Atelophobia. {n.s.}®

VIII

Niall:

Siempre me a gustado caminar.

Reduces el colesterol, las grasas inecesarias, ayudas al metabolismo y a tus músculos.

Pero en este momento tengo una razón más para amar caminar.

El chico más perfecto y hermoso está al lado mío.

-¿Por qué fuiste a mi casa?-pregunté cuando caminábamos por la tercera cuadra rumbo a la escuela.

-Soy tu guía-dijo sonriendo y coña sus preciosos ojos  viendo los míos-. Te quería mostrar la escuela.

-Falta una hora para que comiencen las clases-dije frunciendo el seño.

-Te la quería enseñar sin tantos trogloditas y superficiales-dijo rodando los ojos pero aún quitar su sonrisa.

Asintiendo seguí caminando.

-¿De dónde eres?-preguntó después de un momento.

-Mullingar, Westmeath, Irlanda-dije tal como un niño pequeño dice su nombre completo.

-Irlandés-dijo pasando su Rosada lengua por sus labios-. Dicen que los duendes son de buena suerte ¿verdad?-preguntó volteando a verme.

-Sí-acepté.

Mi abuela decía que los duendes son reales. Así que yo le creía.

-Entonces me quedaré contigo-dijo pasando su brazo por mis hombro y pegando me a su costado.

-¿Q-qué?-pregunté colocándo una mano en su brazo para intentar sacarme de su agarre.

Pero no realice ningún esfuerzo.

No quería que me soltara.

Estúpidas hormonas.

-Eres mi nuevo duende-dijo sonriendo-. Mi nuevo amigo.

Amigo.

Al menos teníamos un futuro como amigos.

Con eso me bastaba.

Seguimos caminando en la misma posición haya llegar al Instituto.

-Okay, Horan, primera regla-dijo deteniendo su paso en la entrada y quedando frente a frente a mí-. Jamás llegues temprano-dijo viéndome directo a los ojos.

-¿Por qué?-dije ladeando la cabeza.

-Porque serás acosado sexualmente por el conserje-contrato simple.

-Pero ahora llegamos temprano-dije confundido.

-Pero venimos en pareja-dijo guiñandome un ojo que me alteró el corazón, las hormonas y todo mi sistema nervioso-. Ahora, te enseñaré los salones-dijo comenzando a caminar.

Mientras señalaba cada salón decía el nombre del profesor y una pequeña  (Pero clara) información de ellos.

-Este es el Gimnasio-dijo señalando unas puertas azules como las de la cafetería(sólo que era eran de un tono rojo)-. Aquí da clases el señor y la señora Harries. El señor da clases a los chicos y la señora a ambos. Ella es o más deportista de los dos. Ubieras visto como nos humilló los chicos en el baloncesto. Era ella y una chica más. Perdimos 28-15. Fue humillante-meneo la cabeza sin dejar de avanzar-. Aquí es la piscina-dijo abriendo la puerta-. Este es mi mundo-dijo pasando la puerta y dejándola abierta para que pudiera entrar igual.

Al entrar una alberca semi-Olimpia totalmente cristalina me dio la bienvenida.

Jamás había aprendido a nadar. Pero no cabía duda que este lugar era preciosamente tranquilo y bello.

Perfecto.

-Aquí entrenamos los del equipo de vollyacuatico, los nadadores, los clavadistas, nado sincronizado y los de basquetacuatico.

-¿Eres parte del equipo?-pregunté.

-Soy el delantero del equipo de volly-confirmo sonriendo.

-Debe ser lindo estar en el agua-dije viendo como pequeñas y casí imperceptible olas se movían con tranquilidad.

-¿Sabes nadar?-preguntó y yo negué con la cabeza.

Jamás mientas o serás aún más in-perfecto.

-Hum.

El timbre sonó.

Los de último grado terminaron su primera hora.

Los de mi curso estaban a punto de  entraban.

-Tengo que irme-dije caminado hacia las puertas son esperan el perfecto y hermoso chico.

Él era perfecto.

Yo no.

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