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Así fue como pasaron las siguientes semanas y mi pared, junto con otros lugares de la casa, se llenó de fotografías de nosotros en diversos lugares.
Estuvimos en todas partes pero mis lugares favoritos fueron la feria, la primera de todas las paradas, y la oficina de Connor que visité por curiosidad.
¿Por qué la feria? Me sorprendió mucho ver a Connor divirtiéndose como un niño y obligándome a subir a juegos horribles con mentiras tontas.
—No creo que pueda subir yo solo a ese—Comentaba al ver un juego mecánico que te suspendía en el aire de cabeza—mi viejo corazón no aguantaría—.
No pude evitar reírme.
—¡Por favor! Estás tan sano como un roble—.
—No lo creo... Deberías subir conmigo sólo para asegurarte que no muera allá arriba—.
Con una mirada rápida al juego bastó para negarme.
—Ni hablar—.
—¡Vamos Maddie! Tu corazón es más joven que el mío, podrás soportarlo y... Te verás muy guapa colgado hacia abajo—.
Su halago funcionó y mi voluntad ya no fue tan fuerte por lo que esperamos en la fila hasta que fue nuestro turno y nos aseguramos a los asientos con un endeble cinturón de seguridad.
—Si muero arriba por tu culpa...
—Moriré primero, no podrás reclamarme nada así que en tus últimos momentos deberías hacer algo genial y memorable como besarme...
Le lancé una mirada incrédula pero no pude evitar sonreír.
—Si claro, buen intento casanova—.
Tenía una sonrisa petulante en los labios e intenté ignorarlo cerrando los ojos.
Segundos más tarde el viento azotaba mi rostro y mi cabello luchaba por salir del moño que lo sostenía.
—Te dije que te verías muy guapa—. Me dijo entre el griterío y yo abrí los ojos por la sorpresa, me quede mirándolo sin saber que decir. No duró mucho porque el maldito juego cayó y mi estómago se hundió.
Más tarde volvímos a estar en suelo firme y cuando ya nos habíamos alejado del juego me detuve y lo besé sin que me importara nada más.
En mi defensa diré que podríamos haber muerto allá arriba.

Por otro lado el visitar su oficina también me gustó demasiado, es lo más reciente que he hecho con él desde que comenzamos a salir.

*--Flashback--*

Estaba en casa aburriendome cuando Connor me envió un mensaje.

C: El trabajo es aburrido sin ti, ¿hay manera de que te traiga conmigo?

Sonrío al ver el mensaje y no tardo en responder.

M: Te daré una foto 😋

C: Ja-ja hablo en serio 😒

M: También yo 😘

Ya no me responde pero no importa porque tengo un plan. Tomo las llaves del Audi (el cual accedí a usar a regañadientes) y me dirijo a Blake Company. Aquella empresa reconocida de telecomunicaciones.
Al llegar estaciono el auto y luego voy a la inmensa entrada con puertas giratorias. En la entrada hay un guardia fornido quien me mira con sorpresa.
—Sra. Blake—saluda cortésmente y me sorprende un poco que me reconozca—es un placer tenerla por aquí, pase por favor—.
—Gracias emmm....
—Arthur Reed—.
Le tiendo la mano para estrecharsela y él se sorprende pero me devuelve el saludo.
—Maddison—Sonrío y paso a su lado—Por cierto, ¿sabes en que piso...?—.
—El último, señora, saliendo de los elevadores a mano derecha, hasta el fondo—.
Asiento y le doy una sonrisa antes de encaminarme a los ascensores. Parece que no es el único sorprendido, todos se giran a verme con sorpresa y yo temo que le avisen a Connor que me encuentro aquí y arruinen mi sorpresa.
Al final me quedo sola en el elevador y siguiendo las instrucciones de Arthur llego a la oficina de Connor, el piso está vacío y eso me sorprende, quizás estén todos en una junta...
Dudo un segundo pero abro la puerta y entro a su oficina, la cual es casi igual al despacho que tiene en casa, sólo que las paredes de esta son de una tonalidad azul.
Camino por la alfombra mientras miro a mi alrededor.
Tiene varios libreros y archiveros llenos en ambos lados. De lado derecho hay también un sofá largo de color negro y a la izquierda un pequeño baño personal.
Al centro de la oficina está una mesa enorme con una cómoda silla detrás y dos al frente algo más sencillas.
Sin embargo lo mejor del lugar es la increíble vista panorámica, me acerco al ventanal que va del techo al suelo y me quedo mirando toda la ciudad embobada. Por eso no me doy cuenta cuando el murmullo de voces se incrementa y la puerta tras de mí se abre.
—¿Maddie?—Me giro con sorpresa y Connor está en el umbral estupefacto—¿Qué haces aquí? ¿Ha ocurrido algo?—.
Niego con la cabeza, él entra y cierra la puerta con cautela.
—¿Entonces?—.
—Yo... Sólo quería visitarte, dijiste que te aburrias y se me ocurrió... Venir a verte—.
Sonríe ampliamente y elimina la distancia que nos separa.
—¿Y ahora que?—. Levanto la mirada y me pierdo en sus ojos.
—No sé...
Sin dejar de sonreir se inclina y me besa con entusiasmo mientras yo le echo los brazos al cuello. No sabemos contenernos y esta vez no es la excepción, lleva sus manos a mis caderas y me levanta para que envuelva mis piernas en su cintura, de manera que quedó atrapada entre su cuerpo y la fría ventana.
Lleva sus labios a mi cuello y su respiración me hace cosquillas.
—Connor...
Murmuro.
Él vuelve a besarme y segundos después me encuentro sobre su mesa de madera, juguetea con el borde de mi suéter pero claudica y separa sus labios de los míos mientras nuestras respiraciones se normalizan.
Pega su frente a la mía y cierra los ojos.
—No sabes cuanto... te deseo. Me gustaría tomarte aquí y ahora pero ambos sabemos que aún no es el momento para dar ese paso ¿verdad?—. Parpadeo desconcertada ante sus palabras.
—¿Por qué no?—.
Mi pregunta lo sorprende y a mi tambien.
—No quiero arruinarlo, quiero que ambos lo deseemos...
—Pero yo lo deseo—interrumpo—te deseo...
Se queda perplejo y yo aparto la mirada avergonzada.
Luego sonríe y deposita un beso en mi frente antes de apartarse.
—No deberías decirme eso, dejaré de ser razonable—.
—Pero...
—Aun no Maddie, confía en mí. Nuestra primera vez será especial—.
Palidezco ¿sabe algo? ¿soy tan obvia?
Él me mira nervioso e intenta decir algo para que me olvidé del tema.
—¿Tienes hambre? Te invito a comer, después tengo que hacer algunas cosas y me voy pero ahora que estás aquí podemos visitar algún lugar ¿que dices?—.
Lo miro sin comprender nada y después asiento, no quiero continuar esta conversación.

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