Al salir del baño ya vestido vi a Zayn concentrado tecleando algo en su teléfono así que aclare la garganta para hacerme notar.
–Tengo una duda… –le dije pensativo –si tenemos que estar juntos como un “matrimonio real” ¿Dónde viviremos?
–estaba pensando que tal vez podríamos quedarnos en mi departamento –murmuro
– ¿y dónde queda tu departamento?
–Seattle.
–genial.
– ¿Y dónde vives tú? –pregunto para romper el silencio que se formaba.
–en Irlanda –el moreno asintió –y no conozco Seattle.
Zayn levanto las comisuras de los labios haciendo una leve sonrisa.
***
– ¿Cuándo te iras a Seattle? –Le pregunte después de un tiempo.
Él y yo estábamos muy cómodos viendo Rápido y Furioso por la televisión. Ahora Zayn estaba en la cama de Louis respetando nuestro espacio personal.
–Iremos –me corregido sin despegar la vista de la televisión –regresaremos el lunes.
– ¿no tenías novia antes de esto? –Le pregunte.
Voltee mi cabeza para verlo y pude notar sus brazos musculosos y bronceados con muchos tatuajes. El morocho sintió mi mirada ya que giro su rostro y nuestras miradas se conectaron. Sentí como mis mejillas teñirse de rojo y aparte mi mirada dirigiéndola al televisor.
– ¿Por qué tantos tatuajes? –me sentí orgulloso de mi mismo por no tartamudear.
–me gustan. Y no, Niall. No tengo novia. –respondió aun sin despegar su mirada de mí.
–eres un sucio prostituto. –gire nuevamente hacia el para notar como abría los ojos por mi sorpresivo comentario.
– ¿q-que? –tartamudeo.
Me senté en la cama y tire del tirante de mi polera para que notara las dos grandes marcas rojas.
–Me marcaste como lo hacen las prostitutas, Zayn –Le dije.
–No soy responsable de mis hechos que hice ayer por la noche. No estaba consiente –me respondió con voz firme.
–Lo sé. El anillo que llevas me lo demuestra.
Después de esa extraña conversación nos invadió en silencio, pero no era incómodo. Era claro que Zayn trataba de encontrar una oración decente para contraatacar mi comentario. Pero no la encontró.
–Touché –respondió finalmente.
NARRA LOUIS
Apreté el botón que indicaba mi piso y enseguida las puertas se cerraron pero después de unos segundos se volvieron a abrir aun el primer piso para mostrar un rizado con respiración agitada. Entro y marco su piso, giro su cabeza hacia mí haciendo un gesto en forma de saludo, que imite. Volvió a voltear hacia mí pero ahora estudiándome con su mirada.
– ¡eh! Te conozco –exclamo el rizado.
– ¿a mí?
–sí. Estabas en la boda de mi amigo y también te vi hoy en el restaurant. Soy Harry –me dijo esbozando una sonrisa.
–oh, ahora te recuerdo. ¡Hola! –levante mi mano en forma de saludo haciendo que la linda sonrisa del rizado se hiciera más grande.
–hola –soltó una carcajada –gracias por darle mi recado a Zayn, por cierto.
