una vieja pelicula

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La tarde se empezaba a colorear de naranja y lila, las calles estaban vacías y en la carretera solo podía ver el mustang negro de Erick aparcado delante del hospital y a este fuera dejando que uno de sus cigarros se deslice en sus labios, se veía exhausto después de su jornada de trabajo, tenía el cuello de la camisa un poco desordenado al igual que su cabello, se había quitado su blazer azul rey y lo tenía puesto en su hombro, parecía una escena de una antigua película, en la que hay un policía sofisticado sacando uno de sus cigarros para olvidar su mundo al menos por unos minutos, me pregunto cómo sabe, como se siente el placer que produce la nicotina, a la vez no puedo evitar comparar al cigarro con un amante, la forma en la que hacen la misma jugada, son un vicio que te mata lentamente y a la vez te hace olvidar tus tormentos.

Llevaba la misma ropa sucia de un principio, tenía el cabello todo revuelto y una mirada aterradora y cansada.
Erick desechó el cigarro casi por terminar, sacó otro de su cajetilla, lo puso entre sus labios, lo prendió con el encendedor y aspiró su sentencia, yo me aproximé a él y saqué el cigarro de sus labios, él me miró incrédulo.

– No te mates tan rápido, apenas tienes veintisiete.- el me lo quitó suavemente para que yo no me quemara y lo puso de nuevo en su boca.

– Aún no moriré, tengo una vida entera para dañarme los pulmones cariño.- me miró levantando una ceja.

– Pues, carajo, muere si te apetece.

- A veces suenas como mi madre.- me miró entre cerrando los ojos.- no puedo evitar verte y pensar en ella.

– Siento recordarte a tu madre, se que fue duro para ti.- el negó con la cabeza.

– No lo sientas, no es tu culpa, sólo que suenas como ella.- yo miré él suelo y jugué con mis dedos pasando uno sobre el otro.

– Vamos entra al auto.- sin pensarlo ya se había hecho de noche y los jazmines que decoraban la entrada del hospital comenzaban a expandir si olor por el lugar. Subí al auto de Erick y me puse el cinturón, el se subió y puso en marcha el mustang.
El auto iba suave por la carretera, era un camino largo de vuelta, yo estaba un poco cansada y mis párpados se cerraron más rápido de lo que pensé.

* * * * * * * *

En casa comenzaba a hacer frío, por lo que veo quedan pocas provisiones, pronto tendré que salir y jugarme la vida para buscar al menos tres latas de sopa.
Escuché a hija taradeando mientras jugaba con su muñeca Sidney, según decía llamarle, unos ruidos resonaron en las calles y un olor a sangre se expandió por la casa, de pronto sonó la alarma de emergencia, una explosión rompió el silencio, el suelo tembló fuertemente y caí, las luces de emergencia se apagaron.

Elizabeth... Elizabeth responde.- empecé a llamarle, esta no respondía, la seguí llamando hasta que mi voz se quebró al no responderme.
Pasaron por lo menos dos horas en las que sólo caían explosiones y el suelo temblaba, yo llamaba a hija Con todas mis fuerzas pero seguía sin respuesta, me agaché y me puse a tantear el suelo con las manos para poder moverme sin problema, muy cerca hubo otra explosión, las luces parpadearon y vi a mi hija en un rincón abrazando a su muñeca, me levanté y corrí a su lado, ella sollozaba muy bajo yo la abracé con dulzura y ella a mí.

Mami, tengo miedo.- me decía.

Yo también hija.- la alarma dejó de sonar de repente.

Yo ayudé a levantar a hija y su vestido se quedó atascada en un clavo que salía de él suelo, cayó otra de explosion, caí y rodé varios metros abajo, mi hija gritó y yo me levanté tratando de llegar dónde ella de nuevo.

Broken TimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora