Nuestro destino | Haikyū!!

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[Shōyō]

El timbre sonó anunciando la salida. Nos paramos mientras arreglábamos nuestras cosas. De repente sentí una mirada en mi nuca, un escalofrío recorrió mi cuerpo cuando vi por un segundo una sombra en el árbol que se veía por la ventana.

Suspiré mientras negaba con mi cabeza, ¿qué había sido eso? Dio miedo.

— Hinata. — di un brinco cuando escuché la voz de Kageyama a mi lado, lo miré mientras trataba de calmar mi respiración—. ¿Qué pasa? Estás pálido.

— N-no. Solo me asusté. — reí—. ¿Ibas a decirme algo?

— Te quería preguntar si quieres que nos vayamos juntos a casa.

Tomé mi bolso, colgándolo en mi hombro mientras sonreía.

— Claro, porqué no.

Salimos del colegio, en silencio. No diría que era incómodo, pero tampoco se estaba muy a gusto estar en silencio en mucho rato. Lo miré de reojo, descubriendo que él también me miraba. Reí nervioso, eso me sorprendió.

— ¿Por dónde es tu casa? — preguntó.

— Por esa colina. — apunté a la subida de unas cuantas cuadras—. ¿Y la tuya?

— Doblando en la esquina. — murmuró—. Por cierto.

— ¡Tobio! — una voz lo interrumpió, luego vi cómo una chica se había colgado en su espalda, abrazándolo por sus hombros.

— Kaori, bájate, pesas.

La chica rió, mientras se bajaba de él y dirigía su mirada hacía mí. Di unos pasos, alejándome de ella, por alguna razón. Tenía un mal presentimiento.

— Así que lo encontraste. — murmuró algo que no logré escuchar, Kageyama la tomó del brazo de una manera brusca, la chica sonrió con diversión mientras se zafaba del agarre—. ¿Cómo te llamas?

— Hinata Shōyō...— susurré, algo en esa chica me daba mala espina.

— Yo soy Nakamura Kaori. — sonrió, asentí mientras miraba de reojo cómo Kageyama sacaba su celular—. Nos llaman.

— Podría haber ido perfectamente solo.

— De nada. — rió—. Bueno, nos tenemos que ir. ¡Nos vemos, Hinata! — comenzó a alejarse.

— Nos vemos mañana. — dijo Kageyama antes de irse, asentí en silencio.

Apreté mi nuca, mientras avanzaba en dirección a mi casa.

[...]

— ¡Estoy en casa! — anuncié mientras abría la puerta, vi a Natsu correr hacia mí, la tomé en brazo mientras esta rodeaba con sus brazos mi cuello, aferrándose a mí—. ¿Qué sucede?

— Hay alguien extraño con mamá.

Caminé hacia la sala, mamá estaba sentada en el sillón, con la mirada baja.

— ¿Mamá? — murmuré, mi vista fue a parar hacia el frente, un chico estaba frente a mí.

Su mirada se dirigió a la mía y lo observé arrodillarse.

— Lo he venido a buscar.

— ¿Eh?