4. Conociendo a los chicos insoportables

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Dedicado a mi familia.

-¡Buenos días!- les grité a las dormilonas para que se despertarán - Hoy como ya sabéis es viernes así que ha levantarse que tenemos clase.

Se levantaron rápidamente, es más tan rápido que se cayeron por las escaleras, me partí de risa; me dijeron que no hacía gracia, así que me reí aun más por su torpeza. Desayunamos, nos vestimos, y preparamos todo para salir. Y como no, cuando salimos nos encontramos a los vecinos que tanto queremos; claramente lo digo con ironía.

-!Eh chicas esperadnos¡ - gritaron.

-¿Qué hoy no vais en ese cochazo? - dijo señalando el garaje.

- Preferimos andar - dijimos al unísono.

- En ese caso... !Os acompañamos como buenos caballeros que somos¡ - dijo Carter con tono gracioso.

- Hoy vamos a hacer una fiesta por haber empezado la universidad, y nos preguntábamos si queríais venir - dijo Carter.

- Nos lo pensaremos - dije.

Ana y María me cogieron para hablar en grupo.

- Tía pero... ¿por que no has dicho que sí? - me dijo María.

-Es una muy buena oportunidad para conocer a gente nueva - mencionó Ana.

-Puede pero quería dejarles con la duda.

Volvimos con los chicos, que sorprendentemente nos estaban esperando y mirándonos atónitos, caminamos hasta la universidad, en la que una vez más nos miraron sorprendidas todas las chicas por haber venido con los chicos "populares".
A saber que pasaba por la mente de esas chicas.
Al sonar la campana cada una se fue a su clase correspondiente, no se porqué en clase estaba muy distraída pensando en la fiesta y porque nos habían invitado. Sonó la campana y nos fuimos al patio.

-!Hola chicas, mirar este es mi novio Caleb! - dijo Andrea con una sonrisa mostrándonos a su novio. El era rubio con ojos miel, no muy alto; pero tampoco bajo, sinceramente era bastante guapo, pero no tanto como los vecinos; he de admitir que si que son guapos los vecinos, pero muy, muy, pero que muy arrogantes.

-Hola - saludé como pude.

-Hola - dijo tímido.

- ¿Qué estas estudiando? - preguntó María - Yo estoy estudiando
Ingeniería industrial.

- Yo estoy estudiando Ciencias, ya sabéis Física y Química, matemáticas y todo eso - dijo Caleb.

- Yo soy Ana, estoy estudiando Magisterio.

Merendamos y volvimos a las clases, esta vez estuvimos dando matemáticas, ecuaciones y distintas cosas básicas para programar robots y hacer aplicaciones.
Cuando terminamos las clases, volvimos andando, hicimos los deberes y esperamos a prepararnos para la fiesta, nos duchamos, nos maquillamos nos vestimos y esperamos a que fuese la hora, aunque la fiesta realmente ya había empezado, al salir de casa, escuchamos una música a tope, tanto que tenía que gritar para hablar. Risas y un montón de papeles y cosas tiradas por el suelo.
Al entrar la música aumentó de volumen, veía a la gente emborranchadose y bailando; no era el sitio más acogedor del mundo pero, había que adaptarse. Espero que tengan otra cosa más que la cerveza, por que no me gusta nada, normalmente tomo Aquarius pero si no hay, tendré que beber agua.
Me dirigí hacia la cocina donde había todo tipo de bebidas menos Aquarius o Nestea, así que tuve que coger un vaso de agua.

- Veo que no te quieres emborrachar a cerveza - me dijo Thomas con tono coqueto.

- Y quedarme ebria como tus amigos?, no gracias. No me gusta ni el Alcohol, ni las bebidas con gas - le dije, el me miró sorprendido.
- No estaré cometiendo un crimen acaso por beber agua ¿no?, el hecho de beber Alcohol no me atrae, no es sano y además no necesito beber Alcohol para demostrar que soy mayor e independiente - Me puse a la defensiva.

- Para que lo sepas bonita yo bebo porque me gusta no porque lo vea guay, lo único que me hace falta para serlo, ya lo tengo. Soy guapo y listo, ya lo tengo todo - dijo guiñandome el ojo.

- Primero, Gracias por llamarme bonita, se que lo soy - dije riéndome en su cara - y Segundo, sacarás buenas notas pero no eres para nada maduro y menos listo. No creo que las chicas se enamoren de ti por ser inteligente, bueno no lo creo, los se; eres muy infantil - dije riéndome de nuevo.

- Y que ven las chicas en mi para enamorarse - dijo alzando las cejas.

Sinceramente no le quería responder la verdad, que es justo lo que el quería que dijese.

- Puede que en el fondo seas guapo - dije tímida.

- Ya te dije, soy demasiado guapo.

-Puede que si, pero en el fondo, fondo, fondo, fondo- dije entre risas mientras me iba.

- Hola! María ¿Qué tal la fiesta?

-Bastante bien, y tu?

- Genial acabo de dejar mal a Thomas - dije riéndome - Se creía guapo e inteligente.

- Bueno me voy a pillar algo de beber - dijo María

Después estuve un rato bailando con mis amigas, contándonos chistes, cotilleos y picoteando comida; después de eso, conocimos a varios de los estudiantes, bastante majos.

- Bueno es que nadie os a enseñado a bailar como chicas - dijo Hunter.

- No necesitamos estar haciendo movimientos sexistas para bailar bien - recriminó Ana.

- A parte de arrogante eres machista, anda pero si lo tienes todo; si tanto sabes, porque no bailas tu para enseñarnos como se baila- dije levantando la ceja. El me miró pensando en que le acababa de dejar fatal.

- Qué es que acaso te da vergüenza - dijo María para meter aún más el dedo en la llaga.

- Señoritas - dijo Hunter haciendo una reverencia coqueta y cogiendo de la mano a Ana.

Estuvo bailando dos canciones con movimientos sexistas y pegándose un montón a Ana; cada vez que la miraba no se si sentía lastima o un montón gracia por la cara que ponía de asco. María y yo nos estuvimos riendo un rato hasta que Carter me cogio a mi de la mano y me tiró hacia la pista de baile. Después Thomas cogio a María y estuvimos bailando un buen rato, cuando pasó un rato estuvimos hablando.

- Aún bailando con nosotros, seguís bailando de pena - mencionó Hunter.

- Creía que erais chicas con más ritmo - dijo Carter.

- Pues creías mal, no somos chicas de esas que se vuelven pavas por ver a un chico guapo, somos más inteligentes de lo que parece - dijo María.

- ¡Eh! Somos inteligentes y lo parecemos - dijo Ana.

- Puede que yo si, pero tu no - dijo María riendose, le acababa de dejar mal delante de esos chicos; Ana estaba maldiciendo a María por lo que acababa de decir.

- Miraros si parecéis niñas pequeñas peleándose por nosotros - dijo Thomas riendose de nosotras.

- Y tu pareces un niño pequeño y arrogante que se cree que es el ombligo del mundo - dije por haberse metido con nosotras.

Al terminar nos fuimos a casa muy cansadas, nos pusimos el pijama y nos acostamos.

Tres chicas contra la adversidad.             Donde viven las historias. Descúbrelo ahora