e p í l o g o

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Me levanté a la mañana siguiente, con un dolor tremendo de cabeza y recuerdos borrosos de la noche anterior que me trajeron una sonrisa tan amplia que me dolía la puñetera cara.
Miré a mi lado y el cuerpo de Josh estaba ahí, la maldita sábana cubría la parte inferior y tan solo logré gemir en voz baja al recordar la gloriosa noche pasada.
El reloj comenzó a pitar de la nada dando a entender que daban ya las once en punto lo cuál me importaba un comino; el celular de Josh comenzó a sonar y traté de despertarlo con toques ligeros. Se giró hacia mí con su ceño fruncido.

—¿Qué carajos Ty?— preguntó al tallarse sus ojos y sentarse en la cama. Lo miré por unos segundos y miré al celular, captó la indirecta y se levantó rápidamente atendiendo a la llamada. Me quedé atónito, mirando el trasero de mi mejor amigo y sonreí como un idiota.
¿Cómo era posible que no se diera cuenta de que habíamos dormido juntos?
Cuando terminó la llamada se giró, levantó la ropa y me la aventó.
—Levanta tu gordo trasero y vístete que mis padres llegan en una hora y iremos a comer.
Me eché a reír y comencé a vestirme. Era increíble que le restara importancia a el hecho de que acabamos follando la noche pasada.

—Deberíamos repetir la noche de chicos algún otro día,¿no crees?


F i n

jenga; joshlerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora