ¡Dobby, sal de ahí que te daré unos buenos latigazos. Elfo inútil!

Al escuchar la amenaza de maltrato de su tío Lucius, se planta ante él horrorizada. Dobby salió de una caja de cartón con los brazos extendidos y lágrimas resbalándoles por las mejillas huesudas.

—¡Si quiere hacerle daño, tendrá que pasar sobre mí primero! —le espetó Alejandra a su tío, temblando.

Lucius lanza una sonora carcajada con desdén.

—Mi-mi-mi señor... no le haga da-daño a la señorita A-Alejandra, tome...tómeme a mí... —decía Dobby desde detrás de Alejandra, que parecía a punto de ponerse a llorar, también temblando.

—¡No! Por ningún motivo. Ya bastante lo maltrata —seguía ella firmemente.

—Agradece que tu madre está por llegar, mocosa. Voy a hablar seriamente con ella para que te dé una paliza por tener ideas tan tontas. ¡Pero claro, cómo pasé por alto que quedaste en Gryffindor! Seguramente esa sangre sucia, amiga de Harry Potter, les anda metiendo ideas absurdas en la cabeza, ¿no? —le dijo burlón y amenazante.

—No me impor...

Lucius la aparta de un empujón.

Dobby, al ver que su amo iba a hacer daño a Alejandra, junta sus manos apuntando hacia Lucius y este cae hacia atrás. 

De esta no se salva, pensó sorprendida y horrorizada. 

Cuando su tío comenzaba a incorporarse sin decir palabra, pero con la cara desfigurada por la rabia, ella toma a Dobby en brazos notando que es más liviano de lo que pensaba y corre por los corredores con su tío pisándole los talones hasta encerrarse en su dormitorio. Con el portazo, le dio la impresión de haber golpeado en la cara a su malvado tío. El corazón le latía a mil por hora, sabía que Lucius entraría en cualquier momento con un hechizo de su varita. 

Ojalá lo haya aturdido, pensaba.

—Gra-gracias, señorita. Usted es mu-muy valiente y Dobby le a-agradecerá siempre lo que hizo. Ti-tiene un corazón bon-bondadoso —dijo de repente. 

La miraba con los ojos muy abiertos y con agradecimiento.

En ese momento, Dobby desaparece con un chasquido de sus largos dedos. 

¡Oh no, Dobby!, Alejandra sabía que el elfo se entregaría a su amo.



¡Hola, Wattpaders! Gracias por leer este corto relato que espero les haya gustado.

¿Cómo se imaginan la vida de los elfos domésticos en familias de élite como los Malfoy?

One-shots | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora