Capítulo 8.

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1 de enero de 2014.

Me levanté temprano y unos brazos me rodeaban, lo primero que hice fue pensar en la noche anterior y sonreír.

Niall. Siempre Niall.

¿Cómo es que él llegaba siempre en el momento exacto? ¿Cómo es que llegaba justo en el momento en que estaba a punto de rendirme? Él era el indicado para mí, de eso no cabía la menor duda, lo amaba, más a que a mi propia vida.

Me di cuenta que, ahora que él había vuelto, estamos más unidos. Pero, quería que fuera así siempre, que me regale una que otra sonrisa, que se preocupe por mi, que me pregunte qué está mal, que me haga sentir mejor. No quería alejarme de él, aunque tenía ese miedo. Miedo que se fuera de nuevo, miedo que esto acabara. Aún así si "esto" sea sólo una amistad, aunque para mí, era muchísimo más que eso.

-Buenos días, pequeña.-dijo él en un susurro, Niall acababa de despertar, esa cara de soñoliento no se la quitaba nadie, se veía tan tierno.

-Buenos días, Ni.

-¿En qué pensabas?-me preguntó mientras me abrazaba fuerte.

-¿Cómo sabías que pensaba en algo?

-Te conozco bien.-dijo sonriendo y yo me reí. Él se unió a mis risas y volvió a abrazarme fuerte, me alejó un poco de él y besó mi frente, luego mi nariz y, se detuvo a sólo centímetros de mis labios, ayer en la noche del 31 de diciembre, Niall me había dado mi primer beso, mi primer beso con alguien que realmente amo, sé que no fue el primer beso de él, pero, ojalá le haya gustado más que otros que ha debido experimentar. Sonrió y juntó sus labios con los míos en un dulce y suave beso, se alejó de mí y volvió a abrazarme. Al cabo de un rato dije:

-Pensaba en todo. Ayer... Ayer cuando te ví, por unos cuantos minutos te recuperé, me recuperé a mi misma. Regresaste de donde estabas para hablar conmigo y, te sentaste a mi lado, conversamos de muchas cosas, muchas de ellas no tenían sentido alguno y, cada segundo de ello valió. Me reí de nuevo un par de veces por tus tonterías, es que, había olvidado cómo era que me hacías reír por cualquier cosa, te vi fijamente y pensé "Santa mierda, en realidad, lo extraño".

-Yo también te extrañaba, pequeña, muchísimo.-dijo pegándome a él.-Esta vez nunca te dejaré, nunca.

-Lo sé, Niall.

-Te amo.-dijo besando mi frente.

-Yo también te amo.-dije sonriendo. Él me amaba, en realidad me amaba.

-Bueno, pequeña, saldré un rato a ver a mi mamá ¿esta bien? ¿Qué te parece si a las 6:00 de la tarde te paso buscando? Quiero llevarte a un lugar.

-Está bien, nos vemos a las 6:00.-dije sonriendo.

-Te amo, no lo olvides.

-No lo olvidaré, yo también te amo.

Niall se levantó y besó mi frente y, luego, salió de mi cuarto, para después escuchar el sonido de la puerta principal cerrarse. ¿Sabían esos momentos en que todo parecía ir simplemente perfecto? Bueno, así estaba ahora yo, todo comenzaba a marchar bien, todo comienza a marchar exactamente como tú quieres y, parece que nada puede arruinarte ese momento, porque simplemente estas feliz, como nunca antes lo habías estado y, no querías que eso parara algún día.

Es que, hay alguien allá afuera que esta destinado a estar contigo y, es exactamente esa persona a la que puedes decirle tus sueños y él sonreirá cuando se los digas y nunca se reirá de ti por más tontos que sean tus sueños. Él te hará saber cada vez que no puede dejar de pensar en ti y, lo más lindo de todo es que, te mirará a los ojos y te dirá que eres la chica más hermosa que sus ojos hayan podido ver en su vida y tú, tú lo creerás por primera vez, porque sabrás que esa persona es el amor de tu vida. Justamente eso era lo que pasaba con Niall, jamás en mi vida yo había imaginado que era hermosa, según mi amiga Karen lo era, pero yo nunca me consideré hermosa y, de repente llega una persona y, todo es diferente. Llega esa persona y, tu vida cambia, todo comienza a tener sentido y, es cuando te das cuenta de porqué no funcionó con nadie más, te das cuenta que las primeras veces si existen, te das cuenta que las segundas oportunidades si existen. Y, así comienza todo, el primer susurro de un primre amor, comienza por una promesa, una promesa, que, pase lo que pase, perdurará en el tiempo, una promesa que no se romperá, una promesa que siempre será amarse y mantenerse juntos. Después de mucho tiempo, Alex podía volver a creer en todo eso. Alex nunca había creído en los cuentos de hadas, ni los príncipes, ni los finales felices, pero, sin duda alguna, Niall era su príncipe azul, era su salvador, su ángel. No era que los demonios de Niall jugaban perfectamente con los de Alex, era que los demonios de Niall, eran lo suficientemente fuertes y astutos como para convertirse en ángeles y, salvar a Alex de sus demonios y, era por eso que Alex quería tanto a Niall.

No todo está perdido.- n.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora