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[Shōyō]

Miraba a mi madre buscando respuestas, Natsu bajó de mis brazos y miré al chico arrodillado frente mio. Mis hombros temblaron al igual que mis piernas. Cerré mis ojos con fuerza cuando sentí un enorme ardor en mi garganta.

— Tora. — una chica apareció por la ventana, asustándome—. Están cerca, mataron a uno de los nuestros.

El chico se paró mientras ponía una expresión de rabia, me miró a los ojos y luego a mi madre.

— Dejaré a varios de mis chicos, mientras el joven amo esté aquí no puedo correr el riesgo de dejarlos sin protección alguna.

Mi madre asintió sin decir nada, estaba muy callada y Natsu se aferró a su pierna.

Mantuve la mirada en esos ojos rojos con tonos amarillentos del chico. Parpadeé y miré a mamá.

— ¿Qué está pasando?

Vi sus ojos humedecerse y agachó levemente la cabeza, aferrando su mano a su brazo derecho.

— Shō, yo...— sus palabras salieron en un leve susurro, como si su voz estuviera a punto de quebrarse—. Yo no soy tu mamá biológica. — hizo una pausa, y traté de asimilar lo recién dicho—. Ven, toma asiento.

— E-estás bromeando, ¿no es así? ¿Qué es todo esto? — observé a los chicos, sus ojos me provocaban algo extraño dentro mío, tomé aire, comenzaba a faltarme sin saber el por qué. Dejé caer mi peso en el suelo, cayendo. Pero antes de que me golpeara, el chico llamado Tora tomó mis hombros—. Suéltame.

— No puedo, aún estás sellado y te harás daño.

Parpadeé incontables veces, mi supuesta madre me miraba entre preocupación y una mezcla de tristeza con soledad.

— Shōyō, por favor.

— ¡No entiendo nada! ¿¡Qué no eres mi mamá biológica!? ¿Quieres que me trague todo esto de un segundo para otro?

— Me pidieron que cuidara cuando recién naciste y te crié como mi hijo sin decirte nada porque no podía. — traté de calmarme al ver la expresión de miedo de Natsu, quien temblaba y sus ojos se aguaban—... perdón...

— ¡Tora! — gritó la chica aún en la ventana, alterada. El llamado me miró a los ojos y lo último que sentí fue unos dedos presionar mi nuca.

Nuestro destino | Haikyū!!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora