Evan y yo ya bajábamos rápidamente.
Afuera se encontraba Erik recostado, sobre un mustang color negro, ¿aún seguían fabricando estos clasicos? después de un rato observé que sostenía un cigarro y al vernos lo retiro, él se acercaba lentamente y al llegar hizo una reverencia, al inclinarse pude notar que olía a menta y a limón, cuando se incorporo de nuevo me abrió la puerta del auto y me ofreció una mano, la tomé con inseguridad.-Espero que mi auto sea de toda su comodidad.- vi que Evan miran con molestia la escena.
- ¿Que pasa hermanito? ¿Quieres que también te abra la puerta?-Evan le miró enfadado se acomodó en su aciento, Erik se subió y empezó a conducir por la pequeña carretera, veía las elegantes casas de alrededor cerca andaban muchas personas con trajes de gala y elegantes autos.
vi que nos acercábamos a una pequeña capilla con un gran parque. En él centro había una fuente y al rededor unas sillas y para dar ambiente hicieron una fogata.
En él centro se encontraba una mujer preciosa, con una melena negra y ojos avellana que brillaban con intensidad.-Bienvenidos sean a nuestra reunión anual.
Todos lanzaron fuertes aplausos y silbidos a la oradora.
-Aquí les hacemos honor a nuestros queridos antepasados, para que todos queden en nuestra memoria, ya que nadie merece ser olvidado.-
La bella joven danzaba y cantaba en un idioma que yo desconocía, el viento soplaba con intensidad y le movía el oscuro cabello a la chica, en el centro del círculo que ella formaba con sus pies, se comenzaban a formar dos siluetas, una de las siluetas terminó de tomar forma, esta miro a todos lados Confundida, su mirada paro en mí. Esos ojos castaños los reconocería en cualquier vida.
que estaba ocurriendo? ella era Luisa, yo sabia que lo era, él rostro de una amiga nunca se olvida. Sus ojos iban por cada persona del publico, todos miraban sorprendidos la ecena, cuchicheaban entre ellos y otros quedaban estupefactos.
La otra silueta, era inmensa y daba aires pesados y tétricos, es totalmente aterradora, parecía un ángel infernal, él cuál esta casi sin vida, desgastado, tenía grandes pupilas totalmente negras, era aterrador.
Esta sombra se acerco a mi amiga levantó una mano, la giró y... Solo pude ver como le torcía él cuello, sin ni si quiera tocarla.- Luisa, tú no, no quiero perder a más gente.-lágrimas salieron despacio y bajaron por mis pómulos.
Evan empezó a tocar mi hombro y a gritarme que debíamos irnos, podía escuchar a la gente gritar, pero todo era un sonido lejano, todo era como si a esa extraña criatura y yo estuviéramos encerrados en una burbuja y que todo hubiera quedado lejos de nosotros.
Ésta se empezó a dirigir hacia mí, Evan estaba apunto de llevarme, pero yo me levanté y corrí lo mas rápido que me permitían mis estúpidos tacones, me los quité mientras corría.
-ERIK, ABRE EL MALDITO AUTO.-grité, yo corría adelante de ellos, hasta que Erik se paso y abrió él auto, todos nos subimos y arrancamos lo mas lejos que pudimos.
Me giré viendo el cuerpo inmóvil de esa chica que fue como mi hermana.* * * * * *
Erik salía de la estación de gasolina pasándose la mano por el cabello.
Yo estaba mordisqueando mis uñas. Estába segura de que aquello era lo que me había atacado el otro día en casa de Evan.
-Alguien me podría explicar que sucedió allá.- si Erik no lo sabía menos yo.-Erik no lo sé, eso de que me persigan monstruos no es muy común para mí.- dije con exasperación.
-Isa, quien sabe si eso seguirá deambulando allí, es muy peligroso regresar- No podía escapar de ese tipo de "problemas" además que de cosas así yo nunca escapaba, antes me atraía saber que es lo que ocurría, estar conmigo era todo un lío- ahora que haremos.- Erik había parado en una gasolinera fuera del pueblo, estábamos demasiado lejos, estaba todo tan desierto que se podía escuchar la respiración de los tres.
. . .
Ya llegábamos de nuevo al pueblo, ignorando las peticiones de Evan de alejarnos de allí.
Cuando me bajé del auto observé una anciana que se hallaba parada frente a la casa de Evan, se notaba que en su época fue hermosa, porque aun tenía rastros de ello, su melena sedosa y blanca recogida en una moña, era tan blanco que parecia que le hubieran caído millones de copos de nieve, tenía ojos tan negros como la noche, una piel blanca y con pocas arrugas.-Buenas tardes señorita Isabela, mi nombre es Elena, espero que pueda escucharme un momento.
He visto sucesos extraños por medio de visiones, temía que sucedieran, pero pasaron, si tu te dejas proteger estoy totalmente dispuesta a ayudarte, puedes contar con mi ayuda.- seguramente eso es una de las cosas mas extrañas que he escuchado desde que llegué aquí, ella sabía mi nombre, eso no era posible nunca me le había presentado.-Señora Elena, primero, como usted podría protegerme de eso, ni yo misma puedo protegerme.- tenía curiosidad por saber de ella, que podía esconder tan bella anciana.
-Yo tengo métodos muy antiguos señorita, desde antes que nacieras, fui muy famosa entre la gente, me pagaban demasiado por leer él futuro.- Antes de que yo naciera?- Joven del pasado, yo seré tu protectora si me lo permites y te ayudaré a encontrarla.- ella hablaba de mi prima, fue lo único que tuvo que decir para creerle, ella lo sabía todo, necesitaba encontrarla, lo daría todo por verla de nuevo.- así que, aceptas?- no sabía lo que hacía, pero arriesgaría todo, debía hacer lo necesario.
-Acepto.- unas chispas brillaron en sus ojos, como si estuviera complacida por mi respuesta.-Pero hay condiciones.- debía aceptar lo que se me enfrentara.- no podrás regresar con Evan.- lo miré de reojo y el parecía a punto de golpear a aquella anciana.
-No voy a alejarme de ella señora, yo me prometí ayudarla a salir de esto.- Evan estaba enojado y yo realmente sorprendida.
-Evan Smith, te he conocido en muchas vidas, siempre tan terco, que haremos con este joven.- Pude notar que a Evan se le subían los colores al rostro.- Isabela no podrá quedarse en tu casa, se quedará en la mía, la cual esta protegida contra cualquier cosa, si tanto quieres protegerla, tienes que quedarte en mi casa.
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Broken Time
Science FictionCorrí, corrí lo más rápido que pude, lo había perdido todo y era culpa mía, solo me ahogaba en mis propios recuerdos, llenando un río de lágrimas, entre tantos que habían, me encontré encadenada a un destino inesperado, me sentí más sola que antes...