10. En busca del papel higienico

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Corrimos volviendo hacia donde se encontraba María, y por la expresión de su cara al vernos, parecía bastante enfadada.

- !No me volváis a dejar sola aquí, o si no; os vais a comer este papel! - dijo furiosa.

- Que querías que hiciésemos con una momia, que no puede andar y aún menos correr - se explicó Ana.

- Bueno vale, por casualidad había papel en ese almacén?

- No, por qué? - pregunté.

-Porque acabo de ver que a la vez que entrabais, una chica estaba saliendo con unos rollos de papel - nos dijo.

- Debe de ser una de las amigas, de la que ha intentado fastidiar a los chicos - deducí - ¿Por donde se fue?.

- Se fue por aquellos árboles de allí y luego se metió detrás de esos bancos, no se si seguirá allí.

- Gracias María, tu mejor quedate aquí, atraemos a esa chica hasta aquí y tu le haces un John Cena. Y luego nosotras le quitamos el papel higiénico.

Corrimos a perseguirla para quitarle el papel higiénico, detrás del banco no estaba así que fuimos corriendo hacia el pequeño río. Hacia dónde estaban corriendo los chicos, vimos a las dos chicas que se encontraban en el puente dispuestas a luchar contra los chicos. Sinceramente no tenía ni idea de que pasaba.
Corrimos hacia esa parte y al llegar frené en seco al contrario que Ana, que siguió corriendo y se tropezó con una piedra cayendo así al río. Pero Hunter reaccionó rápidamente y cogio a Ana de la mano. La chica que acababa de fastidiar a los chicos, empujó a Ana, tirándola así Al río.

- !Eh porque la has tirado! - les grité.

- !Primero dejame hablar! Y lo entenderéis todos.

- !Eh¡ Y que pasa conmigo - gritó Ana.

- Tu quedate ahí que nadie te ha hablado - Le calló a Ana.

- Para empezar no confíes en estos chicos que son unos mujeriegos, primero dicen que les gusta una chica y luego dicen que les gusta otra, se las tiran y luego las dejan tiradas. Siempre igual, yo fui la última novia de Thomas, aunque a lo mejor no soy la última puesto que les gustan todas.

- ¡Eh, eh, eh! Para el carro, que no nos gustan todas y sí, fuiste mi última novia pero no tienes que castigarnos a todos por un error mío, y además ellas no nos gustan, así que lo de que nos gustan todas hay que descartarlo - dijo Thomas.

- Sí con error te refieres a haber nacido, sí tienes razón.

- Eh, eh, eh sin faltar al respeto, relajaos un poco.

- !Con error me refería a haberte conocido, y aún más a haber salido contigo! - gritó Thomas.

No me podía creer lo que estaba pasando, aunque algo me imaginaba. Así que a parte de arrogantes y pesados, son mujeriegos. Menudos chicos, por lo menos son guapos.

- Por favor, nos podrías devolver el papel higiénico, que nos hemos quedado en medio de una competición muy importante, no tenemos mucho tiempo y no estoy dispuesta a volver a repetir todas las competiciones, aunque por supuesto que les ganaríamos. Pero ahora en serio, devolvernos el papel y cuando terminemos todas las competiciones podéis seguir discutiendo - dije para zanjar el asunto.

- Vale, lo siento. Aunque los que deberían pedir perdón son ellos - dijo su amiga señalando a los chicos.

- Luego las pedís perdón, pero ahora tenemos que continuar - las chicas nos dieron los dos rollos de papel y le pedimos al señor que pusiese el cronómetro de nuevo.

- Bueno chicos que siga la competición - dijo el señor.

- Eh, chicas luego me tenéis que contar lo que ha pasado.

- Vale, pero ahora tenemos trabajo por hacer - dije.

Volvimos a enrollar, esta vez seguimos con la segunda capa y como no sabíamos donde colocar la punta del papel para que quedará perfecto, y puesto que no teníamos mucho tiempo, se lo metí en la boca. Y ella gruñó, terminamos la tercera capa y le metimos de nuevo la punta del papel en la boca, y justo después de eso sonó el pitido del cronómetro diciéndonos que el tiempo se había acabado.
El señor se acercó para examinar como habían quedado las momias, que sinceramente, habían quedado bastante bien las dos. No sabia quien ganaría.
El señor siguió dando vueltas alrededor de las momias, hasta que se rascó la barbilla y habló.

- Las momias están muy bien echas, y sinceramente ha sido muy difícil decidirse, pero tras un periodo largo de meditación, he decidido que el de las chicas es el mejor, aquí tenéis el muñeco - nos dio el muñeco, me encantó, pero lo mejor fue ganarles a ellos y encima jugamos limpio.

- Chicas..., gracias por habernos salvado de ese aprieto y habernos esperado, además de habernos ayudado - dijo Carter.

- No hay de que - dije.

Nos pusimos a dar saltos de alegría, acabábamos de haber ganado el primer punto y además les habíamos dado una lección a los chicos.

- !Chicas, esto hay que celebrarlo! - gritó Ana.

- Eh, Eh, Eh esperad que hay bastantes cosas que explicar - dijo María.

- Vale, pero primero vamos al McDonalds y luego hablamos allí - dije.

- Chicas, este es solo el principio. Pero el próximo estoy seguro de que ganaremos, que no se os suba a la cabeza - dijo Thomas.

- Mejor que no se te suba a ti la derrota haber si vais a perder todo el rato - dije riéndome.

- Eh, eh, eh esperad que aún el juego no se ha terminado, ahora la momia ganadora se tendrá que colocar aquí - el señor señaló una zona de la plaza en la que se encontraba un cubo lleno de agua - ahora la momia ganadora será mojada por este cubo de fresquisima agua y todos los de su equipo podrán ser mojados con ella si lo desean.

- No gracias... - salió corriendo por patas.

- Además la momia se tendrá que mojar, con el papel que lleva puesta la otra momia - dijo el señor. En ese momento supe que por nada del mundo me mojaría. ! Se había metido el papel en los gallumbos !, bueno vale que yo sé lo metiese en la boca a María pero tampoco es eso.

- Ángela... No me dejes por favor...,vengaaa, hazlo por mí que soy tu mejor amiga.

- Venga vale, pero me debes una y bien grande - le dije poco entusiasmada. En ese instante se me ocurrió una idea.

Nos colocamos en la zona que había dicho el señor, nos lanzaron el cubo de agua en toda la cara. Todos menos Thomas que se estaba quitando el papel para dárnoslo y secarnos, enseguida me aparte. Y recordé que tenía una toalla del juego de las esponjas al contrario que María yo la cogí y me sequé pero María tuvo que secarse con el papel higiénico de Thomas. Qué asco me daba.
Después los chicos se estuvieron riendo de María hasta que se cansaron, me daba mucha pena por ella.
Se acercaron las chicas de antes.
Y nos pidieron perdón por haber interrumpido el juego y, les dijimos que que no pasaba nada y que no se preocupasen que es verdad que los chicos son muy insoportables.
Lo celebramos tomándonos unos refrescos, y al terminar nos fuimos contentas de haberles ganado. Fuimos al Mcdonals y nos comimos una hamburguesa, celebramos nuestro primer punto ganado y le contamos todo lo ocurrido, después nos fuimos a casa a dormir.

Por favor decirme si hay alguna falta o peticiones. Gracias por leer.

Tres chicas contra la adversidad.             Donde viven las historias. Descúbrelo ahora