Capítulo 12.

137 7 1
                                    

Narra Niall.

Hmm.

Era normal que las mujeres tardaran mucho metidas en el baño, pero ya Alex se había tardado más de lo normal. Fruncí el ceño, me levanté de la cama y toqué la puerta del baño.

-¿Alex?

Nada.

Silencio silencio.

-Pequeña, ¿pasa algo? ¿Todo bien?

Nada.

Silencio y más silencio.

Abrí la puerta del baño... Me encontré con lo que más temía.

Alex no estaba ahí.

-Santa mierda.-maldije bajito.

Registre el baño con la mirada en busca de una señal o algo, y divisé en en la ventana algo, lo cogí:

"Hola querido Niall,

Tengo a tu linda princesa.

De: tu rusa favorita xoxo"

Estaba escrito de una forma muy elegante, una forma en la que sólo ella solía escribir, Melissa.

-Maldita rusa.-susurre.

Doblé la hoja y la lance contra la papelera que había en el baño. Maldije para mis adentros.

Salí de la habitación corriendo y entré a la habitación donde dormían Harry y Louis.

-¡Harry! ¡Louis! ¡Despierten!

Salí de ahí y fui al cuarto donde dormía Zayn, le quite la almohada de la cara y le pegue con ella.

-Zayn, despierta.

Fui a la habitación de Liam y golpee la puerta.

-¡Liam, despierta YA!

Me pare en el medio del pasillo donde se encontraban las habitaciones, mis cuatro compañeros se acercaron a mi todos soñolientos.

-Niall ¿qué sucede?-dijo Zayn con cara de 'más vale que sea importante o te mato ahora con mis propias manos'.

-Melissa rapto a Alex.

Los cuatro par de ojos que tenía sobre mi, salieron de su órbita, miles se expresiones pasaron por sus rostros: sorpresa, miedo, angustia, debilidad, pero más que todo odio. Sabíamos lo que nos esperaba, sabíamos lo que teníamos que hacer.

Nos volteamos y miramos la puerta que había al final del pasillo, sí, leyeron bien: la puerta que estaba al final del pasillo, si esto se tratara de una historia de terror, nadie querría entrar a esa puerta y, aún así, aquello era terrorífico, la habitación era gigantesca, llena de polvo, no estaba bien cuidada dado que no dejábamos que la señora de servicio entrara a limpiar aquella habitación, cosa que lo hacía aún más terrorífico, la puerta de la habitación rechinaba, las luces que alumbraban la habitación eran lúgubres, añadiendo que los dos únicos bombillos de la habitación estaban casi quemados y estaban intermitentes. Era escalofriante.

Mis cuatro compañeros y yo nos dirigimos con paso firme a aquella habitación, cada uno insertó su código correspondiente para poder entrar, la puerta comenzó a abrirse, rechinando, causándote un gran escalofrío por ti, pasamos uno detrás de otro, entramos en silencio. Si pensabas que la habitación era tétrica, al entrar, lo era aún más. Cada quién agarro su arma en silencio, lo único que se escuchaba eran nuestras respiraciones calmadas y nuestros pasos por la habitación. Nos reunimos en silencio en el centro de la habitación y formamos un círculo.

No todo está perdido.- n.h.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora