Capitulo 4

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A la mañana siguiente los padres de Damián le tenían preparada una sorpresa ya hoy cumpliría los 16 años, una fiesta donde estarían invitados todos los vampiros de la realeza. Aurora esa mañana despertó con sus padres en su cama con una torta. Su día no cambio demasiado vecinos la felicitaban por su cumpleaños, en cambio Damián no, todos estaban llenándolo de regalos, tomándole las medidas para su traje que usaría para la noche.

Aurora vió como comenzó a anochecer y salió de su casa directo a la cabaña. Damián aprovechó unos instántes  para correr al bosque. Aurora daba vueltas por la cabaña nerviosa al ver que él no llegaba.

—¿Aurora?—preguntó Damián entrando a la cabaña—.

—¿Damián?—Aurora volteó quedando frente a frente—.

—Me alegro que hayas venido—le sonrió—. Las traje para ti—entregándole un ramo de rosas y una tarjeta de invitación—.

—Gracias están muy bonitas—los olfateó y luego miro la tarjeta—. ¿Y esto?

—Es una invitación para mi fiesta de esta noche en el palacio—se sonrojó—.

—¿Palacio?, ¿eres un principe?—dijo algo confundida—. Entonces es verdad que eres vampiro

—Sí—soltó una pequeña risa y se rascó su cabeza—. ¿Te doy miedo?

—No—dijo con firmeza—.

— Entonces, ¿Irás?

—Trataré—sonrió—.

Ambos se mirarón a los ojos y una fuerte atracción comenzó a acercarlos lentamente hasta que las flores se cayerón interrumpiendo el momento. Damián se fue a casa dejándo un beso en la mejilla de Aurora.

Aurora llegó a casa sonrojada y sus padres no soportarón la curiosidad de preguntarle el por que de rostro asi que decidió evitarlos entrando a su habitación, al entrar vé en su cama una caja con un tarjerta que decía:

"Si decídes asistir a la fiesta me sentiría muy honrado si usas este vestido que escogí para ti."

Damián

Al abrir la caja encontró un vestido negro muy hermoso que combinaba muy bien con su medallón. Damián seguía ocupado para afinar los últimos detalles de la fiesta, apenas vió a Felipe se escabulló para pedir un favor.

—¿Qué?—preguntó Felipe sorprendido ante semejante favor—.

—Lo que oíste, quiero que cuides a Aurora esta noche, ya sabes, un millón de vampiros, una humana, como que no es buena idea.

—¿Y porqué no pensaste en eso cuando la invitaste?—se quejó Felipe—.

—Por que me gusta.

—Está bien te ayudaré.

—Gracias eres el mejor mejor amigo del mundo.

Cuando todo estaba listo, sonarón las trompetas y los invitados comenzarón a llegar uno por uno, el lugar estaba decorado de negro, la servidumbre que también eran híbridos, mitad vampiro y mitad humano servían sangre mientras todos ocupaban sus lugares.

Damián buscaba a Aurora entre la multitud pero no había rastro de ella hasta que salió a la entrada del palacio y hay estaba ella, con el pelo suelto luciendo aquel vestido negro.

Amor de Vampiro©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora