Nuestro Destino | Haikyū!!

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[Shōyō]

Escuché unos pasos acercarse a mí y miré de reojo al hermano de Kageyama, apuntándome con un arma. Observé el cuerpo sin vida de Tora, pero no logré sentirme mal por él. Aparté la mirada, entrecerrando los ojos.

— Contéstame, ¿por qué quieres matarme? — junté nuestras miradas.

— ¿Por qué debería responderte?

— Porque es estúpido, no veo la razón para que nos sigan matando la verdad. Yo no les he hecho nada.

Chasqueó su lengua, pero antes de que hablara oí unos latidos.

Giré mi cabeza el sentir la respiración de Kageyama alterarse, parpadeé sonriendo y dejando salir mis lágrimas al ver sus ojos abrirse.

— Kageyama. — lo llamé entre sollozos.

Sus ojos se juntaron con los míos y sonreí, llorando. Me incliné mientras dejaba reposar mi rostro en su pecho.

— Hermano. — oí la voz de Kageyama y se sentó, abrazándome por la cintura, sin dejar que me alejara—. No le hagas daño, por favor.

Miré a su hermano, entrecerré los ojos mientras veía su mano temblar y su mirada dilatarse.

— La sangre de un vampiro pura sangre cura heridas. — dijo guardando su arma, dando media vuelta y viendo con alivio a Kageyama.

Me paré de un salto, recogiendo el cuchillo que había a unos metros del cuerpo de Tora. Me coloqué de rodillas a Kageyama y lo miré.

— ¿Recordaste todo? — murmuré, haciendo una cortada en mi muñeca, acercándola a su boca.

— Sí...

Su herida comenzó a cerrarse al beber un poco de mi sangre y sonreí, dejando salir lágrimas de alegría y me tiré a sus brazos.

— Hinata. — susurró en mi oído. Elevé el rostro mientras sentía sus dedos limpiar mis lágrimas—. Te amo.

Asentí.

— Yo igual...te amo mucho.

Sonreí a escasos de sus labios y lo besé, temblé al sentir sus brazos rodearme.

— Lo siento, por lo que te hice aquel día.

— Olvidemos eso. — susurré, mirándolo a los ojos—. Empecemos desde cero.

Sonrió.

— ¿Juntos?

— Para siempre. — juntamos nuestras manos y, mientras el cielo comenzaba a despejarse, comenzamos una nueva vida.

Dejando todo atrás.

F I N.