Capitulo 10

4.7K 317 5
                                    

Damián y Aurora decidierón dormir esa noche en la cabaña donde se conocierón, pués estaban muy cansados para seguir su camino. Felipe vuelve al palacio en el carruaje para poder cubrir a su amigo ante el rey. Damián estaba sediento, una fuerte sed no dejaba de cesár.

—¿Qué te ocurre?—preguntó Aurora observando como sus ojos se ponían rojos—.

—Nada—gimió de dolor—.

—No me mientas, algo te ocurre.

—¡Tengo sed!—exclamó entre los gemidos—.

Aurora por primera vez sintió miedo en estar con su Damián, ¿qué tal si entra en descontrol?, ¿será capaz de controlarse?, entonces supo que hacer, se sacrificaría por él.

—Bebé de mi sangre—habló Aurora mientras despejaba su cuello—. Y no aceptaré un no como respuesta.

—¿Estás loca?, nunca te haría eso, podría matarte.

—Confío en que te detendrás cuando sea necesario—dijo con voz seria con ninguna gota de titubeo, estaba segura de lo que hacia y lo que pasaría—.

Damián siente como late el corazón de Aurora, y por instinto se comenzó a acercar, aunque una parte de él decía que no lo hiciera, la otra parte decía lo contrario.

Cuando al fin sus colmillos perforarón el cuello de Aurora su sed comenzó a disminuir. Aurora sentía un ardor en su cuello, su sangre comenzaba a dejar sus venas para ser parte de su amado Damián.

—¿Damián?—preguntó Aurora preocupada—.

Damián no se detenía y Aurora comenzaba a asustarse, se comenzaba a sentir débil y sus piernas no le respondían haciéndola caer al suelo y Damián vuelve en sí justo a tiempo.

—¡Aurora! ¡Aurora!—gritaba deseperado—.

—Damián...—trató de hablar Aurora pero su voz se desvanecía—.

—Lo siento, en verdad lo siento mucho, descansa.

Felipe llega al palacio y el rey ya se había dado cuenta de que Damián no estaba y se encontraba muy enfadado que mandó a buscar Felipe apenas entró al palacio.

—¡¿Dónde está mi hijo?!—gritó el rey eufórico—. ¡Sé que tú lo sabes!

—Sí, lo sé, pero no se lo diré.

—¿Seguro? sabes que puedo matarte por traición

—Lo sé y prefieró morir a delatar a mi mejor amigo

—¡Guardias! ¡llévenselo y encierrenlo en el calabozo!

Los guardias obedecierón y se lo llevarón a un calabozo sin comida hasta que decida hablar, mientras tanto los guardias buscaban a Damián y los padres de Aurora a esta.

Stefan se sentía sediento y aprovechó que Edward había salido y se escapo a un río, vió a una mujer tomando un baño y sin dudarlo se le balanceó satisfacienso su sed.

Amor de Vampiro©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora