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Maddison

Cuando la película termina Connor está profundamente dormido a mi lado.
Parece que ha pasado por unos días muy duros ya que tiene unas ojeras notables y no se ha rasurado, cosa rara en él, además trae ropa casual impregnada de olor a cigarro.
Detesto que fume pero siempre lo hace cuando está nervioso.
Una parte de mi se siente culpable por verlo de esta manera pero quizás si me hubiera dicho la verdad antes...
El día de nuestra boda le aseguré que no me sorprendería por lo que hiciera con Miles a menos que fuera un asesinato y los robos no habían sido la gran cosa o habrían salido en las noticias, además regresó todo a los dueños y ahora intentaba enmendar las cosas por la abuela de Miles.
Por otra parte nunca llegó a interesarse en lo más mínimo en El ramillete y sí había tenido muchas oportunidades de tomarlo.
Le creía.
Siempre me había amado, yo no era parte de ningún plan para obtener la joya.
Sonreí ante eso.
Escuché la puerta y me incorporé para ver a Tom luchando con el cochecito de James.
Fui en su ayuda y logramos que entrara en el espacio reducido de la entrada.
—Deberías mudarte, este lugar no es adecuado para tener bebés—. Le digo mientras cargo a James.
—Pues da la casualidad que no planeo tenerlos por el momento—. Me dice con una sonrisa.
—Que sorpresa, señor soltero, algún día no podrás escapar del amor—.
Arquea las cejas con incredulidad.
—¿Y terminar así?—señala de Connor hacia mi—ufffff no gracias... ¿Lograron arreglar algo en nuestra ausencia?—.
—Pues si, estamos bien otra vez, gracias a ti traidor—.
—¿Traidor? Yo hice el trabajo duro y me sorprende que no destruyeran mi casa—.
—Le dijiste dónde estábamos—.
—Los dos la estaban pasando mal, deberías agradecerme—.
Le hago una mueca pero al final sonrío.
—Lo hago, eres el mejor amigo del mundo—.
—Lo sé, aunque voy a extrañar al pequeño James—. Dice mientras le revuelve el pelo.
—Y él a ti, despídete mientras voy a hacer las maletas—.
Le doy al niño y reúno todas nuestras pertenencias. Cuando termino Connor ya ha despertado y me ayuda a llevarlas al coche mientras yo aseguro a James en la parte trasera del coche.
Ahora mi esposo y mejor amigo parecen llevarse bien, lo cual me sorprende y me alegra.
Nos despedimos de Thomas, no sin antes prometerle otra salida en agradecimiento, y regresamos a casa.

--------------★--------------

Escucho el llanto de James y me levanto lo más rápido que puedo, voy descalza hasta su habitación pero cuando llego ya no llora, en cambio, oigo la voz de Connor en susurros.
—Ya esta hombrecito, limpio y cómodo ¿verdad? Ahora ven aquí—.
Miro por la puerta entreabierta y lo veo arrullando a James suavemente.
—¿Viste las fotos? Las tomó mami, en esta sales tú en tu primer baño, ¿recuerdas? Hiciste un gran escándalo... mira esta otra, aquí fue cuando naciste, aún estábamos en el hospital... ¿Has visto esta? Tú y yo durmiendo ¿ves cuanto nos parecemos?—sonrío como boba al verlos juntos otra vez—¿Y esta? De mis favoritas, el lugar donde mami y papi se enamoraron—.
Baja la mirada y encuentra a James con los ojos cerrados, medio dormido.
—Bien, vamos a acostarte—.
Lo deja con sumo cuidado en su cuna y se queda mirándolo mientras duerme. Yo me acerco silenciosamente y me quedo a su lado.
Él me mira y luego me abraza. Recargo mi cabeza en su hombro y suspiro mientras contemplamos a nuestro pequeño bebé.
—Estaba trabajando en el despacho cuando lo escuché en el monitor, llegué justo a tiempo cuando empezaba a llorar—.
Asiento y miro las fotos de la repisa.
—No nos enamoramos aquí—. Señalo la foto del kiosko y Connor sonríe con nostalgia.
—Lo sé... Pero ¿qué esperabas que le dijera? ¿Ahí descubrimos que nos amábamos después de tanto tiempo casados? Eso es demasiado para un bebé—.
Ruedo los ojos.
—Quizás tienes razón—.
—¿Quizás? La tengo—. Me regala una amplia sonrisa que le devuelvo.
Miro a James dormir y suspiro.
—No me gusta que duerma aquí, prefiero que esté con nosotros—. Le confieso.
—Y yo, aunque se la pase dando vueltas toda la noche—.
Me río.
—¿Y por qué duerme aquí entonces?—.
Se encoge de hombros.
—¿Nos lo llevamos?—.
—Por favor—.
Lo carga con cuidado y vamos a nuestra habitación donde lo deposita en la amplia cama.
Me acuesto a su lado con cuidado y nos cubro con el edredón. Pienso que Connor se va a meter a la cama con nosotros pero en lugar de eso se aleja.
—¿A dónde vas?—.
—Debo seguir trabajando—. Susurra.
—Pero ya es tarde, deberías descansar...
—Tengo muchos pendientes—.
—Te ayudaré mañana pero ven a dormir con nosotros... Por favor—.
Extiendo una mano hacia él y sonrío.
Al final claudica y se acuesta a nuestro lado.
—No le puedo decir que no a esa carita—.
Si inclina para besar mi nariz y luego se mete bajo el edredón.
Sonrío feliz.
Que genial es estar en casa.

--------------★--------------

Al día siguiente estuvimos un rato en la cama jugando con James hasta que Connor tuvo que correr a la oficina.
Me quedé en casa haciendo algunas tareas, muy pocas, ya que desde que nos fuimos nadie puso un pie en ella.
Así que como terminé temprano llevé a mi hijo a dar un paseo por el parque. Sin embargo, al estar ahí tenía un mal presentimiento y no dejaba de mirar a todos lados. Creo que salir no había sido la mejor opción.
Connor había dicho que buscaría unos guardaespaldas hoy por si Miles intentaba algo contra nosotros.
Regresé a toda prisa a la casa y decidí entretenerme en otras cosas todo el día para no pensar en la amenaza de Miles.
Estaba en la cocina cuando escuché la puerta abrirse y miré el reloj furtivamente.
Las seis. Connor estaba en casa.
Suspiré feliz mientras buscaba un tazón en el anaquel de la cocina.
Lo alcancé al mismo tiempo que sentí unas manos posarse en mis caderas.
Sonreí ampliamente.
—Llegas justo a tiempo, sólo debo preparar la ensalada y comeremos...
—Hola Maddison—.
Fruncí el ceño. Esa no era la voz de Connor.
Me giré rápidamente y me encontré cara a cara con Miles sonriendome como si nada.
Era tal y como lo recordaba de la boda, pero su atractivo no era más que una distracción para lo que realmente era por dentro.
—¿Miles? ¿Qué haces aquí?—intenté safarme de su agarre pero me aferró con mas fuerza—Su-sueltame me haces daño—.
Mi voz denotaba miedo.
—Te traje un regalito—. Sonrió y se apartó unos pasos para sacar un arma de la parte trasera de su pantalón con la cual me apuntó directamente al pecho.
Solté un jadeo.
—Miles...
—Es hora de que termine el trabajo Maddison, Connor arruinó todo al casarse contigo y es por eso que debo matarte, es la única manera de acabar con esta farsa y conseguir el objetivo principal—.
Suena completamente enloquecido.
—Pero ¿qué dices? ¿De qué trabajo hablas?—.
Intento ganar algo de tiempo y no pensar en James durmiendo en el piso de arriba.
—Bien... ya que voy a matarte te lo contaré... Tu perfecto esposito no es quien crees, en realidad es un ladrón—.
—¿Un ladrón? Mientes...
—No querida, nosotros dos hemos robado una gran cantidad de artículos de joyería, pero no simples baratijas, nosotros vamos más allá—.
—Pero...
—Por eso se casó contigo, para adquirir el símbolo del amor de tus bisabuelos—.
—Claro que no Connor me ama... No le interesa El ramillete—.
Miles se ríe con crueldad.
—Pobre chica tonta... Aún crees en el amor y todos sus cuentos de hadas, Connor se casó contigo porque yo se lo dije, pero fue tan débil como para enamorarse y jugar a la casita contigo y su pequeño bebé, ¡Maldita zorra! ¡Tú y tu lindo trasero lo distrajeron! Es por eso que debo quitarte del camino—.
Vuelve a apuntar el arma hacia mi pecho y sonríe al ver las lágrimas en mis mejillas, sin embargo antes de que pueda decir algo escuchamos la puerta abrirse nuevamente.
—¿Cariño? Ya llegué—.
Casi quiero llorar al oír a Connor.
"Contéstale" articula Miles en mi dirección.
Me aclaro la garganta pero es inútil, la tengo demasiado seca, lucho con las palabras pero al final alcanzo a decir:
—En la cocina cielo... tenemos visitas—.
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Tengo planeado subir dos capítulos mañana porque ya son los últimos y son muy cortos 😁 Además de que el fin de semana no estaré en mi casa :0

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